Preguntas y Respuestas
Miscelánea
¿Estará la ley vigente hasta que no pasen el cielo y la Tierra?
Versión: 03-06-12
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Estimado hermano Gabriel, le felicito que, habiendo pertenecido a la Iglesia adventista, haya sido capaz de reconocer por usted mismo sus errores, y tomar la decisión de no seguir atado al yugo de esclavitud que representa la obediencia legal a la ley, que se ejemplifica y manifiesta con la obediencia semanal al cuarto mandamiento, que exige la observancia perfecta del reposo en el día sábado o séptimo de la semana.
Comprendo muy bien las dudas que me plantea en su escrito, pues no son solo suyas sino de todos. El asunto o tema de la ley no resulta fácil, pues por un lado todo el mundo es juzgado por esta ley, y por otro, la ley fue dada solo al pueblo de Israel. Ambas cosas son verdad. Voy, a continuación, a tratar de aclarar sus dudas con la ayuda de Dios. Iré presentando sus cuestiones, y seguidamente la respuesta bíblica que, en mi opinión, mejor se adapte para resolver su duda.
2. ¿La Ley de Dios dada a Moisés en el Sinaí fue solo para el pueblo de Israel?
“Si la Ley de Dios dada a Moisés en el Sinaí fue solo para el pueblo de Israel ¿por qué Jesús vino a morir por toda la humanidad?” (Gabriel)
La ley de Moisés en tablas de piedra dada por Dios en el Sinaí, fue dada solo al pueblo de Israel. Nadie fuera de Israel tenía la obligación de cumplirla, pues el resto de naciones serían juzgadas por su fidelidad a la ley moral natural grabada en sus conciencias, que es la única que regía en ellas (Romanos 2:12-15). Esto es una verdad fácilmente comprobable, y creo que no es necesario que le cite los textos que lo prueban. Sin embargo, Jesucristo y sus apóstoles confirmaron no la letra sino el espíritu de la ley del Sinaí. De manera que todos los principios expresados en esa ley, excepto el de guardar el reposo sabático han sido confirmados en el Nuevo Pacto en Cristo, el cual es universal. Por tanto, todo el mundo está bajo la ley de Cristo, excepto los creyentes en Él, que están bajo la Gracia. Por tanto, o bien, se está bajo la letra de la ley, que mata (2ª Corintios 3:6), de la ley de sus conciencias, o de la ley del Espíritu que vivifica (2ª Corintios 3:6; Romanos 8:2).
Con Cristo no sirve tratar de cumplir externamente la ley. Es decir, uno puede tomar precepto por precepto y preguntarse a sí mismo si lo cumple. Por ejemplo, yo, aparentemente:
1) No tengo dioses ajenos. (Éxodo 20:3)
2) No me hago imágenes, ni me postro para adorarlas. (Éxodo 20:4-6)
3) No suelo jurar, usar, ni tomar el nombre de Dios en vano. (Éxodo 20:7)
4) No tengo que guardar el reposo sabático como una obligación. (Éxodo 20:8-11). Ya no es un mandamiento. Si me apetece celebro el domingo o el sábado o cualquier día de la semana reuniéndome con mis hermanos. Nadie me juzgue en cuanto a días de fiesta (Colosenses 2:16; Romanos 14:5,6; Gálatas 4:9-11).
5) Honro a mi padre y a mi madre. Es decir, me porto bien con ellos, y no hago nada que les disguste. (Éxodo 20:12)
6) No mato a nadie, ni siquiera soy violento. (Éxodo 20:13)
7) No cometo adulterio, porque soy fiel a mi esposa. (Éxodo 20:14)
8) No hurto, ni robo, ni le quito a nadie lo que es suyo. (Éxodo 20:15)
9) No hablo contra mi prójimo falso testimonio. No soy calumniador. Tampoco miento. (Éxodo 20:16)
10) No codicio la casa de mi prójimo, ni su mujer, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de mi prójimo. (Éxodo 20:17)
Por tanto, puedo sacar la conclusión equivocada de que cumplo la ley a la perfección, soy justo y bueno; no necesito acogerme a la muerte de Cristo, pues soy autosuficiente. ¿Es esto real? ¿Es posible hacer esta afirmación? Pues bien, creo que hay personas que si se reflejaran en la letra de la ley, sus conciencias no les acusarían de pecado. Otra cosa es cuando la ley se espiritualiza por medio de la Palabra de Dios, de la que el Espíritu Santo se sirve para convencer de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8).
