Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Antropogía bíblica

¿Cómo podemos conocer a Dios?

 
Versión: 25-11- 2013

 

…Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” … (Hebreos 8:11)?

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*


Estimado hermano Marcos, me alegra que le hayan parecido “aclaratorios” mis artículos, especialmente, ¿Cuál es la ley que Dios escribe en el corazón?, el cual estudio bíblico, al parecer, le ha suscitado la interesante pregunta que le agradezco, y que a continuación transcribo literalmente:

"¿A qué se refiere este pasaje: “Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11)?"
(Marcos).

El pasaje bíblico a que usted se refiere aparece en primer lugar en el Antiguo Testamento, en Jeremías 31:31-34.

Jeremías 31:31-34: He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.  (32)  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  (33)  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (34) Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

Estos textos bíblicos registran la promesa de Dios a Su pueblo de que hará un Nuevo Pacto con las casas de Israel y Judá. Y en Hebreos 8:6-13 se nos anuncia el cumplimiento de esa promesa o profecía con el establecimiento del Nuevo Pacto en Cristo.

Hebreos 8:6-13: Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.  (7)  Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.  (8)  Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor,  En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;  (9)  No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;  Porque ellos no permanecieron en mi pacto,  Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.   (10)  Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel  Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos,  Y sobre su corazón las escribiré;  Y seré a ellos por Dios,  Y ellos me serán a mí por pueblo;  (11) Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;  Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.  (12) Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.  (13)  Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Nótese que Dios, por medio del profeta Jeremías, anuncia un Nuevo Pacto con “la casa de Israel y con la casa de Judá”. Pero este Nuevo Pacto es muy distinto al antiguo: “No como el pacto que hice con sus padres” (Jeremías 31:32pp). El pacto antiguo llamado “primero” en el texto Hebreos 8:13, es el Pacto del Sinaí que Dios hizo con Moisés. Este Pacto, que está basado en la ley de los Diez mandamientos (las Tablas del Pacto), era solo para los israelitas. Sin embargo, el Nuevo Pacto no es solo para los judíos sino también para los gentiles. Además, éste es un mejor pacto, porque está establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6), y “ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo  a desaparecer” (Hebreos 8:13).

A continuación voy a tratar de responder a su interesante pregunta sobre lo que nos quiere decir Dios con el texto citado anteriormente:  “Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11)

2. ¿Cómo podemos conocer a Dios?

Estimado hermano Marcos, no usaré mis palabras para responderle sino solo la Palabra de Dios, porque Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  (2)  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;  (3)  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:1-3).

Dios se ha revelado plenamente en Cristo. Por esa razón, ningún creyente del Nuevo Pacto puede decir que no “conoce al Señor”, porque “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18). El mundo no puede conocer a Dios, porque “…la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19). Es decir, rechazan a Jesús –la Luz del Mundo–, el único que puede dar a conocer al Padre (Juan 17:25-26):

Juan 17:25-26: Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.  (26)  Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

Jesucristo conoce a Sus “ovejas” (Juan 10:14-15), y  “El que es de Dios, las palabras de Dios oye;” y el que no es capaz de oír y aceptar Su Palabra es que no es de Dios (Juan 8:47).

Juan 10:14-15: Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,  (15)  así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Si no conocemos a Jesús tampoco conoceremos a Su Padre:

Juan 8:18-19: Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. (19) Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

Para tener la vida eterna debemos conocer a Dios (Juan 17:3), y a Él solo podemos acceder a través de Cristo, “porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, (6) el cual se dio a sí mismo en rescate por todos…” (1ª Timoteo 2:5); Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

Juan 17:3: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Juan 6:37-40: Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.  (38)  Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.  (39)  Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.  (40)  Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Por la Palabra de Dios conocemos al Hijo y al Padre, y Dios nos hace sus amigos cuando nos reconciliamos con Él, por medio de Su Hijo (2ª Corintios 5:14-21).

Juan 15:15: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

Juan 5:22-24: Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,  (23)  para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.  (24)  De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Juan 17:6-8: He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. (7) Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;  (8)  porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Conocer es amar, pero nadie puede amar sino mora en él el Espíritu Santo.

1 Juan 2:3-6: Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. (4) El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;  (5)  pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.  (6)  El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

1 Juan 4:7-14: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.  (8)  El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.  (9)  En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.  (10)  En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.  (11)  Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.  (12)  Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.  (13)  En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.  (14)  Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

1 Juan 5:20: Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

Lo único que nos pide Dios es que creamos en Su Hijo Jesucristo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” (Juan 6:28-29).

Juan 6:28-29: Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?  (29)  Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Todo cristiano tiene el Espíritu Santo morando en su vida (1ª Corintios 3:16-17; 6:19-20; Efesios 1:13-14); “y si alguno no tiene el Espíritu Cristo, no es de Él” (Romanos 8:9 ú.p.)

Juan 7:37-39: En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.  (38)  El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.  (39)  Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

3. Conclusión

Le invito a meditar en los siguientes textos que he seleccionado especialmente para usted. Solo existe una manera de conocer a Dios, y por tanto, amarle, y es a través de Su Hijo Jesucristo. Porque Jesucristo es, también Dios.

Isaías 43:10-12: Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. (11) Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.  (12)  Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.

Isaías 44:6: Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos:Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.

Jesucristo es también “el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” (Apocalipsis 1:17; compárese con Ap. 22:13).

Apocalipsis 1:17: Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

Apocalipsis 22:12-13: He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (13)  Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

Jesús es Jehová, y Él es “Justicia nuestra”; es decir, por el somos vistos como justos ante Dios, y recibimos la vida eterna.

Jeremías 23:3-6: Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán.  (4)  Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.  (5)  He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.  (6)  En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

Conocer a Jesús implica conocer al Padre.

Mateo 11:27 (Lc. 10:22): Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Juan 8:18-19,28: Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. (19)  Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

Juan 8:28-30: Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.  (29)  Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.  (30)  Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.

Juan 10:14-15: Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,  (15)  así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Juan 10:25-30: Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;  (26)  pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.  (27)  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,  (28)  y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.  (29)  Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.  (30)  Yo y el Padre uno somos.

Juan 10:36-38: ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?  (37)  Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.  (38)  Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

Juan 14:6-11: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.  (7)  Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.  (8)  Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.  (9)  Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?  (10)  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.  (11)  Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

Juan 14:17-20: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (18) No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.  (19)  Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. (20) En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

Estimado hermano, solo la Palabra de Dios nos revela a Dios, y al conocer, aceptar y obedecer la Palabra, la Verdad nos hace libres (Juan 8:31) y nos santifica día a día, por el conocimiento de Dios.

Juan 17:17: Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

 

Quedo a su entera disposición para lo que pueda servirle.

 

Afectuosamente en Cristo.

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 


Referencias bibliográficas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

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