Preguntas y Respuestas
Miscelánea
¿Existieron los dinosaurios a la luz de la Biblia?
Versión: 10-12-2018
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Este artículo tiene como objeto responder a las siguientes cuestiones, que me formuló una estimada lectora, excepto a la primera pregunta que le dediqué, anteriormente, un estudio completo.
“Mi hijo me preguntó: ¿Cuántos años tiene la Tierra? ¿Existieron los dinosaurios a la luz de la Biblia?, si eso fue así, ¿quiere decir que Noé metió a estos a la barca? ¿Dios permitirá vida en otro planeta? El juicio será sobre los humanos que están en la tierra, pero ¿qué pasa con los que pudieran habitar en ese tiempo en otro planeta o estar viviendo en la Luna?"
Las preguntas que le ha planteado su hijo son todas interesantes, lo que demuestra que su hijo es inteligente. Puesto que el estudio bíblico anterior se dedicó íntegramente a tratar de responder a la primera pregunta, ¿Cuál es la edad de nuestro planeta Tierra?, en el presente intentaré dar respuestas al resto de las preguntas planteadas arriba.
A continuación, pues, voy a tratar de responder a las citadas preguntas, desde mi conocimiento o entendimiento de la Biblia.
2. ¿Existieron los dinosaurios a la luz de la Biblia?
En primer lugar, debemos saber que en la Biblia no aparece la palabra “dinosaurio”, entre otras cosas porque esa palabra es un invento relativamente moderno. Pero la Biblia dice que “creó Dios los grandes monstruos marinos” (Gn. 1:21), como, por ejemplo, puede referirse a la ballena y otros grandes animales marinos.
Behemot
La Biblia también se refiere a una bestia que registra con el nombre de “behemot”, y la describe en el libro de Job (40:15-24).
Job 40:15-24: He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; Hierba come como buey. (16) He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su vigor en los músculos de su vientre. (17) Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus muslos están entretejidos. (18) Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro. (19) Él es el principio de los caminos de Dios; El que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque. (20) Ciertamente los montes producen hierba para él; Y toda bestia del campo retoza allá. (21) Se echará debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos. (22) Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo rodean. (23) He aquí, sale de madre el río, pero él no se inmuta; Tranquilo está, aunque todo un Jordán se estrelle contra su boca. (24) ¿Lo tomará alguno cuando está vigilante, Y horadará su nariz?
Los exegetas de la Biblia identifican a “behemot”, por las características descritas en los textos anteriores, con el hipopótamo (1).
Leviatán
Además, la Biblia habla de otra bestia mitológica a la que llama “leviatán”, que en algunos textos se describe como una especie de dragón con varias cabezas (véase Sal. 74:14; cf. Job 3:7-9).
Salmos 74:13-15: Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. (14) Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto. (15) Abriste la fuente y el río; Secaste ríos impetuosos.
Algunos comentadores creen que esta especie de dragón o serpiente antigua representa o simboliza al diablo y a todos los perseguidores del pueblo de Dios, como, por ejemplo, los egipcios que persiguieron a los israelitas cuando pasaban el Mar Rojo (2).
Esto se confirma en el capítulo 12 del libro de Apocalipsis que describe a “un gran dragón escarlata” (Ap. 12:3): “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” (Apocalipsis 12:3). En unos textos más adelante, este gran dragón es identificado como símbolo del diablo; comprobémoslo: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9). La serpiente antigua se refiere a la que apareció en Génesis 3:1, que era Satanás que utilizó a la serpiente como médium para tentar a Adán y Eva.
Otros textos en los que se vuelve a nombrar al “Leviatán” son los siguientes:
Job 3:7-9: ¡Oh, que fuera aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! (8) Maldíganla los que maldicen el día, Los que se aprestan para despertar a Leviatán. (9) Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana;
Salmos 104:24-29: ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. (25) He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. (26) Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él. (27) Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. (28) Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien.
Nótese que Salmos 104:26, se refiere al “leviatán” como un animal que Dios hizo “para que jugase en él”, lo que indica, que, en principio, no era agresivo ni tenía que producir mucho espanto, para que se pudiese jugar con él.
Job 41:1-3: ¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, O con cuerda que le eches en su lengua? (2) ¿Pondrás tú soga en sus narices, Y horadarás con garfio su quijada? (3) ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas?
