Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

El espiritismo y sus fenómenos paranormales a la luz de la Biblia

 

(Conferencia Ámbito Cultural Corte Inglés de 20-11-12)

 

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*

Soy consciente de que el tema que les voy a presentar ahora –“El espiritismo y sus fenómenos paranormales a la luz de la Biblia”– es un asunto difícil y comprometido, por referirse a un mundo espiritual no fácilmente comprobable por nuestros sentidos o por la ciencia, del que es posible opinar desde varios puntos de vista y distintas creencias. Pero, además, también es misterioso, porque están implicados conceptos como los de vida y muerte, alma y espíritu, la mayoría o, más bien, todos ellos, aunque objetos de investigación de la ciencia, son todavía incógnitas para la misma. Aunque varios experimentos científicos han podido comprobar la existencia de los fenómenos paranormales en las sesiones espiritistas, no todos los científicos están de acuerdo en que sean provocados por espíritus. Para mí y para todos los que creen que la Biblia es la revelación de Dios para la salvación de la Humanidad, la existencia de los espíritus es tan cierta como la de Dios; por tanto, lo considero un hecho, que la Biblia no solo confirma sino que nos previene contra sus asechanzas, y de cómo podemos defendernos para no ser victimas de sus engaños. Por tanto, seremos sabios si atendemos a los siguientes consejos de la Palabra inspirada, que el apóstol san Pablo nos revela en la epístola a los Efesios, en el capítulo seis.

Efesios 6:11-18: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  (13)  Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.  (14)  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,  (15)  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.  (16)  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.  (17)  Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;  (18)  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Mi propósito, pues, en esta conferencia es, en primer lugar, identificar y desenmascarar a los espíritus que se hacen pasar por los espíritus de los difuntos a fin de poder engañarnos. En segundo lugar, hablaré de lo que ellos son capaces de hacer, como son ciertos fenómenos que se han dado en llamar paranormales, porque son hechos misteriosos, que no se sujetan a las leyes naturales conocidas.

En esta conferencia expondré en que consisten el espiritismo y sus fenómenos paranormales, supranormarles o metapsíquicos, primeramente desde el punto de vista de sus propias fuentes, y a continuación a la luz de la Palabra de Dios, la Biblia. Mediante la misma averiguaremos lo que son el alma y el espíritu, y si estos son mortales o inmortales por naturaleza. Y si el espiritismo es compatible con el cristianismo.

2. ¿Cómo concebir un ser de naturaleza totalmente espiritual?

Primero de todo, es necesario aclarar lo que debemos entender cuando nos referimos a espíritus o seres espirituales, aunque sea desde nuestras lógicas y naturales limitaciones. Al respecto, Jesucristo testificó en el Evangelio de la existencia de ángeles buenos y malos o demonios, y dejó claro su naturaleza espiritual cuando dijo que “un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lucas 24:39).

Por tanto, entendemos que los espíritus son seres inteligentes incorpóreos, es decir, inmateriales e invisibles. Lo cual, sin duda, es un gran misterio para todos nosotros, los seres humanos, que no podemos concebir la vida sin algo material y visible.  Pero, por el hecho de que no podamos ver a los espíritus si estos no se materializan previamente bajo distintas formas, cuerpos e imágenes, no debemos inferir que no existan; porque, por ejemplo, la corriente eléctrica no la vemos y sin embargo estamos seguros de que existe porque observamos sus múltiples efectos y funciones.
 
Aquí es conveniente aclarar que, cuando la Biblia registra la palabra espíritu con el sentido o acepción de ser o ente espiritual, suele referirse a espíritus malvados, o sea ángeles caídos o demonios, criaturas espirituales, superiores al hombre, creadas por Dios pero que decidieron rebelarse contra Él en el pasado; en la Biblia los espíritus de los humanos difuntos no son entidades con individualidad y consciencia que sobrevivan después de la muerte, lo que trataremos de probar más adelante con los oportunos textos y argumentos bíblicos. Ahora será suficiente citar unos textos del Evangelio de san Lucas, de los muchos que existen en el NT, que prueban que, en este planeta, los únicos espíritus vivientes que existen son los demonios.

Lucas 4:33-35: Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,  (34)  diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.  (35)  Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.

Lucas 9:42: Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.

3. Qué es el espiritismo según sus propias fuentes

A continuación, voy a exponer, en primer lugar, qué es el espiritismo según sus propias fuentes. Para ello nada mejor que recurrir a Allan Kardec (1), su más insigne espiritista, porque fue el que, mediante una laboriosa investigación, plasmó lo esencial de las revelaciones de los espíritus, en varios libros,  sistematizando las bases y doctrinas del espiritismo y de sus fenómenos paranormales. He escogido su obra titulada “Qué es el espiritismo” para que podamos tener una información de primera mano del mismo.

