Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la ley de Dios

¿Por qué los cristianos no guardan el reposo sabático?

 
Versión: 01-10- 2013

 

Carlos Aracil Orts

1. Introducción*

Estimado hermano Carlos José, le agradezco que me haya contactado para dirigirme sus siguientes amables palabras y comentario:

"De antemano quiero agradecer si me aclara lo siguiente: Por qué, si los mandamientos de la ley de Dios están vigentes, la mayoría de cristianos no cumplen el cuarto mandamiento de dicha ley. Leí su magnífico trabajo sobre este tema, pero no me queda completamente claro. Gracias"  (Carlos José)

Con mucho gusto voy a tratar de explicarle este controvertido tema de la Ley de Dios. En realidad no es tan complicado de entender como parece a simple vista. Si tuviera que ser muy breve contestaría a su pregunta diciéndole, que los cristianos no tenemos la obligación de guardar u observar el cuarto mandamiento de la ley del Sinaí –el reposo sabático–, porque, en el Nuevo Testamento (NT), este mandamiento no está vigente, sino que fue abolido con la muerte y resurrección de Cristo; y porque nunca fue de obligado cumplimiento para los cristianos ni para ningún gentil, pues solo afectaba a los judíos. Esto debería ser una explicación razonablemente satisfactoria para mucha gente. No obstante, puesto que no quisiera que esta brevedad le pareciera a usted insuficiente, me permito darle más textos y argumentos bíblicos, a continuación.

2. ¿Por qué los cristianos no cumplen el cuarto mandamiento?

El Decálogo o Diez Mandamientos, la ley del Sinaí o de las tablas de piedra  que Dios dio a Moisés fue exclusivamente para el pueblo de Israel. Jamás los gentiles estuvieron bajo esa ley sino la ley escrita en sus corazones (véase Romanos 2:12-16).

Romanos 2:12-16: Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;  (13)  porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.  (14)  Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,  (15)  mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,  (16)  en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Primero de todo, debemos ser conscientes que el ser humano no convertido es totalmente incapaz de cumplir la ley de Dios, porque aquél es carnal y la ley es espiritual (Romanos 7:14; 8:1-3, 7-8).

Romanos 7:14: Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

Romanos 8:7-8: Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;  (8)  y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Romanos 8:1-3: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  (2)  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.  (3)  Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

En segundo lugar, los cristianos no pertenecemos al Antiguo Pacto sino al Nuevo Pacto en Cristo; ¿qué significa esto? Pues que los cristianos no estamos bajo la ley del Sinaí sino bajo la ley de Cristo (Véase 1 Corintios 9:20-21):

1 Corintios 9:20-21: Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley;  (21)  a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.

¿Cuál es la ley de Cristo?

La ley del amor, y, además, toda Su Palabra es también ley para el cristiano; es decir, el Nuevo Testamento es ley para los cristianos, y se nos insta a obedecerlo, pero solo se puede obedecer si se es nacido de nuevo (Juan 3:5), porque entonces somos templos del Espíritu Santo (1ª Corintios 3:16-17; 6:19-20).

Veamos lo que mandó Jesús y sus apóstoles:

Mateo 22:34-40: Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.  (35)  Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: (36)  Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?  (37)  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  (38)  Este es el primero y grande mandamiento.  (39)  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  (40)  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Juan 13:34-35: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.  (35)  En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Juan 15:7-17: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.  (8)  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.  (9)  Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.  (10)  Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.  (11)  Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.  (12)  Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.  (13)  Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.  (14)  Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.  (15)  Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.  (16)  No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.  (17)  Esto os mando: Que os améis unos a otros.

Juan 14:21-26: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.  (22)  Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?  (23)  Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.  (24)  El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.  (25)  Os he dicho estas cosas estando con vosotros.  (26)  Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Los mandamientos de Cristo son Su Palabra:

1 Juan 2:7-17: Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.  (8)  Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.  (9)  El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.  (10)  El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.  (11)  Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.  (12)  Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.  (13)  Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.  (14)  Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.  (15)  No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  (16)  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.  (17)  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

1 Juan 4:18-21: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.  (19)  Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.  (20)  Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?  (21)  Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.

Jesús mantuvo los principios morales que hay detrás de cada mandamiento de la ley del Sinaí –excepto el cuarto– pero no en su letra sino en su espíritu, pues guardar la ley formalmente, es decir, de forma legalista atendiendo solo a la letra, es lo que hacían los fariseos. Pero eso no es lo que manda Jesús sino que la ley se guarde internamente, desde lo más profundo de las intenciones y motivaciones del corazón, no solo de cara al exterior. Por ejemplo, yo puedo tener odio en mi corazón a las personas, pero disimulo y así guardo la ley, porque no mato, ni robo, ni hago daño a nadie. Sin embargo Jesús exige que la ley moral debe ser algo que se cumpla internamente, y eso es algo que solo se puede hacer desde un corazón renovado y convertido (Juan 3:5), mediante la obra del Espíritu Santo (Romanos 8:9-17).

