Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la ley de Dios

¿Estar bajo la Gracia implica licencia para pecar?

 
Versión: 13-12- 2011

 

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*

Estimada Wilmary, le agradezco que me haya contactado y, también, sus comentarios. Vaya por delante mi manifestación de simpatía hacia usted por el hecho de que sea cristiana y recién bautizada en la iglesia Adventista. Si no tiene inconveniente, a partir de ahora me gustaría que nos tuteáramos. Primero de todo, ¿Cómo pudiste encontrar mi humilde Web entre los millones de ellas que hay en Internet? Bueno, quizá fue tan fácil como poner la palabra “sábado” en el buscador “Google” ¿Fue así?
 
Si has leído algo de mi Web ahora quizá ya sabes que este humilde servidor tuyo ha sido adventista durante nada menos que veintiocho años de su vida. Fui bautizado en la iglesia adventista de Alicante el 22 de junio de 1975, cuando iba a cumplir treinta y dos años, y en septiembre del año 2003, abandoné la iglesia, por no compartir algunas doctrinas; entre otras cosas, por haberme dado cuenta que el cuarto mandamiento de la ley del Sinaí (el famoso Decálogo) del Antiguo Testamento (AT), que prescribe el reposo obligatorio, o sea, cese de todo tipo de trabajo y actividad secular en el día sábado, no está vigente para los cristianos. Pues en ninguna parte del Nuevo Testamento (NT) se reivindica, sino que por el contrario se da a entender que quedó abolido en Cristo, al igual que las leyes rituales o ceremoniales (Por ejemplo, véase: Colosenses 2:16, 17; Gálatas 4:9-11, Hebreos 3:18,19-4:1-11; 8:13; etc.).

En algunos artículos de mi Web menciono brevemente mi experiencia como adventista, en la que describo que al tratar de cumplir este mandamiento, de acuerdo al reglamento del AT (Éxodo 16:23-26; 31:14,15; 35:1-3; Números 15:32-36; Nehemías 10:31; 13:15-19; Jeremías 17:21,27; Hechos 1:12) me resultó una carga difícil de soportar, porque con ocasión de este mandamiento, me sentí bajo el peso de toda la ley, con fuertes sentimientos de culpa; porque fui consciente de que no era capaz de cumplir ni ese mandamiento, y posiblemente me hacia culpable de transgredir toda la ley, como afirma Santiago 2:10. A propósito, te adjunto el artículo “La ley que fue clavada en la cruz” porque en ella, relato algo de esa experiencia y de lo que sentía, por si te sirve de algo.

En tus comentarios haces unas afirmaciones que de ninguna manera puedo compartir.

“Me resulta curioso la pasión con la que los disidentes de la observancia del sábado argumentan la abolición de los mandamientos de Dios. Escudriñan con ansia las escrituras para demostrar que estamos bajo la gracia, la que en gran manera nos da una libertad que termina en libertinaje. Siendo una recién bautizada adventista con un trasfondo enteramente católico me gustaría discutir con usted la verdad del sábado. Resumiendo ampliamente mis opiniones y percepción sobre el asunto, le expongo la realidad de nuestra naturaleza humana: una que busca librarse de toda atadura y compromiso, incapaz de obedecer leyes humanas ni divinas por si no se ha dado cuenta en la decadencia moral evidente a nivel global. Es mucho mas fácil creer que debemos adorar a Maria o santificar el domingo, aun cuando no hay una sola referencia bíblica que lo indique, que aceptar que debemos dedicar tiempo a Dios reposando en el día que bendijo desde el Génesis y cuya vigencia se encuentra a través de toda la Biblia.” (Wilmary)

A continuación voy a tratar de responder a tus comentarios.

2. ¿Están los mandamientos de la ley de Dios abolidos?

Los principios morales que corresponden a ley natural que Dios implantó en la conciencia de todo ser humano fueron ratificados por Cristo en el sermón del monte, y en todo el Nuevo Testamento (NT). La ley moral eterna de Dios, que se resume en amar a Dios con todo el corazón, alma, y mente, y al prójimo como a ti mismo (Mateo 22:37-40) no ha sido abolida, sino que tiene la misión de condenarnos, de delatar que somos pecadores. Es más los que no acepten a Cristo serán juzgados por ella, y los creyentes seremos juzgados por nuestra coherencia con el Evangelio (Romanos 2:16), y por la ley de la libertad (Santiago 1:21,25, 2:8-12). Es decir la ley del amor. Amor a Dios y al prójimo. Sin embargo, el ser humano no alcanza su justicia (2ª Corintios 5:21; Romanos 3:20-24), es decir, su salvación, por cumplir perfectamente la ley de Dios, entre otras cosas porque aunque quisiera no podría. De ser así, en vano habría muerto Cristo por nuestros pecados (Gálatas 2:16-21).