El espiritismo pretende ser una ciencia antes que una religión porque supuestamente puede probar que los vivos pueden comunicarse con los espíritus de los muertos. Pero, también es una religión porque tiene elementos comunes con las religiones; son elementos típicamente religiosos, por ejemplo,  las creencias en la preexistencia del alma y sus sucesivas rencarnaciones como medio para alcanzar la perfección. El espiritismo principalmente se jacta o ufana de que su comunicación con los espíritus, a través de los médiums, es una prueba científica de la supervivencia del alma o espíritu humano, que ha conseguido desprenderse del cuerpo muerto como si de una envoltura se tratase; y de obtener la verdad de Dios por las revelaciones de los espíritus. Además, parte de las siguientes premisas no demostradas y que la Biblia rechaza, como son las siguientes:

"22. Admitidas la existencia, la supervivencia y la individualidad del alma, el Espiritismo se reduce a esta cuestión principal ¿Son posibles las comunicaciones entre las almas y los vivientes? Esta posibilidad resulta de la experiencia". (Pág. 59, del libro “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec).

El espiritismo es tan antiguo como la humanidad

Desde la antigüedad, la humanidad ha creído posible comunicarse con los espíritus de los muertos. En las precivilizaciones ya se practicaba la hechicería y las artes adivinatorias, nigromancia, ocultismo, etc. Se daba culto a los espíritus, y el hechicero era el médium de los mismos, el cual, también realizaba determinadas curaciones por medio de ellos. Una prueba de la antigüedad del espiritismo, la obtenemos del quinto libro del Antiguo Testamento, escrito por Moisés, que se redactó hace unos 3500 años (Deut. 18:10-12), pues ahí ya se refiere a estas prácticas, que fueron prohibidas por Dios mismo.

Deuteronomio 18:9-14 (NBJ, 1998): Cuando hayas entrado en la tierra que Yahvé tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones. (10)  No ha de haber dentro de ti nadie que […] practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, (11) ningún encantador, ni quien consulte espectros o adivinos, ni evocador de muertos. (12) Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahvé tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahvé tu Dios a esas naciones a tu llegada. (13) Serás íntegro con Yahvé tu Dios. (14) Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a astrólogos y adivinos, pero a ti Yahvé tu Dios no te permite  semejante cosa.

El espiritismo o sea tratar de evocar a los espíritus de los muertos fue sancionado por Dios con la pena de muerte.

Levítico 20:27: Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.

Levítico 19:31 (NBJ, 1998): "No acudáis a nigromantes, ni consultéis a adivinos haciéndoos impuros por su causa. Yo, Yahvé, vuestro Dios.

Isaías 8:19-20: Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?  (20)  ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

¿Cuándo y dónde surgió el espiritismo moderno?

Sin embargo, el espiritismo moderno surgió en el año 1848, en la casa de la familia Fox, en Hydesville, Nueva York. Nada más que ocuparon la casa, los cuatro miembros de esa familia, los padres y dos hijas, Margaret de quince años, y Catalina de doce años, empezaron a oír ciertos ruidos, como de golpes, que no lograron averiguar de dónde provenían, aun cuando lo intentaron. Pronto se dieron cuenta que los sonidos no siempre eran iguales, pues cambiaban según las acciones de los habitantes de la casa, por lo que dedujeron que procedían de algún ser inteligente, pues respondía con determinado número de golpes a las preguntas a que era sometido por algunos habitantes de la casa. De esta forma empezaron a interactuar con el espíritu. Aunque al principio, las niñas tuvieron miedo, como la madre continuó alentando esta comunicación con ese ente, pronto lograron perfeccionar sus métodos de comunicación y obtener información del mismo; el cual dijo ser el espíritu de un hombre que había sido asesinado en el sótano de la casa, donde más tarde encontraron su esqueleto.

A partir de aquí, se desató una gran expectación entre los vecinos, que fueron invitados a las sesiones con el espíritu. Estos extraños fenómenos proliferaron en muchos lugares de los Estados Unidos de América, extendiéndose con tal entusiasmo, que pronto surgieron seis revistas espiritistas. Este movimiento espiritista también se propagó rápidamente a Europa, y fue en Francia, donde Allan Kardec (1804-1869) le proporcionó las bases religiosas y científicas realizando una sistemática investigación de los fenómenos paranormales que conforman este movimiento. A continuación, daré algunas citas del libro “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec, para que conozcamos lo que es el espiritismo desde sus propias fuentes:

“[…] Estos fenómenos, con frecuencia, tenían lugar espontáneamente con una intensidad y persistencia singulares; pero se notó también que se producían, más particularmente, bajo la influencia de ciertas personas que se designaron con el nombre de médiums, quienes podían, hasta cierto punto, provocarlos a su voluntad, lo que permitió repetir los experimentos. Con preferencia se servían de mesas, no porque este objeto fuese más a propósito que otro, sino únicamente porque es movible, más cómodo y porque podemos más fácil y naturalmente sentarnos justo a una mesa que junto a cualquier otro mueble. Se obtuvo de este modo la rotación de la mesa, después movimientos en todas direcciones, saltos, caídas, elevaciones, golpes violentos, etc. Este fenómeno fue designado, en un principio, con el nombre de mesas giratorias o danza de las mesas“. (Pág. 3, del libro “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec).

"El Espiritismo está fundado en la existencia de un mundo invisible formado de seres incorpóreos que pueblan el espacio, y que no son otros que las almas de los que han vivido en la Tierra o en otros globos, donde han dejado su envoltura material. Estos son los seres que designamos con el nombre de espíritus; nos rodean sin cesar y ejercen en los hombres, a pesar de éstos, una gran influencia; desempeñan un papel muy activo en el mundo moral, y hasta cierto punto en el físico". (Pág. 46, del libro “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec).

El espiritismo parte de la premisa de “la existencia, la supervivencia y la individualidad del alma”, y de que son “posibles las comunicaciones entre las almas y los vivientes”. Lo cual, afirman, son hechos demostrados, por la experiencia, en las sesiones espiritistas (Pág. 60, del libro “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec). Para ello necesitan de un médium, es decir, una persona que tiene la cualidad de comunicarse con los espíritus, normalmente entrando en trance, que es una especie de estado hipnótico, en el que el espíritu toma posesión del médium.

La reencarnación y la preexistencia del alma son doctrinas del espiritismo (2)

“Los espíritus evolucionan hacia la perfección moral y para hacerlo necesitan volver a nacer tantas veces como sea necesario, ya sea en el propio planeta tierra o en otros mundos habitados”. (3)

“[El espiritismo] niega la eternidad de las penas, la existencia de los demonios, y el fuego del infierno. […] no niega el purgatorio, […] la duración del castigo está subordinada al mejoramiento del espíritu culpable. […] Lo que Dios le exige para poner un término a sus sufrimientos es el arrepentimiento, la expiación y la reparación; en una palabra, un mejoramiento serio, efectivo, y una vuelta sincera al bien. (“Pág. 48, “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec)

“El Espíritu es así el árbitro de su propia suerte; puede prolongar sus sufrimientos por su persistencia en el mal, y aplacarlos o abreviarlos con sus esfuerzos para hacer el bien. Estando la duración del castigo subordinada al arrepentimiento, resulta que el Espíritu culpable que no se arrepiente ni mejorase nunca, sufriría siempre, siendo para él (49) eterna la pena. La eternidad de las penas, pues, debe entenderse en sentido relativo, y no en sentido absoluto. (“Pág. 48-49, “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec)

“Hacemos un llamamiento a los buenos espíritus, porque sabiendo que los hay buenos y malos, procuramos que estos últimos no vengan a mezclarse fraudulentamente en las comunicaciones que recibimos. ¿Qué prueba todo esto? Que no somos ateos, pero esto no implica de ningún modo que seamos religionarios”. (“Pág. 46, “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec)

“18. Los espíritus se encuentran en todas partes: están entre nosotros, a nuestro lado, se codean con nosotros y nos observan sin cesar”. (“Pág. 59, “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec)

4. El espiritismo a la luz de la Biblia

Los seres humanos estamos diseñados para vivir para siempre. Ese es el motivo por el que nuestro deseo o ansia de vivir es inagotable o insaciable. Por eso, la muerte, cuando nos sentimos bien, nos parece injusta, lejana y casi imposible de que suceda, es algo extraño, ajeno a la naturaleza humana. Pero como la muerte es una realidad de la que nadie puede escapar, nos aferramos a la idea de la inmortalidad del alma, porque de esa forma el problema de la muerte se reduce en gran parte.

Desde el comienzo de la historia, en todas las antiguas civilizaciones conocidas ha existido la creencia de que la muerte solo significa despojarse o desprenderse de la parte material, o sea el cuerpo físico, como si de una envoltura se tratara, y que, entonces, el alma o el espíritu sale del cuerpo, para continuar viviendo por la eternidad, como espíritu desencarnado en las regiones celestes, ya sea en este planeta o en otro de algún lugar, remoto o cercano del Universo.

Tanto las religiones orientales no cristianas, como el hinduismo, el budismo, así como  el islamismo y la mayor parte de la religión popular cristiana tienen la creencia citada, de que el alma o el espíritu es inmortal, que al desprenderse del cuerpo disfruta de una vida totalmente consciente y posiblemente más elevada que la que tenía cuando estaba en el cuerpo. En general, toda clase de ocultismo o esoterismo, incluyendo el espiritismo  tienen la misma creencia que las religiones orientales citadas. Sin embargo, todas estas se diferencian de las religiones cristianas e islamistas en que creen que el espíritu se vuelve a reencarnar una y otra vez hasta alcanzar la perfección. En cambio, para las religiones cristianas, no existe la reencarnación de espíritus sino que en la resurrección se vuelven a unir con el mismo cuerpo que tenían antes de morir, el cual es recreado y transformado en inmortal por Dios.

