Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la salvación (Soteriología)

 

¿Qué tipo de pecado cometieron Adán y Eva?

Versión 08-04-2009

 

Carlos Aracil Orts

 Introducción*

Estimada amiga, me ha alegrado mucho recibir tu correo, y no sabes cuanto te lo agradezco, pues tus elogiosos y amables comentarios sobre esta web me animan a continuar por este camino.

Con respecto a mis artículos, está muy bien visto de tu parte, pues, es totalmente cierto que no trato de inventarme nada, sino extraer de la Santa Biblia las grandes verdades doctrinales que componen el hermoso mosaico de las creencias cristianas. Por eso trato, siempre que puedo, adjuntar los textos bíblicos que sustentan mis afirmaciones. Me complace enormemente que te interese e incluso te guste el tema de la religión. La religión es fundamental para el ser humano, pues le da el necesario sentido trascendente a la vida. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26; ver también Marcos 8:36; Lucas 9:25).

Me tomo la licencia de animarte a que sigas investigando la Palabra de Dios, pues en ella está el alimento espiritual que auténticamente nos realiza como hombres y mujeres en nuestro cotidiano vivir, orientándonos hacia “....todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre;....” (Filipenses 4:8). Además, “...las Sagradas Escrituras te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. (16) Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (17) a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2ª Timoteo 3:15-17).

Ahora voy a responderte al asunto espinoso que me comentas sobre Adán y Eva. No eres tú sola la que piensa así, pues hay multitud que no lo entiende, y hoy en día lo consideran como un mito que nunca existió, pues como sabes la idea de que el ser humano procede no de una creación sino de la evolución a partir de seres inferiores se considera como un hecho incontrovertible.

La ciencia y la religión siguen caminos diferentes para llegar a la Verdad. Puesto que la verdad es una sola, estos caminos deberían converger en un punto. No obstante, es difícil que se encuentren, ya que la religión afirma, por fe, que Dios existe y se ha revelado en su Palabra y mediante Jesucristo. En cambio la ciencia, reconoce solo aquello que puede demostrar o evaluar (no se rige por la fe en absoluto), por lo que, en principio, rechaza o no tiene en cuenta la existencia de Dios y de su Revelación. Cuando algo no lo puede probar o experimentar en el laboratorio, enuncia una hipótesis de partida, que considera cierta mientras no se demuestre lo contrario. Ese es el caso de la teoría sobre el origen de la vida. Como esto es algo que no lo puede probar ni reproducir en el laboratorio, postula que la vida surgió por azar y que de esa partícula original, o célula de vida elemental se derivó por evolución todas las especies existentes de vida tanto animal como vegetal que conocemos. Sin embargo, como decía antes, la Sagrada Escritura declara que Dios ha creado todo el Universo y la vida que existe en él, y que, también, creó directamente a la primera pareja humana.

¿Qué evolución podría hacer que los seres humanos tuviesen consciencia del bien y del mal?

¿Cómo podría transformarse lo más simple en lo más complejo sin un diseño, sin un proyecto, sin saber a donde se va?

¿Tiene la evolución mente e inteligencia para crear los distintos y complejos órganos vitales?

¿Fue la evolución la que creó un órgano tan complejo que tiene la capacidad de ver como el ojo? Etc. etc.

2. "Pagar justos por pecadores"

Quizá estás refiriéndote con este conocido dicho a:

¿Por qué, nosotros, los descendientes de Adán y Eva, tenemos que sufrir las consecuencias del pecado que cometieron ellos?

Mi respuesta es: Porque ellos representaban a toda la Humanidad, su equivocada elección convirtió el mundo feliz del Edén en un mundo inhóspito u hostil en el que “un hombre es un lobo para otro hombre”.

