Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Miscelánea

Si Cristo es Dios ¿cómo pudo morir?

 
Versión: 25-04-12

 

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*

Estimado Carlos, en su pasado correo, usted me hizo dos preguntas muy concretas pero muy profundas, –“¿cómo definía a Dios?” Y “¿cuáles eran mis argumentos para creer en la Trinidad?”–, sus palabras fueron las siguientes:

“Me gustaría, por lo cual le doy de antemano las gracias, cuál es su definición de Dios. Creo por lo poco que he leído en sus artículos que apoya la doctrina de la Trinidad. ¿Que argumentos tiene para creer en la Trinidad?” (Carlos S.).

El veintidós de abril, con el artículo titulado –“Argumentos para creer en la Trinidad”–, respondí a sus preguntas según el leal saber y entender que tengo actualmente de este tema, desde mi fe en Cristo como mi Salvador personal, y desde el conocimiento y entendimiento de la Biblia que Dios me ha dado. Creo que todos mis argumentos fueron documentados y fundamentados en multitud de textos bíblicos, que, en mi opinión, demostraban que Jesucristo es Dios encarnado, y que el “Yahvéh” del Antiguo Testamento es Dios, el Hijo, que al encarnarse y nacer de mujer, hace más de dos mil años, entró en nuestro mundo tomando el nombre de Jesús. Este dogma no es un invento humano sino la revelación que Dios hizo de sí mismo en Su Palabra. Tampoco es irracional ni repugna a la razón, sino simplemente es superior a la razón y a la lógica humanas. Precisamente, el hecho de que sea incomprensible para la mente humana evidencia la verdad de Dios, su infinitud, y su procedencia divina, pues desvela un misterio que la imaginación humana más portentosa jamás hubiera pensado que pudiera existir.

Pues bien, usted me replica diciéndome más o menos que mi forma de interpretar la Biblia conduce a contradicciones y a misterios sin respuestas lógicas. Como el afirmar que Jesucristo es Dios, lo que a usted le parece un disparate, contra toda lógica. Su lógico argumento es: “Dios es inmortal, Cristo murió, luego Cristo no es Dios”.

La Biblia no es un tratado de lógica. La fe no consiste en creer solo lo razonable, demostrable y lógico sino en confiar en Dios y en Su Palabra. Si usted se aferra a la razón y a la lógica humana no está teniendo la fe que Dios demanda, pues antepone su razón a la Revelación. Es usted muy libre de pensar y actuar como le dicte su libre albedrío, pero, al menos, reconocerá que no todo puede explicarse científica, lógica y racionalmente sino que hay misterios, que escapan a la finitud y limitación del ser humano. Como es el misterio de Dios y de Su Hijo Jesucristo “que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero ha sido manifestado ahora,” (Romanos 16:25,26). “Ahora”, quiere decir que en el Antiguo Testamento no dispusieron de esta revelación. Hemos de reconocer que la Revelación de Dios al hombre ha sido progresiva durante miles de años, hasta llegar a los “postreros días” en que nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-3).

Dios ha hablado por su Hijo

Hebreos 1:1-3 :  Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, (2) en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; (3) el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

Me pregunto, pues, ¿qué propósito le llevó a hacerme unas preguntas cuyas respuestas ya conocía o se imaginaba? Porque usted no ha aceptado las evidencias bíblicas que le mostré en el citado artículo, alegando que Abraham, Moisés y en general los judíos, conocían a Dios mejor que este humilde servidor que le escribe, y jamás pensaron en Él, ni le imaginaron, ni le conocieron como un Dios trino. No estoy tratando de convencerle. Tampoco pretendo que comparta mi fe. No estoy obligado a más, ni con ánimo de polemizar y teorizar inútilmente sobre ningún tema. Máxime cuando intuyo que no existe por parte de usted predisposición a buscar la Verdad de una manera objetiva, mediante una investigación sincera y humilde de las Sagradas Escrituras.

2. Si Dios es inmortal ¿cómo pudo Cristo morir?

Su argumento es muy lógico y racional: Dios es inmortal, Cristo murió, luego Cristo no es Dios. Usted lo expresa de la siguiente manera:

“Dios es inmortal, lo cual significa que no puede morir... Jesús murió y sabemos lo que significa morir, por que Jesús lo experimentó, murió (dejó de existir) 1ª Corintios 15:3. Dios no deja de existir.

Romanos 5:8: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". 

Romanos 6:9: "Cristo, ahora que ha sido levantado de entre los muertos, ya no muere; la muerte ya no es amo sobre él". 

Apocalipsis 1:17, 18: "Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades".

