Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Antropogía bíblica

¿Por qué se abrieron los sepulcros cuando Jesús murió?

 
Versión 12-04-08

Carlos Aracil Orts

Introducción

Este evento sobrenatural, espectacular y maravilloso es narrado únicamente por San Mateo en el capítulo 27 de su evangelio y versículos 52 y 53.

Mateo 27:52, 53

“y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”

La muerte de Cristo no fue la de un mártir más, puesto que Él es el Salvador de la humanidad, Dios manifestado en carne (1ª Timoteo 3:16). Jesús descendió del cielo para entregar su vida a cambio de la nuestra: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Jesús dijo que vino a este mundo “para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10 ú.p.). El apóstol Juan dice que “en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Juan 1:4).

Jesús mismo afirmó: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36). También expresó lo siguiente: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; (29) y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.” (Juan 5:28,29)

Primero de todo, los seres humanos necesitamos reconocer que somos pecadores, y que “la paga del pecado es muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Puesto que todos somos pecadores sin excepción (Romanos 3:9-12), todos merecemos la muerte.

Romanos 5:17,18

“17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”

Por la fe en el sacrificio expiatorio de Jesús obtenemos la justificación, lo que nos da derecho a la vida eterna. Esto quiere decir no que ya no tenemos que morir, sino que después de muertos, seremos resucitados para vida eterna. Seremos librados, pues de la muerte eterna, o sea, de lo que la Biblia llama la muerte segunda (Apocalipsis 20:14) a la que son destinados todos los que son resucitados para condenación (Juan 5:29).

¿Qué significó para la humanidad la muerte de Cristo?

Ahora empezamos a comprender por qué se abrieron las tumbas de los muertos con la muerte de Jesús. Cristo venció a la muerte porque resucitó. De ahí en adelante nadie debería temer la muerte si cree que Jesús resucitó. Él vendrá por segunda vez a este mundo con poder y gloria para rescatarnos de la muerte (Tesalonicenses 4:13-18).

Cuando Jesús murió se abrieron los sepulcros, no por un fenómeno natural espontáneo, sino como una señal y demostración física de que Cristo estaba haciendo la obra de Dios: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; (19) que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo, no tomándoles a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”(2ª Corintios 5:18,19). La muerte y resurrección de Jesús resolvieron el problema más grave e insoluble de los seres humanos. La muerte fue vencida porque Cristo venció al pecado, y resucitó.

Jesús, la resurrección y la vida (Juan 11:25,26), venció a la muerte con su muerte vicaria. Esta verdad no podía pasar desapercibida porque es la esencia de las buenas nuevas de salvación del Nuevo Pacto en Jesús. San Pablo nos resume magistralmente el evangelio de la gracia en los siguientes textos:

1ª Corintios 15: 1-8:

“1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

La muerte y resurrección de Jesús fueron de vital importancia para los seres humanos.

Hemos podido comprobar que la resurrección de Jesús, no fue algo que se ocultó, sino que por el contrario se hizo evidente cuando “Él se apareció a mas de quinientos hermanos a la vez”. Esto fue para que no dudemos, nuestra fe aumente y tengamos la esperanza de la resurrección, no temiendo más a la muerte. Como dice el escritor del libro de Hebreos:

Hebreos 2:14, 15

 “14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Volviendo al texto de Mateo 27:52, 53, notemos que lo importante y maravilloso no fue que se abrieran los sepulcros, lo cual era necesario para que “...muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;” sino que estos fueron resucitados después de la resurrección de Cristo.

Mateo 27:52, 53
“y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”

Esta resurrección parcial de algunos santos fue el primer fruto de la victoria de Cristo sobre la muerte. Nos demuestra a nosotros que su muerte no fue en vano, y que, al igual que ellos, nosotros también seremos rescatados y llevados al paraíso con Jesús cuando Él venga en gloria. Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. (1 Cor. 15:23).

Conclusión

Nuestra respuesta, a la pregunta de por qué se abrieron las tumbas cuando murió Cristo, es que su poder salvífico no podía quedar desapercibido. Su sacrificio no fue inútil, sino por el contrario dio frutos inmediatos. Con esos primeros resucitados,  fue manifiesta la eficacia de la vida, obra y muerte de Cristo para salvar a los pecadores de la segunda muerte.

Cristo, al resucitar y ascender al cielo cumplió la profecía de Salmos 68:18, que el apóstol Pablo cita en Efesios 4:8:  “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.”

¿Qué es la cautividad que Jesús se llevó con Él al cielo? ¿No es el poder que el pecado tiene sobre nuestra naturaleza caída, y que nos esclaviza?

Llevar “cautiva la cautividad” significa también “...librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda su vida sujetos a servidumbre.” (Hebreos 2:15).

San Pablo nos dice en 2ª Timoteo 1:10 que Dios nos dio la gracia de la salvación en Cristo Jesús por medio del evangelio:

“10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,”

Por todo lo que antecede, la narración de Mateo 27:52,53, de que algunos santos fueron resucitados y llevados con Cristo al cielo es tan importante para nosotros hoy en día, porque también confiamos en la resurrección, la cual fue un hecho irrefutable, como Pablo hace evidente en 1ª Corintios 15:6 cuando afirma que Jesús, después de su resurrección fue visto por más de quinientas personas.

Por eso dice Pablo: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe.” (1ª Corintios 15:14). Recomiendo leer todo el capítulo 15 de 1ª de Corintios.

Para terminar, aquí sólo presentaremos algunos textos más del citado capítulo 15 de 1ª Corintios, en los que, entre otros, se basa nuestra fe y esperanza en la resurrección futura.

1ª Corintios 15:20 –28; 51-57

"20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

<Anterior> <Arriba> <Siguiente>

 

Usted es el visitante: