Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la salvación (Soteriología)

 

¿Serán simultáneas las resurrecciones de vida y de juicio?

 

Versión 12-06-12

 

Carlos Aracil Orts

1.  Introducción*

Estimado Dan, si he entendido bien su escrito, usted defiende la creencia de que nuestro Señor Jesús, en el momento de Su Parusía resucitará a los justos e injustos simultáneamente. Sustentando sus argumentos en los textos de Daniel 12:2, Juan 5:28,29 y Hechos 24:15, 20, 21. Es decir, usted afirma que no habrá una primera resurrección, y por tanto, también una segunda después del algún tiempo, como parece deducirse de los textos de Apocalipsis 20:5, que por contradecir su creencia, usted considera que deben interpretarse simbólica y no literalmente. Sus palabras son las siguientes:

“[…] Personalmente no creo que la primera resurrección de la que habla Apocalipsis 20:5,6, sea literal sino mas bien simbólica. Para esa conclusión me baso en que Jesús solo habló de una sola resurrección para el fin del mundo específicamente en estos textos” (Dan):

Y continúa citando los siguientes versículos del Evangelio de San Juan que solo prueban que Jesús resucitará a los que han creído en Él, en el “día final”, pero que en absoluto contienen ninguna referencia al destino de los impíos ni a su resurrección.

Juan 6: 39,40,44,54 (Reina Valera Contemporánea): Y ésta es la voluntad del que me envió: Que de todo lo que él me dio, yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. 40 Y ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.  […] (44) Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trae. Y yo lo resucitaré en el día final. […] 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.

Juan 11:23,24 (Reina Valera Contemporánea- RVC): 23 Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» 24 Marta le dijo: «Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final. 

En todos estos textos que usted cita solo queda claro que la resurrección de los creyentes en Cristo será en “el día final”, pero Él nada dice de cuándo se producirá la resurrección de los incrédulos o malvados.

La declaración de Marta, contenida en Juan 11:23,24, está en armonía con lo que Cristo afirmó en Juan 6. No hay ninguna duda que la resurrección será en el día final, y no antes, como usted muy bien afirma.

¿Por qué necesariamente hay que deducir que las dos resurrecciones se producen al mismo tiempo, máxime teniendo en cuenta que Apocalipsis 20:5,6 se refiere a una “primera resurrección” y que “los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:5)?

Apocalipsis 20:5-10: Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Si hay una primera resurrección es porque también hay una segunda resurrección. Luego ya no pueden ser simultáneas, puesto que además están separadas en el tiempo por nada menos que mil años. En el cuerpo de este estudio bíblico citaremos los textos que tienen relación con este tema, y desarrollaremos los argumentos bíblicos que apoyen la existencia de dos resurrecciones independientes, por considerar que se adapta y ajusta más al texto bíblico: una para los redimidos en Cristo y otra para los impíos, distanciadas en el tiempo, y con propósitos muy diferentes y totalmente opuestos. La primera para vida eterna, y la segunda para muerte eterna.

2. ¿Habrá una resurrección simultánea de justos e injustos?

En el resto de su correo, usted, mantiene la idea de que hay una sola resurrección, un evento único y simultáneo, en el cual Jesús, en el día final, en Su venida gloriosa, resucitará a todos, es decir, los justos y los injustos. Se apoya en los textos ya citados, que transcribimos a continuación:

 Hechos 24:20, 21 (Reina Valera Contemporánea RVC): De lo contrario, que digan los aquí presentes si cuando me presenté en el concilio me vieron cometer algún delito. 21 Lo que yo dije en su presencia, y lo dije a voz en cuello, fue: “Ustedes me están juzgando por causa de la resurrección de los muertos.

Hechos 24:15 (Nueva Versión Internacional NVI): Tengo en Dios la misma esperanza que estos hombres profesan, de que habrá una resurrección de los justos y de los injustos.

Juan 5:28,29: (Reina Valera Contemporánea RVC): 28 No se asombren de esto: Vendrá el tiempo cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Daniel 12:2: (Reina Valera Contemporánea RVC): Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

Todos estos textos lo único que están afirmando es que habrá dos tipos de resurrecciones: una para justos y otra para malvados. Sin embargo, de los textos, que usted muy amablemente me cita, no se infiere necesariamente que los justos, santos o salvos, serán resucitados al tiempo o simultáneamente que los impíos. Coincidimos en que la resurrección de los justos será efectuada por Cristo en “el día final”.

¿Cuándo será el día final en el que la Palabra asegura con claridad y rotundidad que resucitarán los justos o creyentes?