“La inmortalidad no es una característica fluctuante. Un ser no puede ser inmortal un día, morir el siguiente, y después volver a ser inmortal. O se es inmortal, o no.

“La Escritura afirma que Dios es inmortal, Dios no puede morir, ya que su naturaleza no se lo permite. Jesús no puede ser Dios, ya que Jesús murió, algo que para Dios es imposible. El argumento es ineludible. Se presenta una contradicción inmensa: si Jesús es Dios, no puede haber muerto, ya que Dios no puede morir”. (Carlos S.)

Con su aplastante lógica olvida usted algunas cosas. Primero, que la Palabra de Dios no es filosofía. Segundo, que Dios tomó un cuerpo humano, es decir, se humilló a sí mismo (Filipenses 2:6-11), haciéndose tan minúsculo que pudo unirse a un óvulo del útero de una mujer virgen llamada María que le dio su humanidad, –“lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.” (Mateo 1:20)–, y, por tanto, el Ser que nació era como cualquier ser humano, exceptuando la naturaleza pecadora (Lucas 2:35; Romanos 8:3; 2ª Corintios 5:21; Hebreos 4:15; 1ª Pedro 2:22), “Porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37). Tercero, para entender su muerte no basta con simplificar el misterio de la Encarnación de Jesús, y creer que fue solo humano, y no divino. Si Cristo fuera solo humano o un ángel, su sacrificio por la humanidad no sería válido, como máximo su vida se podría entregar a cambio de otra. Pero de ninguna manera podría pagar o saldar la penalidad que corresponde a multitud de seres humanos. Sin embargo, Cristo, al ser Dios infinito cubre a la humanidad entera. Cuarto, Jesús murió como hombre no como Dios.

Si me permite le haré unas preguntas: ¿Quién es Jesucristo para usted? ¿Solo un hombre? ¿La segunda Persona de la Divinidad encarnada? ¿Una  criatura celestial, Hijo de Dios, pero no eterno, ni inmortal, ni consustancial al Padre, que vivía con Dios desde que fue creado por Él, y que se encarnó como hombre entrando en la historia de la humanidad hace unos dos mil años?

¿Cómo emplea usted la lógica humana para conocer “el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,” (Colosenses 1:26), “el misterio de Dios el Padre, y de Cristo” (Colosenses 2:2)? ¿Con que lógica entiende usted “el misterio de la piedad”, que consiste, como afirma la Palabra de Dios, que “Dios fue manifestado en carne” (1ª Timoteo 3:16)?

Su tipo de fe, racional y humana o divina, dependerá del Cristo en que usted crea. Pero sigamos leyendo su correo para averiguar en que premisas humanas está usted anclado:

“Pero si Jesús no murió, nuestra fe es vana.  La verdad que enseña la Biblia es clara; no presenta contradicciones de esta magnitud. La Biblia existe para instruirnos respecto a las cosas profundas de Dios y de su plan para con el hombre, no para presentarnos misterios sin respuesta lógica”. (Carlos S.)

En primer lugar, la Palabra de Dios no dice “si Jesús no murió, nuestra fe es vana” sino “si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana” (1ª Corintios 15:17). Aunque la muerte de Jesús fue necesaria para pagar nuestras deudas de pecado, el énfasis está puesto en su resurrección, pues la dificultad no está en morir sino en resucitar o sea volver a vivir, lo que significa victoria sobre el pecado, la muerte y el diablo; y demuestra que el Autor de la vida (Hechos 3:15), tiene “el poder para entregarla y para volverla a tomar” (Juan 10:18).

En segundo lugar, usted dice –“la Biblia existe para instruirnos respecto a las cosas profundas de Dios y de su plan para con el hombre, no para presentarnos misterios sin respuesta lógica”– ¿Le parece poco profundo que la Biblia enseñe que Dios es uno en esencia pero al mismo tiempo tres personas distintas, y sin embargo, no son tres Dioses? Usted lo ve como una contradicción con su mente racionalista, pero no lo es. La Biblia afirma que Dios es uno en esencia cuando dice: “Escucha, Israel: Yahvé nuestro Dios es el único Yahvé (Deuteronomio 6:4. NBJ, 1998). Y Jesús ratifica la Escritura citando esas mismas palabras de la ley, al responder a la pregunta del escriba: “Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor” (Marcos 12:29). Pero hay que tener en cuenta también los otros textos que presentan a Jesús y al Espíritu Santo con los mismos atributos de Dios, el Padre, lo cual no vamos a repetir, pues ya lo presenté en anteriores estudios. Veamos ambos textos citados arriba en la traducción de la Biblia de Jerusalén (NBJ, 1998).