El comentario de la Biblia “Dios Habla Hoy” a Job 3:8 explica lo siguiente:
“Job 3.8 Leviatán: legendario monstruo marino, descrito a veces con los rasgos característicos del cocodrilo (Job 41:1-34). Cf. Sal. 74:14; Sal.104:26; Isa. 27:1. Mediante una audaz imagen poética, Job personifica la noche de su nacimiento y desea que ese monstruo la hubiera devorado” (3).
Sin embargo, en otros pasajes, se describe al “leviatán”, además de como dragón, también se describe como una serpiente monstruosa de tipo mitológico (véase Job 3:8; 41:1; Sal. 74:14; 104:26; Is. 27:1).
Isaías 27:1-6: En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar. (2) En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo. (3) Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe. (4) No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré a una. (5) ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo. (6) Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto.
Como hemos podido comprobar el leviatán es como un dragón y una serpiente, que simbolizan al diablo y a todos los perseguidores del pueblo de Dios. Por tanto, no podemos decir que la Biblia dé pábulo a la existencia de los dinosaurios, como tampoco podemos probar la existencia de los mismos por medio de la Biblia.
Ahora bien, que la Biblia no hable de los dinosaurios no quiere decir que no hayan existido; porque la Biblia, como no es un libro de Ciencias naturales, no tiene por qué hablar de todo lo que existe. La Biblia es nuestro manual de instrucciones para convertirnos de pecadores a creyentes y para guiarnos a la salvación, para señalarnos el camino y la puerta estrecha para ir al Cielo o Paraíso celestial.
Los científicos –arqueólogos y paleontólogos– aseguran haber encontrado parte de esqueletos y diversas huellas, que por su considerable tamaño creen que corresponden a unas enormes bestias que llaman, genéricamente, “dinosaurios”, y que, según ellos, existieron hace miles de millones de años, pero que se extinguieron –no saben exactamente cómo sucedió– hace aproximadamente unos 65 millones de años.
“La explicación más frecuente acerca de la extinción de los dinosaurios implica al cráter de Chicxulub, ubicado en el lecho marino frente a las costas de Yucatán. Se trata del tercero más grande en el mundo, con 180 kilómetros de diámetro. Se cree que el cráter se formó hace 65 millones de años por el impacto de un enorme asteroide.
“[…]
“Pero ¿por qué un asteroide dio lugar a consecuencias tan desastrosas? ¿Cuáles fueron los mecanismos específicos de su influencia en la biosfera? ¿A qué se debe esta selectividad de matar solo a los dinosaurios y no a cocodrilos, serpientes y tortugas, entre otros?” (4).
La Ciencia afirma que el planeta Tierra se formó hace unos 4.500 millones de años (5), por el azar y la necesidad. En cambio, la Biblia se limita a decir que “En el principio creó Dios los cielos y la Tierra” (Gn. 1:1). No especifica hace cuántos años existe, pero no dudamos que fue creada por Dios. Por tanto, aceptar el dato de que tiene 4.500 millones de edad, no afecta a nuestra fe en la Biblia. Pero no podemos admitir, primero, que el planeta Tierra surgiera por azar; y, segundo, que la vida surgiera y se formara, durante miles y miles de millones de años, por evolución; porque esto implicaría, en primer lugar, no creer a Dios, que nos reveló que por “Él fueron hechos los cielos y la tierra” (Gn. 1:1; Sal. 33:6-7; 90:1-5; 104:19-32; cf. Heb. 11:3).
Salmos 33:6-7: Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. (7) El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.
Salmos 90:1-5: Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. (2) Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. (3) Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. (4) Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. (5) Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana.
Salmos 104:19-32: Hizo la Luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso. (20) Pones las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las bestias de la selva. (21) Los leoncillos rugen tras la presa, Y para buscar de Dios su comida. (22) Sale el sol, se recogen, Y se echan en sus cuevas. (23) Sale el hombre a su labor, Y a su labranza hasta la tarde. (24) ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. (25) He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. (26) Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él. (27) Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. (28) Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. (29) Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. (30) Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra. (31) Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras. (32) El mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean.
Hebreos 11:3: Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
En segundo lugar, porque la Biblia es muy concreta y específica porque nos dice que toda la vida en el planeta Tierra fue creada durante la Semana de la Creación, y no por evolución (Gn. 1:3-31; cf. Éx. 20:11); en tercer lugar, porque la misma también nos dice que no existía la muerte mientras no hubo pecado (véase Ro. 5:12; cf. 1 Co. 15:21-24).