La Biblia claramente responde: cuando Jesús venga en gloria en su segunda venida. Véase 1ª Tesalonicenses 4:13-18, y otros muchos textos (Mateo 16:27; Mateo 24:30-31; etc.):

1ª Tesalonicenses 4:13-18: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.  (14)  Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.  (15)  Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.  (16)  Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.  (17)  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.  (18)  Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

La declaración del apóstol Pablo no puede ser más clara: “los muertos en Cristo resucitarán primero”. Si hay un “primero” también habrá un “después”, que en estos versos no queda definido. Solo se define en Apocalipsis 20:5,6. En el pasaje de 1ª Tesalonicenses 4:13-18, se nos describe el llamado a la resurrección de los salvos en el momento de la venida en gloria del Señor, y cómo serán arrebatados y llevados con Él al cielo, pero nada en absoluto dice de la resurrección de los impíos ¿Por qué? Porque Cristo viene a recoger a los suyos de todas las épocas, y los malvados vivos son destruidos con el resplandor fulgurante de su venida, que es fuego consumidor según los siguientes textos (2 Pedro 3:7-13; Cf. Hebreos 12:13; 2ª Tesalonicenses 2:8):

2 Pedro 3:7-13: pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.  (8)  Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.  (9)  El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.  (10)  Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.  (11)  Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,  (12)  esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!  (13)  Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

¿Para qué iban a ser resucitados todos los condenados de todas las épocas en este momento? Usted, quizá, me podría decir: “para juicio y condenación”. Eso podría ser una hipótesis de partida: cuando Cristo venga en Su gloria puede resucitar a todos, los buenos y los malos. Sin embargo, la Biblia no dice eso sino solamente se refiere a la retribución que recibirán los malvados  que aún vivan cuando llegue el Señor, y, también, de sus redimidos de todas las épocas y con los santos vivos, “… [Sus ángeles] juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31).

Mateo 16:27: Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

Mateo 24:30-31: Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.  (31)  Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Ahora yo me pregunto:

¿Es el momento de la segunda venida de Cristo cuando se produce el juicio de las naciones descrito en Mateo 25:31-46?

Mateo 25:31-46: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, (32) y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.  (33)  Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.  (34)  Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.  […]  (41)  Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.  (42)  […]  (46)  E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

En mi opinión, tanto Mateo 16:27, como Mateo 24:30-31 y Mateo 25:30-31 se refieren al mismo evento: “cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él”.

¿Qué ocurre en ese momento de la aparición en gloria de Cristo en el Cielo con Sus santos ángeles? ¿Baja Jesús a la Tierra y establece Su trono de gloria? ¿Quiénes estarán ante Su presencia y qué pasará con ellos?

Ahora es cuando se hace más imprescindible seguir las buenas reglas de interpretación y no tomar textos aislados sin tener en cuenta su contexto y también compararlos con otros pasajes de la Biblia que se refieran al mismo asunto. Los pasajes si están bien interpretados darán luz uno al otro, pero si se interpreta mal uno de ellos, se producirán contradicciones. Comparemos, pues, estos textos con otros que se refieran también a la venida gloriosa de Jesús. Por ejemplo, 1ª Tesalonicenses 4:16,17.

1ª Tesalonicenses 4:16-17: Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Ahí se nos dice que Jesús “descenderá del Cielo”. No del cielo que podemos ver sino de su habitáculo celestial situado en no se sabe que lugar del Universo. Sin embargo, Él no se posa sobre la Tierra, sino que desde las nubes, que son el cielo que envuelve la Tierra, llama a los salvos o escogidos, “de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31). Es decir, “nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos [todos los justos resucitados] en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. (1ª Tesalonicenses 4:16-17).

Queda perfectamente claro que los salvos son llevados con Cristo al Cielo. Pero, ¿qué ocurre con los malvados de todas las naciones?

Apocalipsis 6:14-17: Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.  (15)  Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;  (16)  y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; (17)  porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

El “gran día de la ira del Cordero” es el momento de Su segunda venida. Los santos no la sufren ni la temen porque para ellos es el día de su redención. Ellos son juntados de los cuatro puntos cardinales de la Tierra y conducidos a la presencia de Cristo. Sin embargo, los que quedan en la Tierra son destruidos por el fulgor o resplandor de Su presencia (2 Pedro 3:7-13; Cf. Hebreos 12:13; 2ª Tesalonicenses 2:8; Lucas 17:28,29). “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;  (29)  mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.  (30)  Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste” (Lucas 17:28-30). Así como sucedió en Sodoma ocurrirá con la Tierra y sus moradores que hayan rechazado a Cristo y su Redención.

“¿Y quién podrá sostenerse en pie?” (Apocalipsis 6:17p.ú.)

Nadie. Todos tratarán de huir y esconderse en las cuevas, pero, en la Tierra, cuando aparezca Cristo en las nubes (Hechos 1:11; Apocalipsis 1:7; Mateo 24:30), nadie escapará de Su presencia:

Apocalipsis 1:7  He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

Mateo 24:23-31: Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.  (24)  Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.  (25)  Ya os lo he dicho antes.  (26)  Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.  (27)  Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.  (29)  E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo,(H) y las potencias de los cielos serán conmovidas. (30) Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (31) Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Lucas 17:23-36: Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.  (24)  Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.  (25)  Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.  (26)  Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.  (27)  Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. (28)  Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;  (29)  mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.  (30)  Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.  […]  (34)  Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.  (35)  Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.  (36)  Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.