Deuteronomio 6:4-5: Escucha, Israel: Yahvé nuestro Dios es el único Yahvé.  (5)  Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

Marcos 12:28-34: Acercóse uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" (29) Jesús le contestó: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor,  (30)  y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.  (31)  El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos." (32) Le dijo el escriba: "Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, (33) y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." (34) Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios." Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

Usted, estimado hermano, hace este comentario con toda la lógica del mundo:

“Aquel escriba no se fue pensando que había dejado atrás nada menos que a Dios mismo, que había hablado con Dios mismo. Fuera del Señor Dios de Israel, el que se reveló a Abrahán y mas tarde a Moisés, fuera de Él no hay otro”. Abraham, el amigo de Dios, el padre de los que tienen fe, no dejó semejante conocimiento como dechado a sus descendientes. 

Santiago 2:23: "Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios".

“Moisés, el hombre fiel, no recibió ni enseñó a sus consiervos judíos semejante conocimiento acerca de Dios.

Números 12:7 y 8. "No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?" 

“No cuenta lo que usted quiere entender o interpretar de los escritos hebreos, lo que cuenta es lo que ellos aprendieron y creyeron de sus escritos hebreos por milenios” (Carlos S.).

Su argumento, de que Abraham, como amigo de Dios, y Moisés, que vio su gloria (Éxodo 33:18-23), deberían tener un conocimiento de Dios difícilmente superable por otros seres humanos, no me parece sólido, coherente ni, por tanto, válido. ¿Por qué no me parece válido? Sencillamente, porque la revelación de Dios es progresiva, y sólo “en estos postreros días, nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;” (Hebreos 1:1-3).

Hebreos 1:1-3 :  Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  (2)  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;  (3)  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

Por tanto, si Dios no se reveló, a Abraham y a Moisés, y en general, a los judíos del AT, de forma  clara y totalmente evidente, como un Ser plural o trino, es porque no había llegado el momento. No obstante, en el Antiguo Testamento, no tan claramente como en  el NT, también aparecen alusiones a las tres personas que forman la Divinidad. Veamos por ejemplo los siguientes textos:

En el AT, que se escribió originalmente en el idioma hebreo, aparece infinidad de veces la palabra “elohim”. Como dije antes, no conozco el hebreo, pero los eruditos coinciden que es una forma plural de referirse a Dios (véase, en Internet, Wikipedia), o, en otros contextos, a ángeles, demonios o jueces humanos, o, simplemente, alguien poderoso1. Aunque esto no es ninguna prueba, sí es, al menos, significativo o sugerente, que en los siguientes textos se use esa forma plural “elohim” para designar a Dios. Veamos:

Génesis 1:26: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Génesis 3:22: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

No queremos decir que esto sea una prueba irrefutable, pues “elohim” también, según el contexto, se puede traducir en singular. Pero hay muchas más pruebas, que por supuesto, no vamos a presentar aquí, para no hacer exhaustivo este estudio que no pretende convencer a nadie; esa función corresponde solo al Espíritu Santo.

Ahora, solo citaremos unas palabras de Jesús, que hacen referencia a otras que hablan de Él en el Antiguo Testamento:

Mateo 22:42-45 (Mr. 12:36; Lc. 20:42-43; Hch. 2:34-35; 1ª Co.15:25; Efesios 1:20-22; Col 3:1; Heb. 1:13; 8:1; 10:12-13): diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David.  (43)  Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: (44) Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?  (45) Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?

Compárese con Salmos 110:1:

Salmos 110:1: Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

No haré comentarios para dejar al lector que obtenga sus propias conclusiones.

¿Hay referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento?

Con respecto al Espíritu Santo existen multitud de textos en el Antiguo Testamento, que hablan del Espíritu de Dios. Por ejemplo: Génesis 1:2; Éxodo 31:3; 35:31; Núm. 24:2; Jueces 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6; 14:19; 15:14; 1ª S. 10:6; 10:10; 11:6: 16:13: 16:14; 2ª  S. 23:2; 1 R. 18:12; 22:24; Is. 11:2; 32:15, 40:13; 44:3; Joel 2:28-29; etc.

Solo transcribiré los textos del libro de Joel que se refieren a la promesa de Dios de derramar el Espíritu Santo, y que manifiestamente se cumplió en el día de Pentecostés, cuando se formó la Iglesia cristiana primitiva (Hechos 2:3-4).