Dejando aparte los casos fraudulentos, que sin duda siempre los ha habido, el espiritismo y sus fenómenos paranormales son hechos reales, y algunos han sido comprobados científicamente. Por tanto, a la vista de que realmente existen espíritus que se comunican con los humanos a través de médiums, utilizando medios auditivos y visuales, es necesario que nos preguntemos quiénes son esos espíritus.

¿Son realmente los espíritus de los muertos los que se manifiestan en las sesiones espiritistas, y, también, fuera de ellas en distintos tipos de apariciones? Si, como afirmo, los citados espíritus son ángeles caídos, espíritus demoniacos, que se están haciendo pasar por los espíritus de nuestros amados fallecidos, estaríamos ante un terrible engaño, y muchísimas personas sinceras, que habrían sido engañadas, estarían ante un grave peligro.

Una cosa es segura: Dios ha condenado toda evocación, comunicación, o consulta con los espíritus de los muertos, con los adivinos, astrólogos, hechiceros, etc., como hemos visto anteriormente en los libros del AT de Levítico 19:31; 20:27 y Deuteronomio 18:10-11. Lógicamente, debemos inferir, que si Dios no quiere que nos comuniquemos con los espíritus de los muertos es porque, realmente, ellos son espíritus de demonios que pretenden engañarnos y hacernos mal. Por eso, nos advierte del peligro que corremos si ignoramos los consejos y advertencias que hay en Su Palabra, como los siguientes:

1 Pedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

2 Tesalonicenses 2:7-12: Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.  (8)  Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;  (9)  inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,  (10)  y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.  (11)  Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,  (12)  a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Apocalipsis 16:14: pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.

Por otro lado, para que pudiera haber alguna posibilidad de comunicación con los difuntos sería imprescindible que sus almas o espíritus sobrevivieran a la muerte como entidades conscientes. Ni la ciencia ni ser humano alguno, sino solo la Biblia, que ha sido inspirada por Dios, puede desvelarnos ese misterio, y, de esa manera, evitarnos ser objeto de un engaño que podría tener terribles consecuencias.

Puesto que los cristianos, tanto católicos como protestantes tienen en común con los espiritistas la creencia de que el alma o el espíritu del hombre es inmortal o sea que después de morir el cuerpo, el alma sigue viviendo de forma consciente en otra dimensión o mundo, están todos expuestos a creer la afirmación del espiritismo e intentar emularlo tratando de  comunicarse con el mundo de los supuestos espíritus de los muertos. De hecho, los espiritistas dicen tener dentro de sus seguidores a personas de todas las religiones, siendo muchos los que engruesan sus filas creyentes católicos y protestantes.

¿Es verdadera la creencia de que el espíritu o el alma de los fallecidos tiene consciencia y es inmortal? ¿Cuál es la opinión autorizada de la Palabra de Dios respecto a esos dos aspectos?

Sería lógico pensar que las religiones cristianas, así la católica como la protestante, habrían obtenido la doctrina de la inmortalidad del alma basándose en la Biblia, puesto que ésta es el fundamento del cristianismo. Sin embargo, esto no es así.

La creencia de la inmortalidad del alma, muy extendida y arraigada en todo el mundo, en la parte occidental, donde nos ubicamos nosotros, proviene de los filósofos griegos, entre ellos Platón (Siglo IV a.C.), y aun anteriores y posteriores a él. Por tanto, esta doctrina, que es muy anterior al cristianismo tiene unas raíces totalmente paganas, y contradice a la Sagrada Escritura, como veremos a continuación.

La creencia citada, que la comparten los católicos y mayoría de los evangélicos, es muy consoladora y atractiva; porque siempre resulta más agradable pensar que la muerte no existe. Pero se sustenta en aceptar como verdad lo que dijo el diablo a Eva en el inicio de la creación, –“no moriréis; sino que sabe Dios que…seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:4)–, contradiciendo la sentencia – “ciertamente morirás”– pronunciada por Dios poco antes, y su siguiente declaración, “polvo eres, y al polvo volverás”, registradas en Génesis 2:17 y Génesis 3:18, respectivamente.

Si la muerte significa despojarse del cuerpo para pasar a vivir a una existencia o dimensión espiritual superior, e ir a reunirse con Dios en el cielo, entonces, tenía razón el diablo, y Dios habría mentido. Sin embargo, Jesús nos desvela, según se registra en el Evangelio de san Juan, que…”El [diablo] ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44). ¿A quién, pues, creeremos a Dios o al diablo?

