Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Antropogía bíblica

¿Le mintió Jesús al buen ladrón en la Cruz?

 
Versión: 02-01- 2013

 

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*

Estimado hermano José, le gradezco que me contactara, y, también, sus siguientes comentarios y consulta:

“Usted menciona que Jesús (su Espíritu) el mismo día que murió ese mismo día subió al Padre en los Cielos (de acuerdo a Luc. 23:43) ... sin embargo en Juan 20:17 escrito está: "Dícele Jesús: No me toques: porque aún no he subido a mi Padre: mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios..."  Luego, entonces ... ¿Le mintió Jesús al ladrón en la Cruz? (José).

En primer lugar, yo nunca he dicho que Jesús subió al Cielo en espíritu el mismo día en que murió, ni la Palabra de Dios tampoco lo afirma. Precisamente, este humilde  servidor que le escribe, defiende lo contrario, o sea, que Jesús no se presentó en el cielo hasta que resucitó, y posiblemente, hasta que pasaron cuarenta días de su resurrección (Hechos 1:3,9).

En segundo lugar, el buen ladrón nunca pidió a Jesús estar con Él en ese mismo día sino que le dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas 23:42).

¿Cuándo, pues, iba el buen ladrón a reunirse con Jesús, en el momento de morir, o cuando Jesús viniera por segunda vez en gloria (1ª Tesalonicense 4:13-18)? Por favor, seamos lógicos y razonables, y apartemos las ideas preconcebidas, analizando fríamente este episodio:

2. ¿Fue el buen ladrón, que fue crucificado al lado de Jesús, al Paraíso, el mismo día que murió, sin esperar al día de la Resurrección? (Lucas 23:43).

El malhechor crucificado al mismo tiempo que Jesús, conocido como el “buen ladrón”, poco antes de morir, demostró su fe reconociendo a Jesús como su Salvador, por lo que recibió la promesa de que iría al paraíso. Podemos leer el contexto más amplio en Lucas 23: 39-43. Nuestro análisis se enfoca a los siguientes dos textos 42 y 43 de Lucas 23.

Lucas 23:42-43: “(42) Y dijo a Jesús: acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. (43) Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”

En esta declaración de Jesús, tal como está expresada en la mayoría de las traducciones, muchos han querido encontrar la confirmación de que el alma o el espíritu son inmortales, y que cuando uno muere, sólo muere el cuerpo, en tanto que el espíritu sigue viviendo, de forma consciente, y es trasladado al Paraíso o al Infierno.

En primer lugar, cualquier pasaje o versículo de la Biblia se debe interpretar siempre a la luz del contexto inmediato, cercano, lejano, así como del contexto general de la entera Palabra de Dios. Por tanto, no sería correcto que sobre un versículo aislado, sacado totalmente de su contexto y sin tener en cuenta el resto de la Biblia, se pretendiera extraer, y fundamentar la doctrina de la supervivencia e inmortalidad del alma después de la muerte.

En segundo lugar, el significado o sentido último que obtengamos o que se desprenda de la lectura superficial y ligera del mismo no puede estar en contradicción con las declaraciones y afirmaciones del resto de la Biblia. Si este fuera el caso deberíamos pensar que se interpreta incorrectamente o que la traducción del texto literal ha podido tener algún error, lo cual es muy plausible.

La Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, a los profetas y hombres santos de Dios, y por eso no puede contradecirse. Sin embargo, debemos ser conscientes de las limitaciones humanas y de la imperfección del lenguaje, y de posibles errores de los traductores y copistas.

Los seres humanos al ser imperfectos, y actuar con ideas preconcebidas y prejuicios, empezando por los traductores más y menos antiguos, y siguiendo por todos y cada uno de los que interpretan la Biblia, han podido cometer errores, que no obstante, son detectables cuando analizamos el texto, sin partidismo, con imparcialidad, tratando, en todo momento, de dar al texto en cuestión un sentido que armonice con el conjunto total de la Revelación que Dios ha dado a la humanidad.