Cuando la ley se espiritualiza, ya no son nueve, ni diez, ni seiscientos trece mandamientos los que hay que cumplir, solo dos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente… y a tu prójimo como a ti mismo. (40) De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mateo 22:37-40).
Mateo 22:37-40: Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. (38) Este es el primero y grande mandamiento. (39) Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (40) De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Es decir, todo lo que prescriben el Antiguo Testamento (la ley y los profetas) y el Nuevo Testamento (NT), se resume y se cumple amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Esa es toda la ley. Pero, para que nadie se engañe a sí mismo, Jesucristo añadió “amad a vuestros enemigos” (Mateo 5:44-48), y “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. (35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34-35).
Mateo 5:44-48: Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; (45) para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. (46) Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? (47) Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? (48) Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Juan 13:34-35: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. (35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Hasta la conciencia más cauterizada y endurecida reconocerá que no ama a Dios ni al prójimo de la manera que exige la ley. Y aun cuando el alma más elevada haya tenido algún momento de “beatitud” y creído que estaba amando de esa forma, no podrá afirmar jamás que toda su vida ha sido así de ejemplar y santa. Nuestras imperfecciones son evidentes, nacemos con el estigma del pecado, que se va desarrollando y multiplicando, a lo largo de la vida, a fuerza de las constantes transgresiones que hacemos a causa de nuestro egoísmo.
¿Hay alguien que esté sin pecado? ¿Algún justo? La Escritura afirma “…ni aun uno;” […] “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:10,23). Por tanto, “el juicio [de Dios] vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación” (Romanos 5:16).
La ley existe y por tanto, el pecado también, pues “donde no hay ley, no se inculpa de pecado” (Romanos 5:12). Comprobado que el pecado es un hecho fue necesario que alguien lo expiara, porque de lo contrario, nadie podía absolver al pecador, puesto que la justicia de Dios reclama la muerte del pecador (Romanos 6:23). Puesto que las transgresiones fueron muchas, así como los transgresores, solo un Ser infinito, tenía la capacidad de pagar nuestras deudas, y solo podía ocupar nuestro lugar alguien que fuese un hombre sin pecado, pero que, además, tuviese la condición de Dios para que cubriese tanto al ofendido [Dios] como a los ofensores [todos nosotros], y ese es Jesucristo, Dios y hombre a la vez.
3. ¿Violó Jesucristo alguna vez el cuarto mandamiento de observar el reposo sabático?
Veamos sus siguientes comentario y pregunta:
“Yo creía que Jesús nunca transgredió el sábado porque estaba en la Ley de Dios el que no lo haga. Y el vino a cumplir toda la Ley y toda es toda. Sin embargo, al parecer si lo rompió.
Juan 5:18: "Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios"
¿No contradice esto Mateo 5:17?
Mateo 5:17-20: “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento. 18 Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. 19 Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. 20 Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley." (Gabriel)
Jesucristo nunca violó el mandamiento del reposo sabático (Lucas 4:16; 4:31; 6:6) sino que únicamente aclaró a los judíos lo que era lícito hacer en sábado. Según Él, en sábado no basta con abstenerse de todo tipo de trabajo secular sino que es lícito hacer el bien, como son las obras de misericordia en sábado (Mateo 12:10-14; Lucas 13:12-17; Juan 9:13-16) o realizar cualquier necesidad apremiante o urgente (Mateo 12:1-8). Él les recrimina su proceder hipócrita de la siguiente manera: “Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?” (Lucas 13:16). Si era lícito cuidar a los animales domésticos ¿cómo no iba a serlo el curar a los enfermos o el arrancar las espigas en sábado para comerlas para saciar el hambre?
Mateo 12:10-14: Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? (11) El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? (12) Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. (13) Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. (14) Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
Lucas 13:12-17: Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. (13) Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. (14) Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. (15) Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? (16) Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? (17) Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.