Por tanto, si alguna vez hubo dinosaurios estos no habrían desaparecido “hace 65 millones de años” a causa de un supuesto “cataclismo cósmico (seguramente el choque de un cometa o un gran meteorito en la zona del actual Golfo de México)” (6), simplemente porque en esa fecha todavía no había Dios creado la vida en la Tierra.
En el supuesto que Dios hubiera creado los dinosaurios, tendría que haberlo hecho en el día quinto de la Semana de la creación, pero entonces serían “monstruos marinos”, y no terrestres; porque fue en el sexto día de la citada Semana, cuando “hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie” (Gn. 1:25).
Si los dinosaurios existieron ¿introdujo también Noé a éstos en el Arca?
En el supuesto de que hubieran existido, en mi opinión, y en la de muchos más intérpretes, Dios no quiso preservarlos, sino que dejó que murieran, junto con todos los malvados antediluvianos, en el Diluvio.
3. ¿Dios permitirá vida en otro planeta?
En un inmenso universo, con miles y miles de galaxias, y millones y millones de planetas en cada galaxia, probablemente existan otros planetas en que Dios haya querido crear vida, aunque no sea como la humana que conocemos. Pero esos seres inteligentes, en el supuesto que existieran, nunca habrían pecado.
Sabemos que Dios creó a millones de seres espirituales que llamamos ángeles, y que, aproximadamente, una tercera parte de ellos (Ap. 12:4,7) se rebelaron contra Dios y pecaron, y Dios los arrojó a la tierra (Ap. 12:7-13).
Apocalipsis 12:3-12: También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; (4) y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. (5) Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. (6) Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. (7) Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; (8) pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. (9) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (10) Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos,) el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. (11) Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (12) Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
El juicio será sobre los humanos que están en la tierra, pero ¿qué pasa con los que pudieran habitar en ese tiempo en otro planeta o estar viviendo en la Luna?
Nadie puede escapar del juicio de Dios, porque Él tiene un poder infinito, y controla el Universo entero. Veamos lo que nos revela la Palabra de Dios: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt. 24:31; cf. 1 Tes. 4:13-18). Leer, por favor, el contexto de Mateo 24.
Mateo 24:29-31, 35-44: E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. (30) Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (31) Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. […] (35) El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. (36) Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. (37) Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. (38) Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, (39) y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,(K) así será también la venida del Hijo del Hombre. (40) Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. (41) Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. (42) Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. (43) Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. (44) Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Leer también la siguiente importante Revelación:
1 Tesalonicenses 4:13-18: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. (14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. (16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Esto respecto a los salvos. Y los malvados, no importa si están en la Tierra como si están en la Luna o en Marte o en cualquier otro planeta que estén: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (42) y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mt. 13:41-42).
Mateo 13:24-30: Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; (25) pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. (26) Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. (27) Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? (28) El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? (29) El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. (30) Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Jesús explica la parábola de la cizaña
Mateo 13:36-43: Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. (37) Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. (38) El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. (39) El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. (40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. (41) Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (42) y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (43) Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Termino mis respuestas a sus interesantes preguntas, con unos textos del libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 6:12-17: Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; (13) y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. (14) Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. (15) Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; (16) y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; (17) porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Esperando haberme hecho entender, quedo a su disposición en todo lo que pueda servirles.
Afectuosamente en Cristo
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com
Referencias bibliográficas
*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
Abreviaturas:
AT = Antiguo Testamento
NT = Nuevo Testamento
AP = Antiguo Pacto
NP = Nuevo Pacto
Las abreviaturas de los libros de la Biblia corresponden con las empleadas en la versión de la Biblia de Reina-Valera, 1960 (RV, 1960)
(1) Enciclopedia de la Biblia, tomo I; pág. 1090. Ediciones Garriga, S.A., Barcelona, 1963.
(2) Enciclopedia de la Biblia, tomo 4; pág. 972. Ediciones Garriga, S.A., Barcelona, 1963.
(3) Comentario de la Biblia “Dios Habla Hoy” a Job 3:8.
(4) La extinción de los dinosaurios (5/09/2010).
https://www.nationalgeographic.es/historia/la-extincion-de-los-dinosaurios
(5) Edad de la tierra (15-03-2017). https://www.meteorologiaenred.com/edad-de-la-tierra.html
(6) Toharia, Manuel. 1998. Pág. 128. “Hijos de las estrellas”. Ediciones Temas de Hoy, S.A.
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