La doctrina católica refiere que las almas o los espíritus de los muertos, inmediatamente cuando salen del cuerpo muerto, son juzgados por Dios, en un juicio particular para cada ser humano que muere, y como consecuencia del mismo, Él las envía al cielo, al infierno o a un lugar intermedio llamado Purgatorio donde las almas se terminan de purificar hasta que sean dignas de acceder al cielo.

Esta creencia católica es bastante similar a la del cristianismo evangélico, si se exceptúa el Purgatorio. Para los evangélicos, solo caben dos opciones, las almas van al Cielo o al Infierno. Tanto los católicos como los evangélicos consideran o toman la parábola del Rico y Lázaro (Lucas 16:19-31) como literal, basándose en la misma para fundamentar la esencia de esta doctrina.
 
Tanto católicos como evangélicos, al interpretar literalmente las palabras que Jesús le dijo al “buen ladrón” –De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43) deducen lo siguiente:

Sin embargo, observemos que el malhechor arrepentido no pretende ni pide estar en el “Paraíso” con Jesús en ese mismo día, sino que denota ser bastante conocedor de la Sagrada Escritura al rogarle: “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas 23:42). Esa es la petición correcta y la clave para entender lo que responde Jesús, que coincide plenamente con la bienaventurada esperanza de todos los cristianos de la venida en gloria de nuestro Salvador y Redentor Jesucristo al final del mundo (Tito 2:13; Mateo 24:31; 25:31; Marcos 13:26-27; Lucas 13:28; etc.).

La Palabra de Dios afirma en multitud de textos que los creyentes irán al “Paraíso” al fin de este mundo, Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,(32)  y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.” (Mateo 25:31,32).

Entonces, no antes, sino en la Parusía, cada uno recibirá su alabanza de Dios, y serán vivificados, es decir, los muertos vuelven a vivir.

Mateo 24:31: Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

1ª Corintios 4:5: Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

1ª Corintios 15:22-23: Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.  (23)  Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

1ª Corintios 15:51-55: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,  (52)  en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.  (53)  Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. (54) Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.  (55)  ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

Colosenses 3:4: Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

1ª Tesalonicenses 2:19: Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?

1ª Tesalonicenses 4:13-17: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.  (14)  Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.  (15)  Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.  (16)  Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.  (17)  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.(A)

2ª Tesalonicenses 1:7-10:  y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,  (8)  en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;  (9)  los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,  (10)  cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

2ª Tesalonicenses 2:1: Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

2ª Timoteo 1:12: Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

2ª Timoteo 4:7-8: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.  (8)  Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

3. La vida eterna no es algo inherente a la naturaleza humana sino un don de Dios que se alcanza mediante la fe en Cristo.

Juan 6:40: Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Juan 6:47: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Jesucristo, sin lugar a dudas, vincula la vida eterna con la resurrección en el día postrero. Luego hasta la resurrección no hay vida y por tanto posibilidad de gozar del “paraíso”.

Juan 8:51: De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

¿Cómo entender esta afirmación de Jesús porque obviamente la muerte no ha dejado de existir y existirá hasta su venida gloriosa?

La primera muerte es natural y en la Biblia se equipara con un estado de inconsciencia similar al sueño. Jesús claramente se refiere a la muerte segunda (Apocalipsis 19:20; 20:10; 20:14, 15; 21:8), de la que no se puede resucitar pues es el castigo definitivo y eterno en sus consecuencias que reciben los malvados, consistente en “pena de eterna perdición” (Mateo 25:46; 2ª Tesalonicenses 1:9).

Juan 11:25-26: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.  (26)  Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Jesús afirma “aunque esté muerto, vivirá”, luego la vida eterna es un suceso que está en el futuro, y por tanto, no se produce cuando uno muere sino cuando resucite al fin de los tiempos. La condición para no morir eternamente es creer en Jesús.

Juan 14:3: Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Los salvos irán con Jesús al Paraíso cuando Él vuelva en gloria y los lleve consigo a ese Reino (1ª Tesalonicenses 4:13-18), preparado desde la fundación del mundo (Mateo 25:34).

