Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la salvación (Soteriología)

 

¿Habrá dos resurrecciones distanciadas por un tiempo de mil años?

 

¿La resurrección de vida y la de juicio serán simultáneas?

Versión 09-08-2011

 

Carlos Aracil Orts

1.  Introducción*

Estimado hermano en Cristo, primero de todo agradecerle que haya visitado mi Web y contactado conmigo. Me complace enormemente que le sean útiles mis publicaciones. Siento la curiosidad de saber cómo pudo usted encontrar mi modesta Web, de entre la inmensidad de Internet.

A continuación, en el cuerpo de este estudio bíblico, voy a tratar de responder a su siguiente pregunta:

Me gustaría saber si estamos en la primera o segunda resurrección. Gracias. G. Manzanares S

A lo largo del estudio, comprobaremos que la Sagradas Escrituras relacionan el evento de la segunda venida de Cristo en gloria, con la resurrección y el juicio, de manera que Él, al momento de aparecer en el cielo, llama a los santos a la vida eterna. Por tanto, la resurrección de ellos se produce inmediatamente en respuesta al llamado de Cristo. La Escritura repite en varios sitios que esta venida será visible por muchos: “...verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gloria.” (Mateo 24:27,30); “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron;...” (Apocalipsis 1:7; Véase además Mateo 25:31; Lucas 21:27; Hechos 1:9-11).

El Nuevo Testamento (NT) describe claramente que cuando Cristo aparece en las nubes del cielo, llama a sus santos muertos a resurrección de vida eterna, y junto con los santos que estén viviendo en el mundo en ese momento, serán previamente transformados en cuerpos inmortales y trasladados a su presencia (1ª Tesalonicenses 4:13-18). Sin embargo, no determina con la misma claridad, si la resurrección de los malvados se produce al unísono con la de los salvos o posteriormente. Jesucristo y San Pablo nunca hablan de primera y segunda resurrección, sino que se refieren a la resurrección como un evento único que infaliblemente se producirá en el futuro. Mientras que Jesús distingue entre resurrección de vida y de condenación o juicio, Pablo habla de resurrección de justos e injustos. Pero ambas declaraciones son perfectamente entendidas, pues no plantean dudas, ya que se refieren a la misma resurrección: de vida, para los justos, y de juicio para los injustos. Luego no hay contradicción sino que los aspectos descritos en ambos casos se complementan, permitiendo obtener mayor conocimiento de las finalidades de ambas resurrecciones (véase Juan 5:28,29; Hechos 24:15).

Juan 5:28,29: No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Hechos 24:15: “Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.

Cuando Jesús respondió la pregunta sobre la resurrección que le hicieron algunos saduceos, ratifica la certeza de este evento futuro, y se refiere a una única resurrección efectiva: la que salva y proporciona vida eterna (Véase Lucas 20:27-38). Solo hay un texto en la Biblia que habla expresamente de la primera resurrección, y este es Apocalipsis 20:6, pero ninguno que denomine a la resurrección de los injustos, segunda resurrección.

Apocalipsis 20:6: Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Todo esto es lo que intentaremos explicar más detalladamente, hasta donde se nos ha revelado, y según nuestro conocimiento actual de la Biblia.

2. Dos resurrecciones: la de los santos y la de los impíos

Según mi entendimiento de la Biblia no estamos ni en la primera ni en la segunda resurrección. Porque estar en la primera resurrección significaría que ha llegado el tiempo de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, que es cuando se produce la resurrección de los muertos (1ª Tesalonicenses 4:13-18). Por deducción lógica, mucho menos podemos estar en la segunda resurrección, pues ésta nunca puede venir antes de la primera, pues entonces no sería segunda. La segunda resurrección podrá producirse a continuación, o al cabo de un determinado periodo de tiempo o  simultáneamente con la primera, ¿por qué no? En este último caso, el adjetivo ordinal no indicaría el orden de sucesión sino la naturaleza diferente de las mismas, y con el único objeto de distinguirlas por ser su finalidad totalmente distinta: La primera resurrección tiene por objeto dar vida eterna a los santos en Cristo, y la segunda tiene como finalidad el que reciban el juicio condenatorio y la muerte eterna los malvados o impíos(Juan 5: 24-29). Leamos los textos citados:

Juan 5:24-29: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. 26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; 27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

1ª Tesalonicenses 4:13-18: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Ahora, mientras dura la vida del hombre, es cuando se debe escuchar y obedecer por fe la Palabra de Dios, a fin de participar en la resurrección para vida eterna, la que se refiere San Pablo en 1ª Corintios 15: 51-57.