La Palabra de Dios afirma que Jesucristo obtuvo la victoria sobre la muerte y el diablo por medio de su muerte y resurrección (Hebreos 2:14).Toda criatura es mortal. Solo Dios es inmortal (1 Timoteo 6:16). Sin embargo, los seres humanos recibirán la inmortalidad cuando se produzca la resurrección de los muertos en la futura venida de Cristo en gloria. Entonces los muertos serán resucitados incorruptibles, y lo mortal revestido de inmortalidad (1ª Corintios 15:51-57). La Biblia sostiene la idea de la mortalidad del alma, y del estado inconsciente de los muertos hasta la resurrección, contrariamente a lo que se cree, de que siguen viviendo pero de forma espiritual. Si analizamos esta cuestión sin prejuicios ni ideas preconcebidas, nos daremos cuenta de que es mucho más lógico lo primero, pues ¿qué sentido tiene que nos den un cuerpo en la resurrección si la vida en espíritu se supone es superior y plena? Si ya estoy viviendo con Cristo en el cielo, no necesito que me den un cuerpo en la resurrección. Sin embargo, si la resurrección significa volver a vivir, recrear todo lo que somos, entonces todo tiene sentido, todo encaja como si de un puzle se tratara.

Según la Biblia, el hombre es un alma viviente (Génesis 2:7; 1ª Corintios 15:45), mediante la unión del cuerpo y el hálito de vida o espíritu que da Dios, de manera que cuando se separan, la vida deja de ser (Santiago 2:26). Así también se puede deducir de los siguientes textos del libro de los Salmos del AT.

Salmo 104:29 (Salmo 30:9):“29 Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.”

Salmo 146:4: “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecieron sus pensamientos.

Los cristianos tenemos la firme esperanza de una vida eterna futura plena, gozosa y feliz, pero siempre pasando por la resurrección. Eso es lo que prometió Jesús:

Juan 5:28-29: No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;  (29)  y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Obsérvese que Jesús no llama a los espíritus que supuestamente están en el espacio o en el cielo sino a los que duermen en los sepulcros.

Según la Biblia, la muerte es como un sueño del que se está totalmente inconsciente hasta la resurrección en el día del fin del mundo. Leeremos algunos versículos que lo prueban  (Daniel 12:2; Juan 11:11-13; Juan 5:28,29):

Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”

Juan 11:11-13: Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.

La verdad se muestra insistentemente tozuda, tanto como se manifiesta la terquedad de los seres humanos cuando se empecinan por todos los medios, en sostener que estos textos no demuestran la inconsciencia de los muertos, sino que sólo prueban que los cuerpos duermen en el polvo, pero no los espíritus que siguen viviendo en otro lugar.

Los textos presentan claramente, en primer lugar, que los muertos están en el polvo de la tierra, y en segundo lugar, que su estado es inconsciente como corresponde a la imagen que representa el sueño profundo de la muerte, hasta que sean despertados por la voz de Jesús cuando venga en gloria (Juan 5:28, 29).

5. Tipos de fenómenos paranormales producidos por los espíritus

Me atrevo a afirmar que la mayoría de los fenómenos paranormales, por no decir todos, están relacionados con el espiritismo y son fruto de la actividad de los espíritus. Fenómenos paranormales tales como las distintas clases de apariciones no son otra cosa que espíritus de demonios que tienen el poder de hacerse visibles, materializándose y tomando formas que imitan, hasta el más ínfimo detalle, el aspecto que tenían aquellos personajes difuntos por los que quieren hacerse pasar. Al respecto, la Biblia confirma que el diablo tiene poder de disfrazarse como ángel de luz (2ª Corintios 11:14).

2 Corintios 11:14: Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

Por su transcendencia religiosa e influencia social subrayamos la multitud de testimonios de supuestas apariciones de la Virgen María, madre de Nuestro Señor Jesús (4); entre las que destacan, por citar dos importantes, las apariciones que tuvieron lugar en Lourdes (11-02-1858) a una niña de catorce años llamada Bernadette Soubirous, y la no menos famosa de Fátima (el 13-05-1917), a Lucia Dos Santos, de diez años, y sus dos primos, Jacinta y Francisco, de siete y nueve, respectivamente, cuya popularidad, seguimiento y aceptación en el mundo católico fueron y son enormes. En relación con esto, vienen a propósito las siguientes citas extraídas del prólogo e introducción del libro “El Secreto de Fátima”, de los autores, Joaquim Fernandes y Fina d’Armada, prestigiosos historiadores e investigadores portugueses:

“[…] las apariciones marianas [se refiere a las de Fátima] fueron previstas por diversos grupos espiritistas de Portugal con meses y días de antela­ción. Algunos de estos extraños mensajes percibidos durante sesiones mediúmnicas llegaron a ser publicados en periódicos del país, anunciando que algo importante ocurriría exactamente en el día 13 de mayo de 1917. (Citado del prólogo del libro “El Secreto de Fátima”).

“Las apariciones de Fátima no se investigaron de forma adecuada hasta sesenta años después. Los registros originales del caso per­manecieron encerrados bajo custodia durante seis décadas en archivos secretos dentro del Santuario de Fátima. Los secretos celestiales que había en estos archi­vos contenían lo que la religión no podía admitir y lo que la ciencia no podía explicar.

