Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la Biblia

 

¿Existen contradicciones en la Biblia?

¿Es la Biblia digna de confianza? ¿Está inspirada por Dios?

Carlos Aracil Orts

Introducción

Cuando tomamos textos aislados de su contexto inmediato y del general podemos, a veces, creer que son contradictorios. No obstante, si los analizamos con detenimiento y los contrastamos con su entorno que le afecta, comprobaremos que no existe tal contradicción, sino que por el contrario pueden ser, en muchas ocasiones, visiones complementarias. Por ejemplo, si comparamos San Juan 16:33 con Mateo 10:34-39 vemos que en ambos Jesús está hablando de paz pero desde dos puntos de vista distintos:

San Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Este versículo que describe la realidad del mundo, nos estimula positivamente y nos agrada, pues la Palabra de Dios se ha escrito para nuestro consuelo, enseñanza y fortalecimiento en la fe.

Mateo 10: 34-39:

“(34) No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. (35) Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; (36) y los enemigos del hombre serán los de su casa. (37) El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; (38) y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Este texto se complementa con el anterior, pues nos ofrece la otra cara de la moneda. Es radical, pues Jesús no permite que antepongamos o valoremos más a otras personas o cosas antes que a Él. Esclarece, también, el texto paralelo de Lucas 14:26: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.”  Lo que está diciendo Jesús es que Él debe ocupar el primer lugar en el corazón de todo creyente que quiera ser su discípulo. Ninguna relación familiar, ni ningún asunto en la tierra debe ser tan importante que rompa nuestra comunión y relación con Dios. Nada debe estar por encima de Él, pues debemos darle la preeminencia en todo. Por supuesto, que ir a Jesús no nos obliga a aborrecer ni a odiar a nadie. El que abriga odio en su corazón no puede amar y por tanto, no puede ser discípulo de Cristo.

En este caso, como en algunos otros, las palabras de Jesús no se pueden tomar literalmente. “aborrecer” se contrasta con amar más que al propio Jesús, hasta el extremo que se le rechaza, o se pone en un segundo lugar en nuestros afectos, con el objetivo de dar énfasis al mensaje principal, de que el amor a Jesús es sobre todas las cosas. Así como, cuando Jesús dice “..si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, échalo de ti: pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mateo 5:29; etc), no entendemos que Jesús nos esté mandando literalmente que nos arranquemos los ojos si ellos nos llevan a pecar, sino que evitemos las ocasiones y controlemos nuestros sentidos para no dejar que el pecado conciba en nosotros (Ver también Santiago 1:14,15).

Todo esto no significa otra cosa que el cumplimiento del gran mandamiento afirmado por Cristo en Mateo 22:36-40, y confirmado por el intérprete de la ley: “...Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10:27)

En Cristo tendremos paz y también persecuciones y aflicciones.

Por tanto, no creo que encuentres contradicción en esos textos, pues aquí Jesús, por un lado, nos promete paz (paz espiritual, moral y mental) si estamos con Él. Por otra parte, nos previene que en este mundo tendremos tribulación no obstante. Esto quiere decir, que una cosa no impide la otra, o sea, la paz que nos da Cristo nos sirve para enfrentarnos exitosamente y soportar pacientemente las aflicciones, pero no nos exime, ni nos libra de la tribulación o de las aflicciones que el mundo, en ocasiones, nos somete por causa de nuestro pecado y del pecado ajeno, y otras veces, porque el mundo odia a los que pertenecen a Cristo.

Así como Cristo, y muchos cristianos en todas las épocas pasadas sufrieron por permanecer fieles a la verdad y a la justicia de Dios, así también hoy todo el que se confiese ser cristiano tiene que estar dispuesto a sufrir por Cristo. A este respecto, me gusta lo que dice el apóstol Pedro en su primera carta que debemos sentirnos felices cuando suframos por causa de Cristo:

1ª Pedro 4: 12-19:

(12) Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, (13) sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.(14) Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. (15) Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; (16) pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. (17) Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? (18) Y:
Si el justo con dificultad se salva,
¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?
(19) De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.”