La ley del Sinaí, conocida como la ley de “las tablas de piedra” (Éxodo 24:12; 34:28; Dt. 10:1; 2ª Corintios 3:3), también llamada “las tablas del Pacto o del testimonio” (Éxodo 31:18; Dt. 9:9) pertenece al Antiguo Pacto. Esta era una ley externa que se trataba de cumplir sin que naciera de una verdadera conversión del corazón, y que demostró su ineficacia, pues los mayores guardadores de la misma, los fariseos se habían convertido en grandes legalistas, pues aparentaban cumplir hasta el más pequeño mandamiento de la ley, pero en su interior no reinaba el amor. Por eso, Dios en el libro de Jeremías anunció un Nuevo Pacto que haría con Israel:

Jeremías 31:31-34: He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

En Hebreos 8:6-13 y 10:15-25 se registra el cumplimiento, con meridiana claridad, de la promesa que Dios hace a Jeremías en el capítulo 31, al quedar establecido, con la muerte y resurrección de Cristo, el Nuevo Pacto. El Nuevo Pacto ha dado por viejo al Antiguo (Hebreos 8:13):

Hebreos 8:13: Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Por eso, San Pablo declara  “...que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” (2ª Corintios 3:3-6). Es decir, ya no estamos en el ministerio de la letra o de las tablas de piedra, sino en el del Espíritu, porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

2ª Corintios 3:4-11: Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

3. ¿Estar bajo la gracia nos da una libertad que nos lleva al libertinaje?

Tu siguiente comentario es el que me hace plantear la cabecera de este epígarfe, que viene muy a colación:

Escudriñan con ansia las escrituras para demostrar que estamos bajo la gracia, la que en gran manera nos da una libertad que termina en libertinaje. Siendo una recién bautizada adventista con un trasfondo enteramente católico me gustaría discutir con usted la verdad del sábado.” (WilMary)

Estimada hermana en Cristo, creo que te comprendo bien, pues también pasé por lo mismo que tú ahora experimentas. Estar bajo la gracia no nos da una libertad que termina en libertinaje, sino simplemente nos libera de la esclavitud del pecado, y nos hace siervos de la justicia (Romanos 6:14,18; 7:4-6). Por favor, medita en los siguientes textos:

Romanos 6:1-14: ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Romanos 7:4-6: Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

4. ¿Sigue vigente la observancia del reposo sabático en el Nuevo Pacto?

Estoy de acuerdo contigo en lo siguiente:

"Resumiendo ampliamente mis opiniones y percepción sobre el asunto, le expongo la realidad de nuestra naturaleza humana: una que busca librarse de toda atadura y compromiso, incapaz de obedecer leyes humanas ni divinas por si no se ha dado cuenta en la decadencia moral evidente a nivel global. Es mucho mas fácil creer que debemos adorar a Maria o santificar el domingo, aun cuando no hay una sola referencia bíblica que lo indique, que aceptar que debemos dedicar tiempo a Dios reposando en el día que bendijo desde el Génesis y cuya vigencia se encuentra a través de toda la Biblia". (Wilmary).

Bueno, en casi todo. Pues, el reposo en el día del sábado no es un mandamiento recogido en el NT. Por el contrario, hay abundantes textos que confirman su abolición. Por ejemplo: Colosenses 2:16, 17; Gálatas 4:9-11. El reposo del sábado en el Nuevo Pacto en Cristo es símbolo del cese de obrar para alcanzar la salvación (Hebreos 3:18,19-4:1-11). Esta es por gracia totalmente sin las obras de la ley (Romanos 3:20; Gálatas 2:16).