“Entonces, en 1978, se les concedió un acceso sin precedente a los archivos a los jóvenes historiadores portugueses, Joaquim Fernandes y Fina d’Armada. Los archivos revelaron que los niños no interactuaron con una “aparición” de la Vir­gen María, sino más bien con el holograma de un ser luminoso, el cual era pro­yectado por un rayo de luz que emitía un objeto que planeaba encima de ellos. Estas entidades a las que encontraron los niños de Fátima no eran deidades que descendieron del cielo, sino seres extraterrestres que visitaban nuestro planeta desde “algún lugar” del vasto cosmos. (Citado de la introducción del libro “El Secreto de Fátima”).

“Cientos de hechos descubiertos desde el momento de las apariciones corroboraron lo que Fernandes y d’Armada sabían y confirmaron lo que decían los archivos secretos del santuario de Fátima. El mundo entero debía saberlo, inclu­so si sus conclusiones contradecían el dogma católico. El incidente de Fátima de 1917 fue el primer y mayor caso OVNI del siglo XX.” (Citado de la introducción del libro “El Secreto de Fátima”).

En mi opinión, la mayoría de los fenómenos OVNI, en los cuales seres inteligentes supuestamente extraterrestres han contactado con seres humanos, no son otra cosa que distintas manifestaciones de los espíritus de los demonios, que son capaces de materializarse y adoptar infinidad de formas. Los mismos, también, serían los autores de la multitud de apariciones de la Virgen María.

Por tanto, los  muchos tipos de manifestaciones o apariciones fantasmales, son consecuencia de su capacidad de disfrazarse, versatilidad y poder mentiroso, dirigido al único fin de engañar y hacer daño a la humanidad.

 En las sesiones espiritistas se han producido, distintas materializaciones y formas, como, por ejemplo, las formadas por una especie de vapor o humo denso, que se les llama técnicamente ectoplasmas. Unas muestran la cabeza nítida de una persona o de alguno de sus miembros, incluso del cuerpo entero. Otras, sin embargo, son capaces de presentarse con un aspecto totalmente sólido que en nada se diferencia con el de una persona viva de carne y hueso, salvo que es capaz de desaparecer instantáneamente. Otro tipo de materializaciones son aquellas que están comprendidas bajo las siglas OVNI (Objetos Volantes No Identificados), que se hicieron famosos durante varias décadas en el siglo pasado, como son los llamados “platillos volantes”, y los supuestos conductores de los mismos, seres que la mayoría de las veces se describen como luminosos o rodeados de una gran luz, a los cuales familiarmente se dio en llamarlos “marcianitos”.

Otros fenómenos paranormales, que se pueden observar en las cámaras de sesiones espiritistas con intervención de un médium, pero también fuera de ellas, aunque en este último caso, en mi opinión, están siempre muy relacionados con el espiritismo, son la telepatía (transferencia o transmisión de pensamiento de una mente a otra); clarividencia (capacidad de recibir información de objetos más bien que de personas y de sucesos); “telequinesia o psicoquinesia: objetos o muebles que cambian de lugar, o que son extraídos de la habitación con sus puertas herméticamente cerradas, –lo que algunos equivocadamente atribuyen a la influencia de la mente sobre la materia; mensajes escritos por la mano del médium con la propia letra del ser difunto del cual pretenden provenir; instrumentos de  música existentes o inexistentes, hábilmente tocados por manos invisibles; voces de personas fallecidas que se oyen con toda nitidez; aparición de “fantasmas” o materializaciones de espíritus que reproducen con exactitud maravillosa las facciones de un ser fallecido; revelación de secretos de la vida del muerto, totalmente desconocidos para el médium, pero conocidos por algún pariente cercano presente; levitación de objetos o cuerpos, es decir, elevación, y desplazamiento en vertical o en horizontal sin intervención de ninguna fuerza humana”(1); las casas encantadas conocido como “poltergeist” (ruidos, golpes, movimientos de objetos sin ninguna acción humana); diversos tipos de curaciones paranormales o pseudo milagrosas, etc.

6. Conclusión

El espiritismo y su razón de ser, de comunicarse con los espíritus de los fallecidos resulta un gran engaño, pues, realmente, con quienes establece comunicación es con los espíritus de demonios. De ninguna manera puede comunicarse con nuestros parientes fallecidos, puesto que estos están totalmente inconscientes durmiendo el sueño de la muerte, hasta la resurrección que Cristo realizará en su venida en gloria según la promesa de Dios (1ª Tesalonicenses 4:13-18).

1ª Tesalonicenses 4:13-18: (13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. (14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. (16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

La Biblia nos desvela quiénes son realmente los espíritus con los que se establece comunicación en las sesiones de espiritismo.

Apocalipsis 12:7-9: Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;  (8)  pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.  (9)  Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Apocalipsis 16:14: pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.