Lucas 21:26-27: desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.  (27)  Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Marcos 13:24-27: Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,  (25)  y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.  (26)  Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. (27) Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

Una cosa es ciertísima cuando aparezca Cristo en las nubes, que es el momento de la siega, las buenas hierbas son recogidas y llevadas al granero, y  la cizaña o malas hierbas también, pero, para ser quemadas (Mateo 13:30;37-43). El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.  (40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. (41) Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (42) y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (43) Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:39-43).

Todos los habitantes de las naciones serán aniquilados por el fuego de Dios excepto sus santos que habrán sido arrebatados al cielo, a las nubes a reunirse con Su Salvador.

2 Pedro 3:7-13: pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.  (8)  Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.  (9)  El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.  (10)  Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.  (11)  Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,  (12)  esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!  (13)  Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

Nótese que en ningún sitio de la Palabra de Dios dice que cuando aparezca Cristo en las nubes serán resucitados los malvados de todas las épocas. La Biblia, en el momento de su Parusía, solo se refiere a la resurrección de los muertos en Cristo, y que junto con los vivos, son transformados en incorruptibles (1ª Corintios 15:51-57), y llevados a reunirse con Cristo en las nubes; y por otro lado, describe el juicio y destrucción de todos los malvados vivientes de todas las naciones (Mateo 13:39-43; Apocalipsis 6:14-17; etc.).

Si damos como cierta su hipótesis de que, en el momento de la Parusía, nuestro Señor Jesucristo resucitará tanto a los justos, como a los perdidos de todas las épocas, se produciría una contradicción con los textos de Apocalipsis 20:5,6, que afirman con absoluta claridad que  “los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:5 pp.). Este texto y los siguientes no se entenderían.

Apocalipsis 20:4-10: Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar;(B) y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.  (5)  Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.  (6)  Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.  (7)  Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,  (8)  y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.  (9)  Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.  (10)  Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Si la Tierra y los cielos, como dicen todos los textos que hemos leído (Mateo 13:39-43; Mateo 24:30; Lucas 17:28-30; Apocalipsis 6:14-17; 2ª Pedro 3:7-13), en “el día del Señor…pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.  (12) […] para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” (2ª Pedro 3:10,12), ¿qué permanece en pie y quiénes sobreviven en la Tierra? Está clarísimo que toda la Tierra es convertida en un inmenso desierto por el fuego y nadie queda con vida.

Entonces, estimado hermano ¿puede explicar de dónde surgen “las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar” (Apocalipsis 20:8)?

3. Conclusión

Su hipótesis, estimado hermano, de que hay una sola resurrección en la que se engloban los justos y los injustos y que se produce en el momento de la segunda venida de Cristo, contradice a una parte de la Sagrada Escritura como es Apocalipsis 20:4-10, dejando en la más absoluta oscuridad estos textos, y, por tanto, contraviene los principios más elementales de interpretación bíblica.

¿Por qué necesariamente hay que deducir que las dos resurrecciones se producen al mismo tiempo, máxime teniendo en cuenta que Apocalipsis 20:5,6 se refiere a una “primera resurrección” y que “los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:5)?

Si hay una primera resurrección es porque también hay una segunda resurrección. Luego ya no pueden ser simultáneas, puesto que además están separadas en el tiempo por nada menos que mil años. Además de no producirse a la vez, sus propósitos son totalmente opuestos, pues la primera es para vida eterna, y la segunda para muerte eterna.

La declaración del apóstol Pablo no puede ser más clara: “los muertos en Cristo resucitarán primero”. Si hay un “primero” también habrá un “después”, que no queda definido en estos versos sino en Apocalipsis 20:5,6. En el pasaje de 1ª Tesalonicenses 4:13-18, se nos describe el llamado a la resurrección de los salvos en el momento de la venida en gloria del Señor, y cómo serán arrebatados y llevados con Él al cielo, pero nada en absoluto dice de la resurrección de los impíos ¿Por qué? Porque Cristo viene a recoger a los suyos de todas las épocas, y los malvados vivos son destruidos con el resplandor fulgurante de su venida, que es fuego consumidor según los siguientes textos (2 Pedro 3:7-13; Cf. Hebreos 12:13; 2ª Tesalonicenses 2:8):

1ª Tesalonicenses 4:16-17: Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Apocalipsis 20:5-10: Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (7) Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (9) Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Este tema sobre la resurrección también lo he tratado en el artículo titulado ¿Habrá dos resurrecciones distanciadas por un tiempo de mil años?

Quedo a su entera disposición para lo que pueda servirle.

Afectuosamente en Cristo.

Bendiciones

 

Carlos Aracil Orts

www.amistadencristo.com

 

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Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 

 

 

 

 

*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo que se indique expresamente otra vesión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

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