1ª Corintios 15:51-57: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

La resurrección a la que se refieren los textos anteriores es, naturalmente, la de los que han alcanzado la justicia de Cristo. Es decir, los que han sido justificados por la fe en el Salvador (justificados son todos los salvados por aceptar el sacrificio de Cristo, o sea, los que aceptan que Él haya recibido la pena que corresponde a los pecadores, por todos los pecados que ellos han cometido a lo largo de toda su vida). Pablo hace énfasis de que solo la resurrección de Jesucristo, un evento sucedido en el pasado, hace unos dos mil años, ha hecho posible que los creyentes puedan participar de esa misma resurrección en el futuro:  “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (1ª Corintios 15:23).

1ª Corintios 15:20,23-26: Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. [...] 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

El evangelista Mateo relata que, en el mismo instante que Cristo exhaló su espíritu (Mateo 27:50), es decir cuando se consumó su muerte en la cruz, se produjeron varios acontecimientos, como que “...el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.” (Mateo 27:51-53). Notemos que esa resurrección de muchos cuerpos de santos ocurrió “después de la resurrección de él” [Cristo], como consecuencia de su victoria sobre la muerte, el pecado y el diablo, como un anticipo de lo que sucederá al final del mundo, en su segunda venida, y con el objetivo de mostrarnos fehacientemente la certeza de su victoria y de la promesa de salvación, para que, en adelante, confiáramos plenamente en Él, y en su poder sobre la muerte. En la Palabra de Dios encontramos muchos casos de muertos que son resucitados pero que sus cuerpos no son transformados en incorruptibles e inmortales, como el de Lázaro (Juan 11:11,13,14, 43, 44), la hija de Jairo (Marcos 5:39-43), o el hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:12-17). Con toda seguridad, todos estos resucitados volvieron a morir cuando les volvió a llegar su hora. La Santa Biblia no desvela si los muertos que salieron de los sepulcros con motivo de la resurrección de Jesús fueron resucitados con cuerpos celestiales, incorruptibles e inmortales. Lo que parece indicarnos que se trata de resucitados de las mismas características que Lázaro y otros.

Aún así ¿por qué no deberíamos considerar el evento de la resurrección de muchos cuerpos de santos, que ocurrió en el tiempo de la resurrección de Jesús, como la primera resurrección?

Sencillamente porque toda la Palabra de Dios es muy clara al afirmar que la resurrección y el cumplimiento de la promesa de Dios de vida eterna a los redimidos se realizan cuando Cristo venga con poder y gran gloria al final del mundo (Lucas 21:27; Juan 14:3; Hechos 24:15; 1ª Tesalonicenses 4:13-18, etc.). Es más, Pablo, ya en su tiempo amonestó a aquellos “que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.” (2ª Timoteo 2:18).

Por lo tanto, la resurrección de los muertos es un evento que la Biblia ubica, sin lugar a dudas, en el futuro, cuando el Señor Jesús aparezca en las nubes en su segunda venida, desde donde llamará a los santos muertos para resucitarles, dándoles un cuerpo celestial, incorruptible e inmortal. Al mismo tiempo, los cuerpos carnales y mortales de los creyentes que en ese momento del fin del mundo actual permanezcan con vida serán transformados en cuerpos espirituales e inmortales. Nada diferenciará a  ambos grupos, que siendo igualmente herederos del Reino de los Cielos, serán arrebatados hasta encontrarse con su Salvador en lo alto del cielo. Cristo no baja a la Tierra en su segunda venida sino que nos lleva al cielo. Esto concuerda con lo que, según el Evangelio de Juan, dijo a sus discípulos:

Juan 14:1-3: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Y también lo siguiente que dijo Pablo a los Filipenses:

Filipenses 3:20: Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

3. ¿Son resucitados los justos e injustos al mismo tiempo cuando Cristo aparece en el cielo por segunda vez?