Las personas que creen, de buena fe, que han hablado con algún espíritu de alguien fallecido, o han oído voces de ultratumba, así como los médiums, y los que practican el espiritismo, son victimas de un terrible engaño. En realidad, ellas se han puesto en contacto con espíritus de demonios, y pueden llegar a ser totalmente poseídos por ellos. Debido a que este peligro es real como la vida misma, Jesús y los apóstoles nos advierten constantemente del riesgo que corremos si no seguimos sus sabios consejos de prevención y evitando todo tipo de contacto o relación con el espiritismo y sus fenómenos. Sus consejos y advertencias son claros como evidencian los siguientes textos:

1 Timoteo 4:1: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

1 Pedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Efesios 6:11-17: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (16)  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. (17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

¿Por qué la Biblia repite, una y otra vez,  que los muertos duermen? ¿No será porque no tienen ningún tipo de vida consciente?

Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”

Juan 11:11-13: Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.

En resumen, los muertos van al Seol donde “no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9: 10), es decir, ningún tipo de vida consciente. Jesús dijo que los muertos están en los sepulcros, en ellos tampoco hay ningún tipo de vida.

En el Antiguo Testamento, el lugar donde van los muertos se llama Seol, en hebreo. En el Nuevo Testamento este término se traduce, al griego, por Hades. Ambos términos simbolizan la morada figurada de los muertos. En nuestra cultura lo llamamos cementerio, que literalmente significa “dormitorio”. Nombre muy apropiado si consideramos, como hace la Biblia, a la muerte como un estado inconsciente, semejante a un letargo profundo. Jesucristo sencillamente le llama sepulcro que es donde se entierran, normalmente, a los muertos. La prueba de que ambos términos Seol (AT) y Hades (NT) es el mismo concepto está en Hechos 2:27-34, porque el versículo 2:27 proviene del libro de los Salmos capítulo 16 y versículo 10. En el AT se denomina Seol y en el NT Hades.

Hechos 2:27-34 (Compárese con Salmos 16:10): Porque no dejarás mi alma en el Hades,  Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.  […] (29) Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.  (30)  Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, (31)  viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.  (32)  A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. […] (34)  Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,…

Hechos 13:36: Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

El apóstol san Pedro, en el libro de los Hechos de los apóstoles afirma claramente que “David no subió a los cielos...” (Hechos 2:34).

¿Dónde dice Jesús que permanecen los que va a resucitar en su venida?

Juan 5:28,29: 28: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”

Jesús no puede ser más claro: los muertos están en los sepulcros, y desde ahí oirán su voz. No dice que el espíritu está en el infierno o en el cielo, sino que los muertos están donde yacen sus cuerpos. Eso no quiere decir que la identidad de cada uno de los que mueren, o sea su carácter y personalidad que se haya forjado mientras vivía, se pierda o quede en el olvido para Dios, pues Él traerá a juicio toda obra, y restituirá a todos, en la resurrección, la personalidad que tenían (Mateo 12:36; 16:27; Romanos 2:6; 1ª Corintios 3:13; 1ª Pedro 1:17). Así lo afirma el apóstol Pablo: “…estoy seguro que [Dios] es poderoso para guardar mi deposito para aquel día” (2ª Timoteo 1:12 úp.).

Al igual que Lázaro, el hermano de María y de Marta, cuando su cuerpo hedía en descomposición, estando en la tumba bien muerto de cuatro días (Juan 11:39; léase todo el capítulo 11), fue capaz de obedecer la voz de Jesús que le despertó porque por su poder le devolvió la vida; así hará que  “todos los que están en los sepulcros oirán su voz” , al final del mundo, cuando Él regrese (Juan 5:28,29; 1ª Tesalonicenses 4:13-18).

¿Estaba el espíritu de Lázaro (el hermano de Marta y María) gozando en el paraíso con Dios o sufriendo los tormentos del infierno en algún lugar del Hades?

Si el espíritu de Lázaro hubiera estado gozando en el paraíso con Dios de una vida más plena, Jesús le hizo un flaco favor al resucitarle, y traerle de nuevo a esta Tierra que es un valle de lágrimas, ¿por qué iba a hacer una cosa así?

Lázaro (su persona entera, no su cuerpo o su espíritu) fue despertado a la vida, su último recuerdo, memoria y vivencia eran los de sus últimos instantes de antes de morir. Su espíritu mientras estaba muerto no pudo experimentar ninguna vivencia, pues el espíritu es el soplo o aliento de vida que sólo pertenece a Dios, y que es común a toda la humanidad, y no contiene la característica del ser.

¿Qué significa morir? ¿Queda algo consciente después de muerto?

Salmo 146:4: Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos.

Cuando uno exhala el aliento por última vez, es decir, deja de respirar, se muere, y el cuerpo, desde ese momento se empieza a corromper. El espíritu sale del cuerpo, lo que es lo mismo, la vida le abandona, y su personalidad permanece registrada en la memoria de Dios (Véase también Salmo 31:5; Lucas 23:46; Hechos 7:59; 2ª Timoteo 1:12).