Romanos3:20: ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Gálatas 2:16: sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Medita también en 2ª Corintios 3:2-17, y en Gálatas 3:10-14:

Gálatas 3:10-14 (leer además Gálatas 4:21-31; 5:1-14): Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Los cristianos, sin embargo, no nos preocupa, inquieta, ni nos produce sentimientos de culpabilidad no poder cumplir la ley a la perfección, porque creemos en las promesas de Dios, de que somos “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; (Romanos 5:1)

También nos llena de paz lo que el apóstol Pablo declara a continuación “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, [...] Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” (Romanos 8:1,2). “La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús” es la ley que rige para los cristianos, y no la del Sinaí que pertenece al Antiguo Pacto. Veamos el contexto:

Romanos 8:1-17: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

5. Conclusión

La ley de Dios tiene una función didáctica, la cual es llevarnos a Cristo (Gálatas 3:24) “Pero venida la fe ya no estamos bajo ayo” (Gálatas 3:25). “La ley es buena si uno la usa legítimamente” (1ª Timoteo 1:8). Solo sirve para darnos a conocer el pecado (Romanos 3:20). “Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente (La cual es Cristo: Gálatas 3:16) (Gálatas 3:19). Es santa (Romanos 7:12). Sin embargo, el día de reposo fue una señal de pacto entre Dios y el pueblo de Israel (Éxodo 31:13-17), y sombra y figura de Cristo (Colosenses 2:16-17). Simboliza el reposo que se obtiene cuando se deja de obrar para conseguir la salvación y se descansa completamente en Cristo, entonces se entra en el verdadero reposo, solo por la fe, no por las obras de la ley: “Los que hemos creído entramos en el reposo” (Ver Hebreos 3:7 a 4:13, especialmente Hebreos 4:1-11).

Reposar un día a la semana es muy saludable, y si se dedica al culto de adoración a Dios, para reunirse en comunión con los hermanos es excelente, porque Dios quiere que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado. Dios no nos requiere ningún día en especial, sino todos los días. No obstante si se quiere dedicar a Dios un día de reposo, que no se haga porque se trate de un mandamiento del Señor. No debe entenderse como un mandamiento del Señor, sino como una opción saludable y aconsejable, nunca como una obligación imprescindible para la salvación y la santificación, porque entonces estaríamos pecando, al apoyarnos en nuestras buenas obras para ganar la salvación. La salvación es por gracia por medio de la fe (Romanos 5:1). Es un don de Dios (Efesios 2:8,9). La obediencia a Dios no depende de guardar un día, ya sea el sábado o el domingo sino que se trata de ser fiel a toda su Palabra sin excepción. El NT no nos manda guardar el sábado. Por otra parte, reunirse con los hermanos en sábado o en domingo para dar culto a Dios no tiene nada de malo, siempre y cuando la intención o motivación no sea cumplir ley, es decir, guardar la ley y así salvarse. Las bendiciones de Dios no llegan por guardar un día a la semana ni tienen que supeditarse o limitarse a ese día solamente. El creyente está en comunión con Dios los siete días a la semana y los 365 días al año, y no solamente el sábado, y tiene bendiciones todos los días y no uno solo de cada siete.

Querida hermana, te comprendo y te aprecio porque como sabes yo he sido Adventista del Séptimo día, y he vivido en el error durante 28 años de mi vida, durante los cuales no fui feliz porque me sentía culpable de no poder cumplir la ley, ni siquiera el guardar el reposo sabático.

Dado que este tema lo he tratado en muchas ocasiones desde distintos puntos de vista, te agradecería, que antes de plantearme más preguntas relacionadas con la ley y el sábado, leyeras los estudios bíblicos que a continuación, te ofrezco para tu consideración.

 la ley en la Biblia
¿Guardar el día sábado es un mandamiento de Dios en el Nuevo Pacto?
¿Será el sábado dia de adoracion en la Tierra nueva? Primera parte
¿Está abolida la ley de Dios? Primera parte
 ¿Está abolida la ley de Dios? Segunda parte
¿Qué simboliza el reposo de Dios del séptimo día?
¿Será el sábado dia de adoración en la Tierra Nueva? Segunda parte
Pecado, ley y gracia
La ley que fue clavada en la cruz
¿Cuál es la ley del pecado y de la muerte?
¿Cumplir la ley, sin faltar en un punto, para ser salvo?
Respuesta sobre la ley a un amigo Adventista
¿Es eterna la ley de Dios del Antiguo Pacto?
¿Cómo se salvaba la gente antes de Cristo?
¿Dictó Dios una ley imposible de cumplir?
¿Es la ley del Sinaí el ayo que nos conduce a Cristo?
¿Bajo que ley está la Humanidad sin Cristo?
¿Es el reposo sabático un símbolo de la salvación en Cristo?
Respuesta a siete argumentos pro vigencia reposo sabático
¿Cuáles son los mandamientos de Cristo?
La ley moral cristiana y los dos pactos

 

Quedo a tu disposición. Bendiciones

 

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 


Referencias bibliográficas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

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