Ahora, es necesario preguntarnos ¿cómo pudo Cristo prometer  al “buen ladrón” que iría en ese mismo día al “Paraíso”? ¿No está esto totalmente en contradicción con todos los otros textos de la Palabra de Dios que afirman lo contrario y con lo que Él mismo dijo en muchas ocasiones?

¿No puede haber un error en la traducción de ese texto tan discordante porque afirma “hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23: 43) echando por el suelo y contradiciendo abiertamente todos los otros muchos pasajes bíblicos, incluso aseveraciones del propio Jesús?

En la frase de Jesús de Lucas 23:43 existen dos palabras clave que es necesario analizar para interpretar correctamente el texto bíblico –“hoy” y “paraíso”, y una tercera, la conjunción “que”, la cual, no está, al parecer, en los manuscritos más antiguos.

Lucas 23:43: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso

Se ha probado suficientemente por la sola Biblia que al Paraíso nadie va sino es mediante la resurrección. Ahora, abordaremos en primer término, lo que significa “paraíso” y en qué lugar se encuentra o se ubica, según la Biblia misma. En segundo lugar, estudiaremos si, para evitar contradicción en el contexto bíblico, fuese más correcto que el adverbio “hoy” en esa declaración de Jesús calificase al verbo “decir” (“digo”), en lugar de  al verbo “estar” (“estarás”).

4. ¿Dónde ubica la Biblia el Paraíso?

Todos estaremos de acuerdo que el Paraíso primitivo estaba en el huerto del Edén, donde Adán y Eva vivieron hasta que pecaron (Génesis 2:8-15; 3:22). Allí se encontraban dos famosos árboles: el de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida en medio del huerto. Éste último sólo está en el paraíso, como comprobaremos más adelante en el libro de Apocalipsis.

Génesis 2:8-10: “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y  puso allí al hombre que había formado. 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida  en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 2:10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.”

Génesis 3:22: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de  nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.”

¿Dónde se encuentra actualmente el paraíso según la Biblia?

Por los siguientes versos deducimos que el árbol de la vida está actualmente en medio del Paraíso de Dios.

Apocalipsis 2: 7: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”

¿Está el Paraíso en el Hades, en el “seno de Abraham” o en el cielo con Dios?

Aparte de la parábola del Rico y Lázaro que ya analizamos anteriormente y en otro estudio, no hay apoyo bíblico para la creencia de que el Paraíso se encuentre actualmente en el Hades o cerca del mismo. Incluso esta parábola no se refiere al Paraíso sino al “seno de Abraham”.

Apocalipsis 22:2 nos expresa claramente que el trono de Dios y del Cordero estará en el paraíso, donde también está “el árbol de la vida”, y sabemos que el trono de Dios está en el cielo y no cerca del Hades, que según la parábola sería un lugar de tormentos, pero que en realidad no es más que una figura que representa al cementerio o la sepultura.

Apocalipsis 22: 1- 4, 14: “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. [… ] 14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.”

Concluimos, pues, que el Paraíso está en el Cielo, donde se encuentra el trono de Dios, y allí está también "el Árbol de la Vida", semejante al que estaba en el Edén de la primitiva Tierra. Seguidamente veremos que Jesús, mientras estuvo muerto, no pudo estar en el paraíso y sólo cuando resucitó fue al cielo.

¿Dónde fue Jesús el mismo día (viernes santo del año 30 d.c.) cuando murió en la cruz?
 
¿Fue Jesús directamente al Paraíso en ese mismo día o tuvo una estancia de tres días bíblicos en el Hades o sea en la sepultura?