¿Queda algo espiritual e invisible de esa persona que tenga alguna capacidad intelectual o consciente como la de pensar, recordar, razonar etc.?

La Biblia no puede ser más contundente: “En ese mismo día perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4). Los objetores seguirán diciendo: “bien, el cuerpo ya no puede pensar porque está muerto, su cerebro está totalmente muerto, pero como el espíritu vive sin el cuerpo, él si es capaz de tener pensamientos y de gozar y de sufrir”.

Aunque existen muchos más textos bíblicos que prueban la inconsciencia de los muertos hasta la resurrección, solo vamos a citar unos pocos más:

1 Corintios 15:16-18, 32: Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;  (17)  y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.  (18)  Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. (32) […]  Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

Eclesiastés 9:5,6,10: Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.  (6)  También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. […]  (10)  Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.

Salmo 104:29 (Salmo 30:9):“29 Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.”

Ahora comprendemos la sabiduría del Espíritu de Dios al revelarnos tan claramente que los muertos nada saben, ni piensan, ni alaban, ni sienten emociones. Algo que parece evidente, no lo es tanto, porque aun así, muchos no aceptan que la Biblia afirme que es la totalidad de la persona la que ha dejado de existir. Se aferran a algo etéreo e invisible que nadie ha visto, ni se puede ver, ni se ha detectado científicamente, y que la misma Revelación niega que tenga existencia consciente separado del cuerpo.

La Palabra de Dios se refiere a la muerte segunda como el castigo final de Dios a los malvados, concepto que pretende mostrar la absoluta aniquilación o destrucción de todo vestigio de la vida de los malvados (Apocalipsis 2:11; 20:14; 21:8). También, en muchas ocasiones se utiliza el verbo “destruir” para significar la acción final que Dios opera con los impíos (1ª Corintios 3:17; 6:13; 15:26; 2ª Tesa. 2:8; Judas 5; Apoc. 11:18). Esto debería ser suficiente prueba de la mortalidad del alma o espíritu.

Apocalipsis 21:8: Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

2 Tesalonicenses 2:7-12: Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.  (8)  Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;  (9)  inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,  (10)  y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.  (11)  Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,  (12)  a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

 

 

Carlos Aracil Orts

www.amistadencristo.com

 


Referencias bibliográficas citadas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

(1) Médico de profesión, Allan Kardec (1804-1869), cuyo verdadero nombre es Hipólito Léon Denizard Rivail, es el introductor del espiritismo en Francia. Es al mismo tiempo, el inventor del término actual que se prefirió al de espiritualismo. En 1850, Kardec estudia el fenómeno por intermedio de dos hijas de un amigo, ambas médiums. Publica en 1856 El libro de los espíritus, síntesis de numerosas "comunicaciones" con el más allá. Este libro tuvo mucho éxito. Luego funda, en 1856, la Sociedad de estudios psicológicos y, algunos años más tarde, la Revista espiritista. Sus conferencias en París y en provincia lo vuelven sumamente célebre; el propio emperador Napoleón III gusta de conversar con él.

Según Kardec, el hombre evoluciona espiritualmente gracias a una serie de reencarnaciones. El mismo habría elegido el pseudónimo Kardec, después de enterarse, por un espíritu, que había vivido antaño en Galia con ese nombre. Antes de encarnarse en un cuerpo, el alma poseería, según él, su propia individualidad y la conservaría después de separarse del cuerpo.
 http://www.taringa.net/posts/paranormal/11480700/Fenomenos-Paranormales.html

(2) “Los espíritus no son perfectos, porque son las almas de los hombres, y los hombres no son perfectos, porque son la encarnación de espíritus más o menos adelantados. […] En cada nueva existencia, el Espíritu realiza un progreso más o menos grande, y cuando ha adquirido en la Tierra la suma de conocimientos y de elevación moral de que es susceptible [en] nuestro globo, lo deja para pasar a otro mundo más elevado, donde aprende cosas nuevas. (Pág. 34, “Qué es el espiritismo” de Allan Kardec).

(3) http://www.sociedadespiritistacubana.org/interest.htm

(4) Asunción de María o Asunción de la Virgen es la creencia, de acuerdo a la tradición y teología de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia católica, de que el cuerpo y alma de la Virgen María, la madre de Jesucristo, fueron llevados al Paraíso después de terminar sus días en la tierra. No debe confundirse con la Ascensión, que hace referencia al propio Jesucristo. Este traslado es llamado Assumptio Beatæ Mariæ Virginis (Asunción de la Bienaventurada Virgen María) por los católicos romanos, cuya doctrina fue definida como dogma de fe (verdad de la que no puede dudarse) por el papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950. La Iglesia católica celebra esta fiesta en honor de María en Oriente desde el siglo VI y en Roma desde el siglo VII. La festividad se celebra el 15 de agosto. (http://es.wikipedia.org/wiki/Asunci%C3%B3n_de_Mar%C3%ADa)

 

 

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