Juan 9:13-16: Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. (14) Y era día de reposo[a] cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. (15) Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. Él les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. (16) Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos.
Mateo 12:1-8: En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. (2) Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. (3) Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; (4) cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? (5) ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo[c] los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? (6) Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. (7) Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; (8) porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.
4. ¿Estará la ley vigente “hasta que no pasen el cielo y la Tierra”?
“[Jesús] dice que mientras existan el cielo y la Tierra, la Ley no será cambiada y hasta ahora no ha pasado el cielo o la Tierra. Sin embargo encuentro en la parte final que dice "hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:18) y todo se cumplió. Él dijo ¡Consumado es! (Juan 19:30) Pero me olvido de la expresión ‘cielo y Tierra’, ¿como interpreto mientras que existan el cielo y la Tierra?
“Si 2ª Corintios 3 dice que las tablas de la ley tenían un inicio y un fin ¿Por qué Jesús nos insta a guardar los mandamientos de su Padre así como el los guardó?
2ª Corintios 3:13: "y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido."
Juan 15:10: "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor."
“Si la ley de Dios en el monte Sinaí fue quitada con Cristo en la Cruz, ¿cómo puedo llamar a un pecador al arrepentimiento, si esa Ley no está en más vigencia para el hombre? Acá entra mi mayor confusión, y la soluciono de esta manera. La ley de Dios dada a Moisés fue dada a los judíos primero pero luego a toda la humanidad, por tanto todos pecamos, y la paga por ello es la muerte. Sin embargo Cristo al morir por todos nosotros pagó mi muerte. Por eso Pablo dice que fuimos crucificados juntamente con Él. Y muertos a la Ley, ella no tiene más influencia sobre nosotros. Pero para eso tengo que decir que la ley sigue vigente, y contradigo Colosenses 2:14-16 y 2 Cor 3. Me ayudaría mucho si me ayudará a desmenuzar estas cosas.
Le agradezco mucho su tiempo […] y bueno esperando su pronta respuesta me despido. Bendiciones en Cristo=Dios. (Gabriel)
Estimado hermano, al razonar con lógica, usted mismo se ha dado la respuesta. La ley de las tablas de piedra era la base del Antiguo Pacto, y fue dictada por Dios en el Sinaí, junto con el libro de la ley, del que forma parte, resultando un entramado de leyes que se denomina la Torah en hebreo, y que nosotros conocemos como Pentateuco. Cristo vino a cumplir la ley, y, realmente, no solo cumplió toda la ley, sino que dio su vida por nosotros que no podemos cumplirla. No obstante, al caducar el Antiguo Pacto, y entrar en vigor el Nuevo Pacto, la ley cambia (Hebreos 7:12), se abroga todo lo que formaba parte de AT (Hebreos 7:18), y se mantienen todos los principios morales que configuran la esencia de la ley que son ratificados por Cristo en Mateo 5:17-47, y que los resume Él mismo en Mateo 22:36-40. Y a partir de la muerte de Cristo, todos los que no aceptan su sacrificio, están bajo la maldición y condenación de la ley (Gálatas 3:10-13).
Mat. 5:17-20: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. (18) Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. (19) De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. (20) Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
Gálatas 3:10-13: Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. (11) Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; (12) y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. (13) Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero,
¿Cómo entender el versículo de Mateo 5:18 –“Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”?