Lo que caracteriza a la así llamada segunda resurrección (la de los impíos), como ya hemos dicho, no es el momento en que se produce sino su finalidad y las consecuencias que conlleva ser participante de ella. Los cuerpos resucitados en esta segunda resurrección siguen siendo carnales y mortales, a los que se les vuelve a la vida solo para que reciban el juicio y el castigo merecido por las obras malas que hicieron durante su vida, antes de su muerte. Parece obvio que todos los malvados, de todas las épocas, que murieron antes del regreso en gloria de Cristo, si han de recibir el juicio condenatorio y castigo correspondiente, necesariamente, han de volver a la vida, aunque sea por corto tiempo para ser juzgados y recibir la pena de la segunda muerte que es definitiva y eterna (Apocalipsis 2:11; 20:6; 20:14; 21:8). Pues la condición indispensable para morir por segunda vez es haber estado muerto y haber vuelto a vivir por medio de la resurrección para juicio o condenación de la que habló Jesús, según el texto de Juan 5:29, citado antes. ¿Cuándo sucede esto? La resurrección de los creyentes, es decir, los santos en Cristo, el NT no deja lugar a dudas que se produce cuando Él venga en gloria en su segunda venida, al fin del mundo, “en el día postrero” (Véase Lucas 20:35,36; Juan 6:39-40,44; 11:24; 1ª Corintios 15:51-56; 1ª Tesalonicenses 4:13-18).

En mi opinión, de lo que declaran, Jesús, acerca de la resurrección de vida y resurrección de condenación o juicio (Juan 5:28,29), y Pablo referente a la resurrección de justos e injustos (Hechos 24:15), solo se puede inferir que con toda certeza ocurrirán en el futuro esas dos clases de resurrección, pero no es posible deducir, con toda seguridad, de sus declaraciones, que ambos tipos de resurrección necesariamente acaecerán, simultáneamente en el tiempo, cuando Cristo venga en gloria. Solo está admirablemente claro en 1ª Tesalonicenses 4:13-18, que cuando aparece Cristo en las nubes, los santos, tanto los muertos resucitados como los sobrevivientes, son transformados en seres con cuerpos celestiales e inmortales y trasladados al encuentro con Cristo en el cielo. Pero nada se dice del momento en que se lleva acabo por Cristo la resurrección de los impíos.

Sin embargo, si hay vívidas descripciones en el NT, especialmente en Apocalipsis, sobre una gran convulsión y cataclismo jamás conocido por la humanidad que se producirá en nuestro planeta Tierra, poco antes y durante la segunda venida de Cristo. Según narra el apóstol Pedro, “el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2ª Pedro 3:10-13).

Por tanto, la cuestión importante no es saber con certeza si la resurrección de los malvados se produce al mismo tiempo que la de los salvos, o por el contrario exista un intervalo de tiempo entre ambas. Lo verdaderamente importante es que cuando Cristo vuelva en gloria nos halle siendo fieles a la verdad, justificados por su muerte redentora y santificados por su gracia, y así formar parte de los santos que serán rescatados del infierno en que se habrá convertido esta tierra, los cuales serán librados de sufrir los eventos que sucederán al fin del mundo y que los siguientes textos narran con tremendo dramatismo:

2ª Tesalonicense 2:7-12: Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Apocalipsis 6:12-17: Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Apocalipsis 11:18: Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

2ª Tesalonicenses 1:7-10: “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).”

4. Conclusión

De lo que declaran, Jesús, acerca de la resurrección de vida y resurrección de condenación o juicio (Juan 5:28,29), y Pablo referente a la resurrección de justos e injustos (Hechos 24:15), podemos inferir que con toda certeza ocurrirán en el futuro esas dos clases de resurrección, pero no es posible deducir, con toda seguridad, de sus declaraciones, que ambos tipos de resurrección necesariamente acaecerán, simultáneamente en el tiempo, cuando Cristo venga en gloria. Solo está admirablemente claro en 1ª Tesalonicenses 4:13-18, que cuando aparece Cristo en las nubes, los santos, tanto los muertos resucitados y como los sobrevivientes, son transformados en seres con cuerpos celestiales e inmortales y trasladados al encuentro con Cristo en el cielo. Pero nada se dice del momento en que se lleva acabo por Cristo la resurrección de los impíos.

