Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la Biblia

 

¿Quién fue el que incitó a David a hacer el censo, Yahvé o Satán?

Aparente contradicción entre lo que dice 2ª Samuel 24:1 y 1ª Crónicas 21:1: ¿Quién fue el que incitó a David a hacer el censo, Yahvé o Satán?

Carlos Aracil Orts

Introducción

La aparente contradicción entre lo que dice 2ª Samuel 24:1 y 1ª Crónicas 21:1 consiste en que el texto citado en primer lugar afirma que Dios dio la orden a David de censar a Israel. Sin embargo, 1ª Crónicas 21:1 dice claramente que fue Satán, el que incitó a David.

2ª Samuel 24:1 (Casiodoro de Reina 1960)

“1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.”

2ª Samuel 24:1 (Biblia de Jerusalén -1998)

“1 Se encendió otra vez la ira de Yahvé contra los israelitas e incitó a David contra ellos diciendo: “Anda, haz el censo de Israel y de Judá.””

1ª Crónicas 21:1 (Casiodoro de Reina 1960)

“1 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.”

1ª Crónicas 21:1 (Biblia de Jerusalén -1998)

“1 Alzóse Satán contra Israel, e incitó a David a  hacer el censo del pueblo.”

¿Cuál de los dos textos es verdadero? ¿Quién incitó a David, realmente, a hacer el censo?

Dios no puede contradecirse a sí mismo, tampoco la Biblia. Debemos pensar que se trata de dos modos distintos de ver o explicar la decisión que tomó David de censar a su pueblo.

Es lógico y razonable pensar que si hubiese sido Dios el que dio la orden a David de censar a Israel, Dios no castigaría a David por el hecho de haberle obedecido. Si hubiese sido la voluntad de Dios que David censase a su pueblo, David no se habría arrepentido de ello (2 Sam. 24:10), y tampoco Dios le habría castigado enviando esa plaga de peste sobre Israel (2 Sam. 24:15).

2ª Samuel 24:10

“10 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.”

 2ª Samuel 24:15

“15 Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres.”

La acción de David de censar a su pueblo desagradó a Dios, porque significaba que el rey David confiaba más en la fuerza de su ejército y en la cantidad de hombres capaces para guerrear contra el enemigo, que en las promesas de Dios que aseguraba que las guerras no se ganaban “con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu... (Zacarías 4:6)

Dos formas de expresar lo mismo de acuerdo a la mentalidad hebrea.

El autor del libro de 2ª Samuel sigue cierta mentalidad religiosa hebrea abundante en el A.T. y algo menos en el N.T., que consiste en atribuir a Dios todo lo que sucede por considerarlo la causa primera. Es decir, esta mentalidad parte de la idea, de que como Dios es el soberano del universo, ningún evento se produce, sin que esté controlado por Dios, y Él, por tanto, de alguna manera, lo permite. Aunque Dios no fue el autor del pecado, Él permitió que el pecado apareciese para que la maldad se hiciese evidente a los ojos de todo el universo, y Él revelara su amor al mundo y a todo el universo, entregando a su propio Hijo como rescate por los pecadores.

Dios ha creado a seres libres, que condicionados por el pecado, toman decisiones erróneas y muchas veces malvadas, que, no obstante, Dios, en su voluntad soberana, permite, porque Él rige el universo entero, y en su infinita sabiduría lo lleva al desenlace definitivo, en el que los hijos de Dios y el bien, vencerán a los hijos de Satán y al mal, y ya no habrá más muerte, ni llanto... etc. (Apoc. 21:1-8).

Conclusión

David, indudablemente, cometió un tremendo error al confiar en sus fuerzas para derrotar al enemigo, y no en la voluntad y poder de Dios. Por eso, quiso saber cuantos hombres tenía disponibles para formar su ejército e ir a la guerra, sin consultar con Dios previamente. Se dejó tentar por Satanás y esto desagradó a Dios, y aunque se arrepintió, Dios no retiró su castigo, que fue el resultado de su desobediencia y de actuar independientemente de la voluntad de Dios.

La visión expresada por el cronista en 1ª Crónicas 21:1, es complementaria.

La visión del cronista en 1ª Crónicas 21:1, es complementaria, y por tanto, no contradice a lo relatado en 2ª de Samuel 24:1, pues, ha quedado claro, que Dios no es el causante de nuestras malas acciones, Él no tienta a nadie (Santiago 1:13-15).

En este caso, el único responsable de esta acción, considerada malvada por Dios, es David, aunque fuese incitado por Satán, y Dios lo permitiese en su soberanía, pero indudablemente Dios no dio la orden que venimos citando.

Por un lado, Dios permite nuestros errores porque nos ha dado el libre albedrío, aunque estemos condicionados por el pecado. No obstante, somos responsables de nuestras acciones ya sean buenas o malas y Dios nos juzgará de acuerdo a nuestra fe o a la ausencia de ella, en este caso, por nuestra conciencia, y teniendo en cuenta las circunstancias particulares de cada uno.

Cuando reconocemos nuestros pecados y nos acogemos Jesús como nuestro Salvador personal somos declarados justos, y como dice Juan en su primera epístola “..y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.(8) Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”    (1ª Juan 1:7-9). Ya no seremos juzgados por las obras como ocurre en Mateo 25:31-46 y en Apocalipsis 20:12, 13, sino por la autenticidad de nuestra fe y comunión con Dios y nuestro Salvador.

Con la ayuda de Dios, espero haberle contestado adecuadamente a su pregunta, no obstante, si desea hacer alguna aclaración o comentario a este estudio o a cualquier otro, puede dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico:

carlosortsgmail.com

 

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