Sólo es aparente la contradicción cuando Jesús dice en el evangelio de San Mateo, capítulo 10, versículos 34-39, que no ha venido para poner paz sino “espada”, y el “que halla su vida la perderá”, pero si se profundiza, se entiende. ¿Ves aquí alguna contradicción?

La Biblia como inspirada por Dios no contiene contradicciones sino paradojas

En muchísimas ocasiones, por no decir todas, las contradicciones son sólo aparentes, y obedecen a un entendimiento parcial o imperfecto de la Palabra de Dios. La Biblia no es un libro que podamos leer de “carrerilla”. Además, para poder entenderla, se necesita creer que fue inspirada por el Espíritu Santo, el cual es el Autor de la misma, pues Él ha inspirado a todos los autores humanos que a través de más de 2000 años la fueron escribiendo, en diferentes épocas, y sin contacto de unos con otros.

Es sorprendente comprobar que, a pesar de estar compuesta por 66 libros (39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento), forma una unidad coherente. Siempre deberíamos orar, antes de empezar a leerla, solicitando con humildad y fe que el Espíritu nos abra el entendimiento y nos conduzca a toda la verdad.

Es bueno leerla entera para tener una visión global del plan de Dios para nosotros, pero siempre meditando y tratando de comprender la voluntad y plan de Dios expresado en sus páginas, aplicándolo a nuestras vidas. Es necesario siempre conocer y comprender, el contexto, la época histórica, etc. En el Nuevo Testamento (N.T), se nos presenta la culminación del plan de salvación de la humanidad, a través de la vida, obra y sacrificio de Cristo. Todo el Antiguo Testamento (A.T), enfoca hacia Cristo, el Mesías prometido.

En mi opinión, la manera de obtener más provecho de la lectura de la Biblia es estudiarla por temas doctrinales. Se trata de entresacar los textos o versículos que se refieran a una doctrina en particular que conforma nuestra fe y creencia. Por tanto, siempre es bueno comparar si lo que creemos está de acuerdo, con la única fuente que tiene autoridad que es la Biblia, y a la que debemos someterlo todo.

Conclusión

Aunque, en ocasiones no entendamos bien lo que quiere expresarnos la Palabra de Dios, o veamos aparentes contradicciones, nunca debemos dudar de su inspiración, sino que ello debería impulsarnos a una mayor investigación y estudio de la Biblia pidiendo la ayuda del Espíritu. Yo creo que los grandes hombres, como San Pablo, que compusieron tantas epístolas en el N.T., no pueden habernos mentido, ni haberse dejado engañar, pues su vida y obra santa testifican que Dios estaba con ellos. Pongamos algunos ejemplos, en los que se nos asegura que la Biblia está toda inspirada por Dios, por tanto, no puede equivocarse, ni haber errores que nos desvíen de la voluntad y plan de Dios para la salvación del mundo:

2ª de Timoteo 3: 15-17: (Escribe San Pablo a Timoteo)

“(15) y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. (16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,(17) a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. “

San Juan 17:17:  (Escribe San Juan, y las palabras son de Jesús)

“(17) Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”

San Juan 16:13: (Escribe San Juan, y las palabras son de Jesús)

“(13) Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”

Efesios 1:13: (Escribe San Pablo a la iglesia de Éfeso)

(13) En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

San Mateo 24:35:  (Escribe San Mateo, y las palabras son de Jesús)

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

2ª Pedro 4: 12-19: (Escribe San Pedro, y son sus mismas palabras)

“(19) Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; (20) entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, (21) porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

Yo creo firmemente que todos estos Santos decían la verdad, y no fueron engañados. Ellos estuvieron con Jesús, contemplaron su vida, obra, muerte y resurrección. Son testigos del acontecimiento más grande de la historia: Dios vino al mundo en la persona de Jesús.

 

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