No obstante, el hecho de que los textos bíblicos citados expresen la idea de una resurrección general, como si de un solo evento se tratase, también podría entenderse como que ambos tipos de resurrección suceden simultáneamente, los malvados son resucitados al tiempo que los santos, y la diferencia está en que estos son transformados y llevados al cielo, y por el contrario, aquellos quedan con la sola expectativa del juicio y la segunda muerte, lo cual fácilmente se sobreentiende, aunque no haya mención expresa de la Palabra de Dios en esos textos, pero sí en otros que fijan con claridad el destino de los injustos. Por ejemplo, en Apocalipsis 1:7, el apóstol Juan afirma: “He aquí que viene [Cristo] con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron;...” . De aquí, podemos deducir, que si todos verán la segunda venida de Cristo, incluso “los que le traspasaron”, esto abarca no solamente aquel soldado romano que remató a Jesús con su lanza cuando ya estaba muerto, con el solo fin de asegurarse que no hubiera ninguna posibilidad de que sobreviviera después del terrible tormento de la cruz; sino que se refiere a todos los dirigentes judíos y parte del pueblo, que le habían rechazado y condenado a esa muerte tan infamante y horrenda, y por extensión a todos los que continuamente le traspasan con su impiedad, incredulidad y dureza de corazón. Para que todos ellos pudieran ver venir a Cristo en las nubes, es obvio que tuvieron que ser resucitados previamente. Esta será la resurrección para juicio y condenación.

Otro argumento a favor de la simultaneidad de las resurrecciones podría deducirse del texto de Mateo 25:31-46, en el que Jesús se refiere al futuro juicio final sobre todas las gentes de la Tierra.

Mateo 25:31-46: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. […] 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Aunque en este caso no habla de resurrección, se sobreentiende que la ha habido previamente. Nótese que el juicio de las naciones se lleva a cabo “cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria”.

Sin embargo, algunos textos considerados aislada y literalmente como los de Apocalipsis capítulo 20, podrían dar a entender, que la resurrección de los impíos se produce un periodo de mil años, simbólicos o literales, después de la primera resurrección. Sin que vayamos a entrar en el tema del Milenio, que corresponde a otro estudio, ya publicado en esta misma Web, no podemos dejar de analizar los siguientes textos que mostramos a continuación:

Apocalipsis 20:5-10: (5) Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El texto de Apocalipsis 20:6, es el único en todo el NT, que menciona una primera resurrección, que tiene la particularidad que todo aquel que participa en la misma, será feliz y santo porque “…la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que reinarán con él [Cristo] mil años”. No obstante, está claro que esta resurrección no puede ser otra que la de los justos, porque es la única que los que la reciben quedan inmunes de la segunda muerte, o sea, que nunca podrán ser afectados por ella; y como demuestran los textos bíblicos citados es llevada a efecto por Cristo en su segunda venida.

En primer lugar, deberíamos preguntarnos ¿quiénes forman parte de “los  otros muertos” [que] “no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:5)?

Parece claro que si se trata de muertos literales es porque todavía están pendientes de ser resucitados. No pueden ser candidatos a la primera resurrección puesto que  ella solo corresponde a los salvos y estos ya están reinando con Cristo en el cielo. “Los otros muertos” que vuelven a vivir, es decir, son resucitados, no pueden ser otros que todos los malvados de todas las épocas, incluso los que vivían cuando Cristo vino en las nubes y pudieron verle, y fueron muertos por el fuego consumidor que emana, para los malvados, de la presencia de Cristo (2ª Pedro 3:7,10,12,13, 2ª Tesalonicenses 1:7,8).

En segundo lugar ¿Qué ocurrió en la Tierra después de que Cristo recogiera a los salvos de todo el planeta y de todas las épocas? ¿Quiénes quedan en la Tierra?

Si la Tierra fue destruida por el fuego como profetiza el apóstol Pedro y Juan en el Apocalipsis, ningún tipo de vida quedará en ella. La Tierra estaría vacía y desierta durante esos mil años ¿no es así? Por lo que Satanás no tendría ocasión de engañar a nadie. Al cabo de los mil años, si consideramos la literalidad, los santos descienden del cielo junto con la Jerusalén celestial. Entonces, es cuando son resucitados todos los malvados de todas las épocas, y Satanás aprovecha de nuevo la ocasión para volverlos a engañar e inducirles a que destruyan a los santos y a la ciudad santa.

Apocalipsis 20:7-10: Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Dios hace descender fuego del cielo sobre todos los que intentan destruir a sus santos. Él Ha hecho justicia y ha extirpado el mal definitivamente del Universo. Ahora reina la paz, el bien y el amor en todo él. Dios recrea el planeta Tierra o lo restaura para que sea el paraíso donde vivan por la eternidad los seres humanos:

Apocalipsis 21:1-7: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. [...] 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Carlos Aracil Orts

www.amistadencristo.com

 

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*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo que se indique expresamente otra vesión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

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