En ese mismo día tampoco Jesús fue al Paraíso, porque Jesús resucitó al tercer día, el domingo de resurrección, y esa declaración la hizo el viernes, cuando murió, tres días antes de su resurrección. Es necesario saber que en la tradición judía, o sea bíblicamente hablando cuentan el día de la muerte y el de la resurrección como días enteros e inclusivos. Jesús murió un viernes por la tarde a la hora novena –las seis de la tarde– (Marcos 15:34), y resucitó el primer día de la semana (domingo). Sin embargo, cuando llegaron las mujeres a su sepultura “muy de mañana” (Lucas 24:1) “ya salido el sol” (Marcos 16:2), pero “siendo aún oscuro” (Juan 20:1), Él ya había resucitado. Por tanto, Jesús estuvo en el Hades, o sea en el sepulcro, apenas unos pocos minutos del viernes, porque el día bíblico termina a la puesta de sol, todo el día sábado, y una parte de la noche del sábado al domingo. Puesto que las mujeres fueron muy de mañana y ya había resucitado Jesús, pues la tumba estaba vacía, quiere decir que Jesús resucitó en cualquier momento desde la puesta de sol del día sábado hasta poco antes de que llegaran las mujeres. Por eso la Palabra dice que resucitó al tercer día, porque se computan ambos días, el viernes de su muerte y el domingo cuando resucitó.

En cualquier caso, Cristo no subió al cielo el mismo día viernes en que murió. ¿Por qué afirmamos esto? Porque cuando Jesús, el domingo, acababa de resucitar, se le presentó a María, y le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20:17). Luego es evidente que Jesús no se había presentado ante el Padre que está en el cielo. Luego tampoco fue al paraíso, porque, como hemos probado antes, el paraíso no está en el Hades sino con Dios en el cielo.

Por otra parte, el Salmo 16:10, refiriéndose a Jesús, dice: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.”, y en Hechos 2: 27, durante su primer discurso, Pedro identifica el Hades con el Seol, y, también, que David en ese Salmo se estaba refiriendo proféticamente a Jesús, del que dice que no sería dejado en el Seol o en el Hades para que no sufriese corrupción.

¿Qué quiere decir: “ni permitirás que tu Santo vea corrupción”?

Significa que tanto el Seol como el Hades son lugares donde se corrompen los cuerpos de los seres humanos. Es lo mismo que ocurre en las sepulturas o tumbas. Un cadáver, a los pocos días después de ser enterrado, empieza a descomponerse, hasta convertirse en polvo con los años. Dios no permitió que esto le ocurriera al cuerpo de Jesús porque fue resucitado al tercer día de su muerte: “Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.” (Hechos 2: 27).

Pedro, lo explica magistralmente en los versos siguientes, Hechos 2: 29-35. David, aunque fue profeta, murió y fue sepultado como todo el mundo, “porque David no subió a los cielos;...” (Hechos 2:34). Como profeta tuvo el privilegio de conocer que Cristo Jesús nacería, según la carne, de su descendencia (verso 30) y le fue revelado que Jesús sería resucitado, por lo que “su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción” (Verso 31). Sólo la resurrección evita la corrupción del cuerpo de Jesús, y da vida a su alma que había dejado de existir por tres días.

Otra prueba más: el apóstol San Pablo también afirma que el Paraíso está en el cielo y no en el Hades.

2ª Corintios 12:1-4: “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.”

¿Dónde fue arrebatado Pablo en visión?

Fue arrebatado al Paraíso

En 2ª Corintios 12:2 se nos dice que fue arrebatado hasta el tercer cielo, y en el versículo 4, se identifica el “tercer cielo” con “el paraíso”. Luego, el paraíso está en el cielo y no en el Hades. Posiblemente, el tercer cielo a que se refiere Pablo tiene que ver con el nuevo cielo que vio también Juan en visión, relatado en Apocalipsis 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. El primer cielo ya pertenece al pasado prehistórico, el cielo original de Génesis 1:1, y que luego con el diluvio sufrió una profunda transformación. El segundo cielo, que es el cielo y la tierra actual están reservados para el fuego en el día del juicio (2ª Pedro 3:7, 10). El tercer cielo, es el paraíso, y es a donde esperamos los creyentes que Cristo nos lleve en la resurrección (2ª Pedro 3: 13: “pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”).