Cuando nombramos a alguien para que nos represente, su actuación y logros que se deriven de su conducta o de su gestión, ya sea buena o mala, de alguna forma, también nos afectarán a nosotros, los representados. Para bien o para mal, sufriremos o nos beneficiaremos de las consecuencias que produzcan los actos y decisiones de nuestros representantes, y, también, se nos hará responsables por imputación. Las equivocaciones y aciertos, que tienen en la realización de su función nuestros representantes legales, ya sean alcaldes, concejales u otros políticos o el máximo responsable que es nuestro Presidente, repercuten y afectan, indudablemente, nuestras vidas. Si un gobernante declara la guerra a otra nación, esa decisión será causa de muchas calamidades en el pueblo que no intervino ni colaboró en la misma.

Dios creó la primera pareja humana más idónea posible, para que representara a toda la Humanidad que descendería de la misma. Las personas podemos equivocarnos cuando elegimos a los que tienen que gobernar. Dios, en cambio, no pudo errar al crear a Adán y Eva. Si Dios pudiera equivocarse no estaríamos hablando de Dios sino de alguien que no lo es. Adán y Eva, por tanto, eran la obra cumbre y perfecta de la creación. Sus almas puras e inocentes vivían en armonía, santidad y comunión con el Padre que les había dado la vida. Como no podía ser de otra manera, Dios también los creó libres, pues el amor no puede coartar la libertad. El amor para que sea amor verdadero no proviene de ninguna imposición. Su fidelidad y lealtad a Dios debía proceder de la libre elección y en correspondencia al amor de Dios, pero nunca serían forzados a obedecer y amar.

 Este refrán se cumple de una manera singular en Jesucristo. El único justo paga, por los pecadores. Es decir, recibe, el castigo o la penalidad que corresponde a otros. Al pagar Él por el pecado de Adán y del resto de la Humanidad, somos declarados justos cuando, aceptamos su muerte en lugar de la nuestra. Si por el pecado de un solo hombre, e sea, la transgresión de Adán, todos experimentamos sufrimiento y al final la muerte, también por la victoria sobre el pecado y la muerte de otro hombre, Jesucristo, seremos libertados del pecado y obtendremos la vida eterna. Por supuesto, que esto mismo lo explica mucho mejor San Pablo, en Romanos 5:18-20.

Romanos 5: 18-20:

“15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.”

3. Hay mucha gente buena y buenas intenciones.

Por supuesto. No lo dudo. También hay mucha gente mala con perversas intenciones. No obstante, la Sagrada Escritura afirma categóricamente que:  “...Todos están bajo pecado. (10) Como está escrito: No hay justo, ni a un uno; (Romanos 3:9 úp, 10). También el verso 23 del mismo capítulo, incide en lo mismo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”.

Creo que la Santa Biblia dice la verdad. Yo no juzgo a nadie. Sólo me observo a mí mismo y me veo pecador, y también santo porque he sido santificado en mi fe en Cristo. Como diría el gran Reformador Martín Lutero: “Simul justus et peccator” (justo y a la vez pecador). Eso no es óbice para que también me considere una buena persona. Sin embargo, reconozco que no puedo merecer por mismo, por mis obras, el don de la vida eterna, porque, si así fuera, en vano habría muerto Cristo por mí.

4. ¿Cuál fue el pecado de Adán y Eva?

Tu comentario:

“De todos modos, decir que creo que Dios los puso a prueba, pero con una prueba no muy fácil de superar debido a una tendencia del carácter humano que creo que todos compartimos, es decir, "la curiosidad". En esta historia, se castiga la curiosidad del hombre, algo que nos ha dado muchos disgustos en ocasiones, pero que como todo, tiene su lado positivo y también nos ha dado muchas satisfacciones, grandes conocimientos y adelantos maravillosos.”

¿Castigó Dios a Adán y Eva por su curiosidad? ¿Su pecado fue la curiosidad?¿Era difícil de superar la prueba a la que fueron sometidos cuando estaban en el Edén?

Analicemos en que consistió la prueba:

Génesis 2:16, 17

  “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; (17)mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”

Dios había colmado a la Primera Pareja de todo lo que necesitaban para ser felices, un huerto en Edén, “para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15 úp). Sin embargo, Dios consideró necesario que ellos probaran su lealtad y fidelidad a Él, obedeciendo esa sencilla prueba. Era una sola restricción en el jardín. Pasar por alto la misma, estaba penado con la muerte, y significaba conocer también el mal, o sea experimentarlo en sus propias carnes.

