Preguntas y Respuestas
Soteriología
¿Qué significa ser santo?
Versión: 25-05-14
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Estimado hermano Ernesto, le agradezco su siguiente comentario:
“Me gustaría saber más sobre el tema de la Santidad, pues de lo que menos se habla y se practica es precisamente lo más importante para la salvación del hombre” (Ernesto).
Y le felicito por su interés en saber más de la santidad, porque los cristianos tienen como “fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:22). Y se nos amonesta a que vivamos en santidad, porque “sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Aunque este tema lo abordé en el artículo titulado “Llamados a ser santos” voy a continuación a tratar de darle unas breves pinceladas.
2. ¿Qué significa ser santo?
Santo significa apartado del mal y consagrado a Dios. Y esta es la cualidad de todo creyente que ha nacido de nuevo, “de agua y del Espíritu” (Juan 3:3,5), por medio de “la Palabra de verdad” (Santiago 1:18; 1ª Pedro 1:23-25). Ahora el cristiano ya es santo, porque ha sido “santificado en Cristo Jesús” (1ª Corintios 1:2), “mediante la ofrenda del cuerpo de Cristo”, y ha sido hecho “perfecto para siempre” (Hebreos 10:10-14). Es decir, ya es salvo, “ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:22).
Juan 5:24: De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Juan 6:47-51: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. (48) Yo soy el pan de vida. (49) Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. (50) Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. (51) Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Sin embargo, “somos llamados a ser santos” (1ª Corintios 1:2). Parece una contradicción, pero no lo es, pues la santificación es un proceso que debe progresar mientras se vive, y que se alcanzará plenamente en la glorificación de nuestros cuerpos en el día de la Resurrección. Ello es debido a que las debilidades de nuestra naturaleza carnal debilitada por el pecado permanecen en mayor o menor grado durante toda la vida en este mundo; por tanto, debemos perseverar en alcanzar el máximo de santidad posible mientras dure nuestra existencia en el mundo. Y ello solo se puede conseguir si permanecemos unidos a la vid que es Cristo (Juan 15:4-12), obedeciendo Su Palabra, por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros (1 Corintios 3:16; 6:19; Efesios 1:13-14; etc.). “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11). Solo entonces daremos los frutos del Espíritu, porque “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).
Gálatas 5:22-26: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, (23) mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (24) Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (25) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (26) No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Ser santo, es pues amar, siempre amar. Cuanto uno más ama a su prójimo y a Dios más santo es. “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:10). Como dijo San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”; “Quien de verdad ama, quien vive más para Dios y para el prójimo que para sí mismo, puede hacer lo que quiera; si de verdad ama nunca hará el mal sino el bien” (Romanos 13:10); “no seguirá el egoísmo de su carne, sino la generosidad del impulso del Espíritu Santo” que vive en cada cristiano (Gálatas 5:13).
Pero para amar es necesario purificar nuestro corazón y nuestra mente, es decir, las emociones y los pensamientos, “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, (2) desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:1-2). Si meditamos en los siguientes textos, no tendremos dudas de lo que Dios requiere de cada cristiano.
Santiago 1:21: Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
1 Juan 4:20-21: Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? (21) Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 5:18: Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.
1 Juan 3:5-11: Y sabéis que él [Cristo] apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. (6) Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. (7) Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. (8) El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. (9) Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. (10) En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. (11) Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
3. Conclusión
En resumen, la fe cristiana nos da el fundamental sentido de la vida, que es tratar de hacer la voluntad de Dios, es decir, desarrollando los talentos que Dios ha dado a cada uno, amando siempre y venciendo “con el bien al mal” (Romanos 12:21). Cristo dijo: “un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos otros. (35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34-35; 15:12). Como dijo el Señor Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:15), y el que se ocupa de las cosas de Dios, todo lo demás le será añadido; en los siguientes textos se nos muestra claramente la voluntad de Dios:
Mateo 6:33: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Romanos 10:15: … ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Juan 6:27-29: Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. (28) Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? (29) Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Romanos 10:8-17: Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: (9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (10) Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (11) Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. (12) Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; (13) porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. (14) ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (15) ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (16) Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? (17) Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 12:1-2: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (2) No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
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Referencias bibliográficas
*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
Abreviaturas empleadas para diversas traducciones de la Biblia:
Dios Habla Hoy-Latinoamericana, 1996 (DHH L 1996)
Nueva Versión Internacional 1999 (NVI 1999)
Reina-Valera, 1960 (RV 1960)
Biblia Latinoamericana, 1995 (BL95)
Biblia Latinoamericana, revisión 1995 (BLA95)
La Biblia de Nuestro Pueblo (BNP)
La Biblia de Serafín de Ausejo 1975 (BSA)
La Biblia de Luis Alonso-Schöckel y Juan Mateo (BSM)
Biblia en lenguaje sencillo (BLS)
Abreviaturas frecuentemente empleadas:
AT = Antiguo Testamento
NT = Nuevo Testamento
pp, pc, pú referidas a un versículo bíblico representan "parte primera, central o última del mismo ".
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