¿Adónde fue Jesús cuando resucitó? La respuesta está en Juan 14:1-4:

Juan 14:1-4: “1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.”

El Paraíso ahora está en el Cielo, que es a donde Jesús nos llevará cuando él regrese de nuevo en gloria:

1ª Tesalonicenses 4:13-18: “13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”

Pero nuestro Paraíso definitivo se establecerá en una Nueva Tierra y en un Nuevo Cielo donde estará la nueva Jerusalén y donde Dios morará con los hombres:

Apocalipsis 21:1-4: “1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”

5. Conclusión

A lo largo de este estudio, que se ha pretendido esté basado sólo en la Palabra de Dios, hemos visto lo siguiente:

Puesto que Jesús, ni, por supuesto, el buen ladrón, fueron ese mismo día al paraíso como se refiere el verso de Lucas 23: 42: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”, ¿Debemos entender que laBiblia tiene contradicciones? ¿No será más bien que los traductores se equivocaron al traducir el texto original colocando el adverbio “hoy” calificando al verbo estar en lugar de hacerlo al verbo “decir”?

Según hemos averiguado, la frase del verso 42, en el manuscrito original no contiene la palabra “que” la cual fue añadida por los traductores y colocada de modo que la frase adquiriera el actual significado en que aparece en todas las versiones de la Biblia que yo conozco.

Por tanto, si prescindimos de la conjunción “que”, la frase sería la siguiente:

“De cierto te digo hoy estarás conmigo en el paraíso”

En este caso el adverbio de tiempo “hoy” podría calificar igualmente al verbo “decir” como al verbo “estar”. O sea que se podrían hacer las dos interpretaciones dependiendo si tenemos o no en cuenta el contexto general de la Biblia. Pues ya hemos visto que si aceptamos como correcta la actual traducción, tal como viene en la mayoría de las versiones de la Biblia, estaríamos ante una auténtica contradicción.

Puesto que la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo no puede tener contradicciones, y si las hubiere se deben, como en este caso, a error de los traductores, concluimos, pues, que el adverbio “hoy” necesariamente se está refiriendo a “digo” y no a “estarás”.

La frase del verso 43 de Lucas 23, teniendo en cuenta que en el original no aparecen las comas, podría quedar de las siguientes maneras:

“De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso” ó
“De cierto te digo hoy, que estarás conmigo en el paraíso”

Ambas son gramaticalmente correctas, y traducen el sentido de la frase adecuadamente para que exista armonía en esta frase con respecto al resto de las Sagradas Escrituras.

Este significado, aparte de armonizar con todo el resto de la Biblia, tiene un sentido lógico porque el adverbio enfatiza al primer verbo pronunciado por Jesús. El énfasis lo coloca Jesús en lo que dice hoy, no en que el suceso se iba producir hoy, porque Él está atravesando por los últimos instantes de su vida, crucificado como un malhechor, y sin embargo, en ese momento, en esa situación tan difícil para que alguien le reconociera como el Mesías Rey, es cuando se produce la conversión del buen ladrón, por eso, por la fe que experimentó éste, Jesús le prometió en ese momento: “estarás conmigo en el paraíso”  un evento que está en el futuro, y que se cumplirá cuando el venga en su reino en gloria para recompensar a cada uno según sus obras.

Las cuestiones planteadas anteriormente se desarrollaron más ampliamente en los siguientes artículos:

1. ¿Los que mueren pasan a mejor vida?
2. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos: El Rico y Lázaro.
3. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos: el rey Saúl y la pitonisa de Endor
Cuando Jesucristo murió, ¿fue su espíritu al Hades a predicar a los espíritus encarcelados de los días de Noé?
¿Fue Jesús al paraíso el mismo día que murió en la cruz o fue al Hades?
¿Existe vida humana consciente fuera del cuerpo después de la muerte

 


Quedo a tu entera disposición para lo que pueda servirte.

Afectuosamente en Cristo.

 

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 


Referencias bibliográficas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

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