Está absolutamente claro por el contexto que Cristo no se está refiriendo exclusivamente a ley de los Diez mandamientos, sino a toda la ley (la Torah o Pentateuco), pues el verso 17 habla de la ley y/o los profetas refiriéndose claramente a dos secciones enteras de la Biblia hebrea. Y no solo eso sino también los versículos de Mateo 5:31,33,38,43, citan partes de la ley que no corresponden a las tablas de piedra, como por ejemplo, “el repudio de la esposa y la carta de divorcio”, el “no perjurarás” del verso 33, la ley de Talión, del “ojo por ojo” (38) etc. Luego Cristo mismo está haciendo cambios en la ley antigua. O bien, fijémonos, por ejemplo, en la ley de la circuncisión (Lucas 1:59; Juan 7:22, 1ª Corintios 7:18; Gálatas 2:3; 5:2,3), en la de los alimentos prohibidos (levítico 11, cf. Hechos 15:19,20,24,28-29), en las leyes de los sacrificios, etc. Todas estas leyes están abolidas. Incluso el Decálogo ha cambiado, pues ya no son diez mandamientos sino nueve, y no están en tablas de piedra sino que se distribuyen formando parte de la Palabra de Dios del NT, en distintos contextos. Sin embargo, todo la ley estuvo vigente hasta que Cristo exclamó, poco antes de expirar en la cruz, “¡Consumado es!” (Juan 19:30), “y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a bajo” (Mateo 27:51), simbolizando el fin de los sacrificios de animales y de la intermediación a través de los sacerdotes en el Templo.
Puesto que la realidad prueba que hubo cambios y aboliciones en la ley del AT, no hay más remedio que interpretar de otra manera lo de que dijo Jesús –“hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. Son, pues, indudables, evidentes y suficientemente probados los cambios y aboliciones de la ley citados antes. No obstante, se puede entender bien que la ley no iba a pasar mientras Cristo no la cumpliese, muriendo en la cruz. Al respecto es muy clarificador el siguiente versículo de Lucas 16:17:
Lucas 16:16-17: La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. (17) Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.
Estas palabras de Jesús mismo confirman el sentido de las anteriores citadas por Él en Mateo 5:18: “hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. Ahora quedan disipadas todas las dudas, y se entiende perfectamente el sentido de Mateo 5:18, al compararlo con Lucas 16:17: “Pero más fácil es que pasen el cielo y la Tierra, que se frustre una tilde la ley”. Como así fue. Jesucristo cumplió a la perfección la ley, ni una sola letra quedó por cumplir, antes de que pasara el Cielo y la Tierra.
Además, también cabe interpretar lo de permanecer la ley hasta que pasen el cielo y la Tierra, como algo que simultáneamente se cumple, en el sentido de que la Biblia entera estará vigente, y será necesaria para obtener la sabiduría de la salvación por la fe en Cristo Jesús, y para enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia (2ª Timoteo 3:16,17); en este sentido, hasta que pasen el cielo y la Tierra, la Palabra de Dios no pasará (Lucas 21:33).
Romanos 7:6: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
Romanos 8:1-4: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (2) Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. (3) Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; (4) para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
5. Conclusión
Trataré de resumir y a modo de conclusión todo lo que antecede, enumerando y desarrollando los siguientes seis puntos:
Primero. En Mateo 5:17-18, Jesucristo no se está refiriendo a la ley de los Diez mandamientos sino a toda la ley, la Torah o Pentateuco. Al decir la ley y/o los profetas (en otras versiones aparece la conjunción “y”), en cualquier caso, Él está hablando de dos grandes secciones de la Biblia hebrea, sino de toda ella. Por tanto, no se refiere a los Diez mandamientos en particular como lo demuestra su contexto. Por ejemplo: Mateo 5:31,33,38,43, etc. Una cosa son los Diez mandamientos escritos en tablas de piedra, y otra cosa es la ley en general, que por supuesto que es moral. ¿Acaso dictó Dios alguna vez leyes inmorales o asépticas?
Segundo. Cristo no vino a abolir nada sino a cumplir. ¿A cumplir qué? Varias cosas: A) Él tenía que dar cumplimiento a todas las profecías que le señalaban como el Mesías. Toda la Biblia hebrea enfoca hacia Él como el Redentor y Salvador del pueblo de Israel. B) Lo más importante, Cristo cumpliría todos los preceptos de la Ley moral, porque de su obediencia perfecta a la ley dependía nuestra salvación; así los cristianos nos apropiamos de su justicia, al aceptar su sacrificio por nosotros. Al ser inocente, y ser ejecutado en nuestro lugar, somos perdonados de nuestras transgresiones a la ley moral.
