¿Cómo se salvaba la gente antes de Cristo?
Versión 22-12-10
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Estimada Elena, me alegro mucho que te haya gustado mi estudio ¿Cuál es la ley del pecado y de la muerte? Me produce una gran satisfacción saber que con la ayuda de Dios he podido aclararte estos temas, y te agradezco que me lo dijeras.
Lo que te preguntas a continuación no tiene nada de “tonto” sino que demuestra tu inteligencia. Son muy buenas preguntas, que creo que ya he contestado, parcialmente, en la siguiente dirección de www.amistadencristo.com:
http://www.amistadencristo.com/miscelanea/bautismo_en_el_espiritu.php
“Me preguntaba también leyendo la Biblia, el Espíritu Santo fue dado después de la resurrección del Señor, entonces, ¿cómo la gente cumplía la ley sin Su ayuda, creo que dentro de nosotros solo está la ley de muerte y pecado y no somos capaces de hacer nada sin Cristo, o sea sin el Espíritu Santo? Entonces, ¿cómo la gente del Antiguo Testamento guardaba la ley, y como se salvaba? Puede que mis preguntas sean un poco "tontas", y puede que luego sola llegaré a la respuesta, pero me hace mucha ilusión cuando recibo respuesta a mis mails.
Saludos en Cristo !”
Sin más preámbulos, paso a tratar de responder tus interesantes preguntas en el cuerpo de este estudio.
2. ¿Desde cuándo actúa el Espíritu Santo en el mundo?
Querida Elena, el Espíritu Santo siempre ha actuado, desde que el mundo existe y en todas las edades, convenciendo a los seres humanos de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8-11), aunque no se ha manifestado en toda su plenitud hasta que se consumó nuestra redención por el sacrificio de Cristo en la cruz.
En el Antiguo Testamento:
Nehemías 9:20: Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.
Jueces 3:10: Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.
Jueces 6:34: (ver:11:29;13:25;14:6,19;15:4;2 S 23:2): Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.
Isaías 32:15: “hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia.
Isaías 44:3: Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 4 y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.
Isaías 63:10: Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
En el Nuevo Testamento:
Lucas 1:13-15: Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
Lucas 1:41: Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
Lucas 1:67: Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:
2. ¿Cómo se salvaban los que vivieron antes de Cristo?
Ningún ser humano, de cualquier época del mundo, jamás ha podido cumplir la ley moral de Dios. Por eso dice el apóstol Pablo “...todos están bajo pecado, [...] No hay justo, ni aun uno; [...] (23) por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:9,10,23).
¿Cómo se salvaban, entonces, los que vivieron antes de Cristo?
De la misma manera que se salvan después de Cristo. La salvación es por gracia (Efesios 2:8). Es un regalo de Dios en Cristo Jesús (Romanos 6:23). Todos hemos pecado y por tanto merecemos la muerte, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23).
¿Qué diferencia o ventaja tienen los antiguos con respecto a los modernos?
Los primeros miraban hacia el futuro, cuando vendría el Redentor del mundo, y lo segundos miramos al pasado, cuando se manifestó la justicia de Dios por medio de Cristo. (Romanos 3:22,26). Job, (según unos c.1500 a.C y hacia el 500 a.C. según otros) ya tenía puesta su esperanza en su Redentor (Job 19:25-27). Nadie se hubiera salvado si Cristo no se hubiera hecho carne, y cargara con los pecados de todos (Isaías 53:5,10). Por eso Cristo es el postrer Adán, “porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”[¡Ojo! Todos los que son de Cristo, en su venida: 1ª Corintios 15:22,23). De ahí la lógica de la justificación (perdón de los pecados = salvación). “...Por la transgresión de uno solo reinó la muerte, [...] (18) vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Romanos 5:17pp, 18) (¡Mucha atención!: en ese “todos” están incluidos sólo “...los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” Romanos 5:17úp) Lo que quiere decir, que los que no reciben ese don porque lo rechacen no serán salvos: Juan 1:12. Todos igualmente somos salvos por la fe en Dios que es el único que puede salvarnos.
Hasta Moisés no existió más la ley que la “escrita en sus corazones dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,” (Romanos 2:15;3:13).
Romanos 2:12-16: “Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.”
La ley de Dios se promulgó 430 años más tarde de la promesa que Dios dio a Abraham, que por su descendencia (simiente), vendría el Mesías y, por medio del cual, serían benditas o sea salvas todas las naciones (Génesis 22:18; Cf. Gálatas 3:16,17).
¿Para qué sirve la ley o para qué se promulgó si el mundo estuvo sin ley escrita más de 2500 años?
El apóstol Pablo nos responde que “fue añadida a causa de las transgresiones...” (Gálatas 3:19). Muchos seres humanos habían empezado a cauterizar sus conciencias de tal manera que casi ya no eran capaces de percibir la maldad del pecado. “20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.” (Romanos 5:20,21).
¿De qué sirve la ley aparte de condenar nuestros pecados?
Mucho. Pues si no fuese por la ley, pensaríamos que no tenemos pecado o que es tan insignificante que haciendo alguna obra buena lo podemos compensar. La ley hace que nos veamos pecadores, y sin solución humana para vencer al pecado. Sólo entonces cuando nos humillamos ante Dios y reconocemos nuestra impotencia, es cuando Dios nos lleva a su Hijo Jesucristo que nos libra de todo pecado y nos justifica haciéndonos idóneos para el reino de los cielos. (Juan 6:44; 1ª Juan 1:7; 1ª Pedro 1:18-20; Hebreos 10:10,12,14). La ley, pues, ha sido nuestro ayo (pedagogo) para llevarnos a Cristo (Gálatas 3:24). Por eso, en Cristo la ley y el pecado han perdido su poder y dominio. Sólo reina Cristo en nuestros corazones (Gálatas 2:19-21). Sin embargo, todo el que no está en Cristo está bajo la ley, y ésta le condena irremisiblemente
1ª Timoteo 1:8: “Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, 11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.”
En resumen, todos somos pecadores porque la ley nos condena, y todos podemos acogernos a la gracia de Dios, si está en Su voluntad. (Romanos 8:28-39; Efesios 1:4-14). Reconozcamos humildemente nuestra condición de pecadores, y renunciemos a hacer toda obra buena para salvarnos, sólo “..acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:16)
Hebreos 4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Romanos 7:24,25: ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Con la ayuda de Dios, espero haber contestado adecuadamente a tus reflexiones, no obstante, si deseas hacer alguna aclaración o comentario a este estudio o a cualquier otro, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico:
carlosortsgmail.com
Carlos Aracil Orts.
www.amistadencristo.com
* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
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