Veamos ahora la forma tan astuta y sutil de la tentación de Satanás a Eva:

Génesis 3:4-7

“Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; (5) sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán  abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el  bien y el mal. (6)  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (7) Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”

 Observemos, en primer lugar, que Satanás contradice frontalmente a Dios. Dios les había dicho morirás y Satanás: no moriréis. A continuación les presenta la tentadora idea de que si desobedecen a Dios, no sólo no morirán sino que serán como Dios, sabiendo el bien y el mal. Adán y Eva ya eran como Dios en el sentido que habían sido creados a imagen y semejanza de Él.

Dios no castiga la curiosidad sino la infidelidad y deslealtad. Ellos tenían todo el mundo y todo el tiempo para investigar y para averiguar la ciencia de Dios. Su camino no les llevó a la sabiduría sino a la muerte. La decisión de ceder al ofrecimiento tentador de Satanás, como ya hemos visto, implica varios pecados, que no se corresponden con la curiosidad.

En segundo lugar, ellos aceptaron que una criatura de Dios, la serpiente, decía la verdad, haciendo, por tanto, a su Dios y Padre, mentiroso. Lo cual significaba poner en entredicho la honorabilidad del Creador, rindiendo pleitesía a la criatura cuando deberían corresponder a Dios con amor, pues a Él le debían todo lo que eran y tenían.

En tercer lugar, una vez que admitieron en su corazón que Dios les estaba ocultando la verdad, o sea que les estaba tratando de engañar para así evitar que ellos pudieran asemejarse más a Él, codiciaron ser como Dios. Eva llega a creer que comer de la fruta del árbol prohibido será un medio para alcanzar la sabiduría y ser como Dios conociendo el bien y el mal. Una vez más, el fin, loable de alcanzar sabiduría, no justifica el empleo de medios ilícitos, prohibidos claramente por Dios.

Pronto supieron que habían sido engañados al dar más crédito a la criatura que a Dios: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.” (Génesis 3:7).

Conocieron que estaban desnudos porque habían perdido su inocencia y su comunión con Dios, y el vestido de la justicia de Dios que los cubría. En realidad murieron espiritualmente en ese momento (eso es lo que supone la separación de Dios) y físicamente unos novecientos años más tarde. Conocieron el mal al experimentarlo desde ese momento y a lo largo de sus vidas, pero no alcanzaron la sabiduría que codiciaron al querer independizarse de Dios, ni tampoco el poder de ser como Dios. Por el contrario la imagen y semejanza con Dios que tenían antes de la Caída se enturbió y desvirtuó mucho. 

Poco tardaron en ver las terribles consecuencias que su rebelión provocó: Caín mató Abel. Y sus más directos descendientes, la Humanidad antidiluviana, alcanzaron rápidamente tal grado de maldad que la Santa Biblia lo registra así en Génesis 6:5,6:

Génesis 6:5-6

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. (6) Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.”

La Humanidad había llegado a un grado de maldad extrema, por lo que Dios no podía permitir que el mal se perpetuara, y la juzgó  y condenó mediante un diluvio. Noé y sus descendientes, aprendieron de las consecuencias que significaron la ruptura de relaciones con el Creador. A partir de entonces, Dios interviene, iniciando su Plan de salvación, a través, primero, de la elección de los patriarcas, Abraham, Isaac, Jacob, etc, hasta formar el pueblo elegido que será depositario de su Revelación, y del que, más tarde, llegado el cumplimiento del tiempo previsto por Dios, nacería de mujer su Hijo Jesucristo (Gálatas 4:4), el Salvador del mundo (1ª Juan 2:2; 1ª Timoteo 2:3-6), “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29), con lo que se culmina el Plan de rescate de la Humanidad rebelde.