Joel 2:28-29: Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.  (29)  Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

Hechos 2:3-4: y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.  (4)  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

¿Es el Espíritu de Dios distinto de Dios Padre? ¿Es una persona el Espíritu de Dios?

Eso ya fue tratado en otros artículos y no procede volver a repetir los mismos argumentos.

3. Conclusión

Usted, estimado Carlos S., al final de su escrito, me dirige las siguientes palabras:

“Usted con su exposición, que evidentemente contradice la creencia fuertemente arraigada en la nación Judía, afirma o insinúa que conoce mejor a Dios que el patriarca Abraham o que le habla mas claramente que a Moisés o que entiende mejor el hebreo que los contemporáneos judíos. Yo le digo lo que le diría el propio Jesús, un judío:

Juan 4:22: "Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos"

Romanos 3:1,2: "¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios". 

“Nunca existió en la comunidad Hebrea dudas acerca de quien es el  Dios al que servían”. (Carlos S.).

Estimado Carlos S., yo nunca dije que conociese a Dios mejor que Abraham o Moisés, ni que entendiese el idioma hebreo ni mejor ni peor que nadie, pues no lo entiendo de ninguna manera. Tampoco necesito a estas alturas de mi vida estudiar hebreo, que no necesito para sostener mi fe en la inspiración de toda la Sagrada Escritura.

¿Qué me quiere decir usted? ¿Acaso hay que ser judío y conocer el idioma hebreo para conocer a Dios? El que conoce a Jesús ha conocido a Dios (Juan 14:9). Además, ¿qué entendemos por conocer a Dios? En mi opinión, no hay conocimiento de Dios si no existe una relación basada en el amor y la reconciliación que se establece al aceptar que Cristo murió en el lugar del creyente para saldar la deuda de sus pecados e imputarle su justicia, que es lo único que le salva (Gálatas 1:4; 1ª Corintios 1:30;2ª Corintios 5:17-21; Tito 3:3-7; 1ª Pedro 1:18-20; Romanos 3:24;5:1; etc.).

Usted, querido hermano, me preguntó, lo cual le agradezco, y yo le he respondido, y ahí termina todo. Si con la ayuda de Dios le he podido aclarar algo sobre este difícil tema, gloria y alabanza sea a Él; y si le he dejado igual que estaba, lo siento, pero no está en mi mano proporcionar la fe a nadie, sino solo dar testimonio de la mía con la sola Escritura.

 

Quedo a su entera disposición en Cristo

 

Bendiciones

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 


Comentarios de los lectores

 Comentario enviado por Andrés

Como no tiene desperdicio, copio el siguiente comentario extraído del blog de Luis Alemán Mur, http://www.feadulta.com/aleman-21.htm, que con el permiso de Carlos aprovecho para ofrecerlo a todos aquellos que se atrevan a pensar......

       

PERO, ¿JESÚS "ERA" DIOS?


"Se puede decir que Jesús es Dios. Pero no por la identidad de Dios y hombre, sino por la unión.

"Te da vértigo la pregunta, ¿verdad? Si respondes afirmativamente, el vértigo no desaparece. Y si lo niegas, te quedas en el aire.

"Puede que esto ayude a clarificar la afirmación “Jesús es Dios”.

"El sujeto es “Jesús”. El predicado, “Dios”. Y el verbo, “es”. El problema está en el verbo “es”. El sujeto y el predicado se unen por medio del verbo. Vale.

"Pero el sujeto “Hombre” (Jesús) ¿se une al predicado Dios por identidad? No. Hombre no puede ser igual a Dios, nunca.  Ni Dios puede ser igual a Hombre, nunca. Eso sería negar a Dios, o negar al hombre.

"Entonces, ¿no se puede decir que Jesús es Dios?

"Se puede decir. Pero no por la identidad de Dios y hombre, sino por la unión. Por vía de identidad, no. Por vía de unión, sí: unidad singular de realidades diferentes, sin separación ni mezclas.

"Se realiza tal unidad entre Dios y aquel hombre (¡misteriosa unidad!) que lo que él piensa es lo que piensa Dios; lo que él dice es lo que dice el Padre; ama como y cuanto ama el Padre; y sus preferencias son las del Padre. Y, así, quien lo ve a Él, está viendo lo que se puede “ver” del Padre.

"Jesús es el camino hacia Dios. Jesús es la verdad sobre Dios. Jesús es la vida de Dios." (Blog de Luis Alemán)


Gracias, Carlos

Andrés


Referencias bibliográficas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

1. Los significados de la palabra elohím Por José Álvarez Rivera (http://www.mercaba.org/Enciclopedia/E/elohim_significados.htm)

 

 

 

 

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