Tercero. Sus palabras –“Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.”– ¿Quieren decir acaso, que cuando haya cielos nuevos y tierra nueva ya no existirá la ley de amor? ¿No hemos dicho siempre que la ley de amor en la que se basa el gobierno de Dios es eterna e inmutable? Por tanto, en mi opinión, el sentido del primer “hasta” queda supeditado a cuando se cumpla el segundo “hasta”. Y este segundo “hasta” se cumple cuando Jesucristo muere en la cruz, en el momento en Él que dice “Consumado es” (Juan 19:30). Este es el momento no solo del cumplimiento de toda la ley sino de la satisfacción por todas las transgresiones cometidas. Este es el final del Antiguo Pacto (AP), dejan de estar vigentes todas las leyes del mismo, en ese momento todo lo que vino Cristo a cumplir es cumplido, y se inicia el Nuevo Pacto (NP) con la nueva ley espiritual de Cristo. Hasta ese momento, eran obligatorios los sacrificios y la intercesión de los sacerdotes en el Templo, en el instante en que muere Cristo, se rasga el velo del Templo en dos (Mateo 27:51), indicando el cumplimiento del Antiguo Testamento, la abolición de todas sus leyes en general.
Cuarto. El AP deja de tener vigencia como conjunto de leyes, como sistema de gobierno para Israel. Una cosa es la letra del Pacto y otra es el Espíritu. Los principios morales en que se basa la ley no son abolidos pero sí toda la legislación antigua, quedando solo la esencia de la ley que dijo Jesús al intérprete de la ley, y que se resume en “amarás a Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39). Por eso concuerda todo lo que afirma san Pablo en Romanos 7:6, –“… que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra”–, y con 2ª Corintios 3:3-18.
Romanos 7:6: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
2ª Corintios 3:6-18: el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. (7) Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, (8) ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? (9) Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. (10) Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. (11) Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. (12) Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; (13) y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. (14) Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. (15) Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. (16) Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. (17) Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (18) Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
¿Qué es lo que perece y qué es lo que permanece (2ª Corintios 3:11)?
Claramente lo que perece es el Antiguo Pacto con todo su entramado de leyes, toda la letra. Lo que permanece es la ley de Cristo en un Nuevo Pacto. La ley de Cristo es la ley de amor que es la esencia de todas las leyes del Antiguo Pacto, y que Jesús testificó al intérprete de la ley (Mateo 22:36-40).
Quinto. En mi opinión, no se pueden abolir unas leyes sí y otras no, cuando hay un cambio de pacto. Al cambiar el pacto antiguo al nuevo cambia también la ley (Hebreos 7:12). No en el sentido de una ley nueva sino de la misma esencial ley de amor pero establecida sobre mejores promesas y mejor pacto (Hebreos 7:6; 8:13), y ya no sustentada en la letra del Antiguo Pacto, sino en “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús [que] me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. (Romanos 8:1).
Hebreos 7:12: Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;
Hebreos 7:18-22: Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (19) (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. (20) Y esto no fue hecho sin juramento; (21) porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. (22) Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
Hebreos 8:13: Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
Sexto. El aceptar la vigencia de cualquier mandamiento del Antiguo Pacto obliga a cumplirlos todos (Santiago 2:10). El reposo sabático era un mandamiento fundamental en el Antiguo Pacto, hasta tal punto que su transgresión se condenaba incluso con la pena de muerte (Núm. 15:32-36). ¿Sigue vigente, pues el cuarto mandamiento de la ley de las tablas de piedra? ¿Por qué no se cumple entonces en el NP en Cristo?
¿Quedan nueve mandamientos de los diez de las tablas? Sí, quedan nueve porque son recogidos en el Nuevo Testamento. Pero son espíritu no son la letra de las tablas. Todo el mundo está bajo la ley de Cristo, y será juzgado por Jesucristo según el Evangelio (Romanos 2:12-16). Sin embargo, para el cristiano es ley todo mandamiento de la Palabra del Señor del NT, pero está libre de la condenación de la ley porque ha muerto a ella en Cristo (Romanos 7:6; 8:1).
Romanos 7:6: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
Romanos 8:1-4: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (2) Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. (3) Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; (4) para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Quedo a su entera disposición para lo que pueda servirle.
Afectuosamente en Cristo.
Bendiciones
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com
Referencias bibliográficas
* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
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