5. Conclusión.

¿Cómo puede Dios ser soberano del universo, Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:15,16) y conseguir que los seres humanos le obedezcan y le amen libremente cuando su tendencia es siempre hacia lo malo, sin forzarlos a hacer lo bueno? (Efesios 2:1-5; 1ª Juan 3: 9, 21-24).

¿Cómo podía Dios reivindicar su honorabilidad y justicia ante la insidiosa actitud de Satanás y las demás criaturas sin ejercer su poder absoluto? (Juan 3:16)

¿Cómo podía Dios ser justo, no dejando sin castigo al pecador, y al mismo tiempo misericordioso perdonando las ofensas cometidas? (Romanos 3:21-26).

¿Cómo podía Dios reconciliar consigo mismo a la rebelde humanidad extraviada y rescatar lo que se había perdido? (Romanos 5:10; 2ª Corintios 5:18-21)

Toda la Santa Biblia está enfocada hacia Jesucristo, en quien se lleva a cabo el magnifico Plan de Salvación de Dios para rescatar a la rebelde Humanidad. Veamos lo que nos responden:

Jesucristo mismo:

Juan 3:16:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Mateo 18: 11:
 
“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.”  (ver además Lucas 9:56; 19:10).

Marcos 10:45:

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

San Pablo:

Romanos 3:21-26

“21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”

Romanos 5:10, 11

“10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”

2ª Corintios 5:18, 19

“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; (19) que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación.”

¿No tuvieron Adán y Eva una segunda oportunidad? ¿Por qué no los perdonó Dios? ¿Dios se enfada?

La semilla del mal, había sido sembrada en el mundo (Génesis 3:1-7; Mateo 13:24-30). La justicia y rectitud de Dios habían sido puestas en entredicho. Se hacía necesario dejar que, lo que se había sembrado, diera sus frutos, pues si se extirpaba de inmediato, no quedaría desenmascarado Satanás. Además, toda la gravedad del pecado y del mal que representa apartarse del Creador y sustentador del Universo y de la vida, no se habría evidenciado.

Por supuesto que Adán y Eva y todos sus descendientes tuvieron una segunda oportunidad. La misma que tiene el resto de la Humanidad en todos las épocas. Consiste en reconocer los errores cometidos y arrepentirse de ellos, acogiéndose a la muerte sustitutoria de Cristo. Él murió para que vivamos por Él. Nada más pecar, Adán y Eva recibieron la promesa de Dios de que obtendrían la victoria sobre el pecado y el mal a través de Jesucristo: la simiente de la mujer (Génesis 3:15), es decir su descendencia, que es Cristo (Gálatas 4:5,6) heriría en la cabeza a la serpiente, es decir a Satanás (Apocalipsis 12:9; 20:2), abriendo el camino al cielo por Jesús, el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6; Hebreos 10:20).

La muerte de Cristo, el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29) satisfizo la justicia de Dios, desenmascaró la maldad de los planteamientos de Satanás y de toda la Humanidad que pretendía ser justa pero que no lo era en absoluto, pues condenó y torturó al hijo de Dios hasta la muerte y muerte de Cruz. “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. (Juan 3:19). 

Dios nos perdona cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador personal, es decir, nos acogemos a sus méritos, su sangre expiatoria con la que pagó el rescate de nuestra vida.

1ª Pedro 1:18-21

“18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

Los pecados causan separación entre el hombre y Dios. Dios es tres veces Santo. Su ira es santa, y no se parece en absoluto a la del ser humano (Ver Efesios 2:1-9).

Romanos 1:18:

“18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;”

Por lo demás, comparto y coincido contigo en muchos puntos de vista que me comentas. Tienes razón, yo también, creo que mi web puede ayudar a mucha gente a entender la Santa Biblia, y por tanto a mejorar su relación con Dios. Me gustaría poder ayudar a más gente, pero para eso es necesario que se difunda mucho más mi página. Espero contar contigo para que siempre que lo consideres oportuno la publicites entre tus conocidos y amistades.

*******

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 

 

 

 

 

*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

<Anterior> <Arriba> <Siguiente>