Por eso Jesús hizo el siguiente fuerte contraste entre la ley del AT y la del Nuevo Testamento:

Mateo 5:27-48: Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.  (28)  Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.  […] (31)  También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.  (32)  Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.  (33)  Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.  (34)  Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;  (35)  ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.  (36)  Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.  (37)  Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. (38)  Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.(Y)  (39)  Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;  (40)  y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;  (41)  y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vé con él dos.  (42)  Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.  (43)  Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.  (44)  Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;  (45)  para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.  (46)  Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?  (47)  Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?  (48)  Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Romanos 12:9-10: El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.  (10)  Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

Los cristianos no son guiados por la Ley sino por el Espíritu Santo (Romanos 8:9-17)

Romanos 8:1-17: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  (2)  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.  (3)  Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;  (4)  para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  (5)  Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.  (6)  Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.  (7)  Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;  (8)  y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.  (9)  Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.  (10)  Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.  (11)  Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.  (12)  Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;  (13)  porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.  (14)  Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.  (15)  Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!  (16)  El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.  (17)  Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

El cuarto mandamiento de observar el reposo en el día sábado  (desde puesta del sol del viernes hasta puesta del sol del sábado) no existe para ningún creyente en Cristo, fue abolido totalmente, porque era sombra y figura de lo que había de venir (Colosenses 2:16-17; Gálatas 4:9-11), es decir, Cristo es el verdadero reposo de todo cristiano, porque por la fe entramos en el reposo: “Pero los que hemos creído [en la buena nueva-Hebreos 4:1-2] entramos en el reposo,” (Hebreos 4:3). Lea detenidamente y reflexione en cada texto siguiente, teniendo en cuenta su contexto.

Hebreos 4:1-11: Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. (2)  Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.  (3)  Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.  (4)  Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.  (5)  Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.  (6)  Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia,  (7)  otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, o endurezcáis vuestros corazones.  (8)  Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.  (9)  Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.  (10)  Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. (11)  Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

Querido hermano, el reposo al que se nos impele es el reposo en Cristo, es vivir por la fe en Él, entonces habremos descansado de todas nuestras obras. Este es el descanso que prefiguraba el séptimo día cuando descansó Dios. Ahora podemos entrar en ese reposo, no observando un día, porque los siete días a la semana son iguales para Dios en Cristo, eso quiere decir, que se camina en la fe no solo cuando se descansa de trabajar, sino cuando se descansa de todas nuestras obras muertas (Hebreos 9:14). Es más, el que trata de guardar cualquier día de la semana ya sea el sábado o el domingo o cualquier otro, porque cree que está cumpliendo la ley de Dios, se equivoca terriblemente, y está tratando de salvarse por las obras de la ley (Romanos 3:28; Gálatas 2:16-21), y entonces deberá tener que guardar toda la ley (Santiago 2:10-12), sin fallar en un punto, y como eso es imposible, habrá hecho vano el sacrificio de Cristo, que murió por nosotros, cumpliendo toda la ley moral, que le es imposible al hombre cumplirla. Si los seres humanos pudieran amar a Dios con todo el corazón, y con toda el alma, y con toda la mente y al prójimo como a uno mismo (Mateo 22:37-40), entonces la salvación sería por las obras de la ley (Gálatas 3:10-19).

Gálatas 3:10-18:  Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.(D)  (11)  Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;  (12)  y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.  (13)  Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),  (14)  para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.  (15)  Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.  (16)  Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.  (17)  Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.  (18)  Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

El propósito de la ley

Gálatas 3:19-26: Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.  (20)  Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.  (21)  ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.  (22)  Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.  (23)  Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.  (24)  De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.  (25)  Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,  (26)  pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

Romanos 7:6: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Por tanto, ningún cristiano tiene que guardar el reposo sabático. No existen argumentos ni razones para observar el reposo sabático, ni tampoco el reposo del domingo ni de ningún día de la semana. Sencillamente no existe precepto en el Nuevo Testamento para que los creyentes guarden un día  a la semana. Hay muchos textos, que lo prueban, no puedo ser exhaustivo ahora. Le recomiendo lea algunos de los veintitantos artículos que he redactado, al respecto.

3. Conclusión

Tenemos que saber que las leyes del AT no se aplican a los cristianos. Tenga en cuenta, vuelvo a repetir, que la ley del sábado fue dada exclusivamente para el pueblo judío. Cristo no la confirmó en absoluto, sino que por el contrario, Él fue quitando,poco a poco, el carácter obligatorio del reposo sabático, aunque lógicamente, como estaba bajo la ley (Gálatas 4:4-5), no podía dejar de cumplirlo. Cristo no vino a abolir la ley sino a cumplirla, y con su muerte en la cruz, el reposo sabático, quedó abolido porque era un símbolo del reposo en la salvación proporcionada por Jesús, sin las obras de la ley. Le recomiendo, lea detenidamente todo el capítulo 4 de Hebreos, y Colosenses 2:14-17; Romanos 14:5-6; Gálatas 4:9-11; Efesios 2:15. En todo el NT no se puede hallar ninguna mención de la obligatoriedad del reposo sabático para los cristianos, sino que por el contrario, como puede comprobar, hay muchos versículos que confirman que ese mandamiento no está vigente para los cristianos.

Habrá podido comprobar que he publicado en www.amistadencristo.com muchos artículos que tratan del tema de “la ley y el sábado”, la mayoría de ellos, por no decir todos pensando en rebatir esta doctrina de los Adventistas del Séptimo Día. Comprendo perfectamente sus sentimientos, pues a mí me pasó lo mismo. Este servidor suyo que le escribe fue miembro de la Iglesia adventista durante 28 años. En septiembre del 2003, hace ahora diez años abandoné dicha Iglesia al darme cuenta de sus errores doctrinales.

Los cristianos estamos bajo la gracia (Romanos 6:14;3:27; Gálatas 2:16), y no bajo la ley. Lo que quiere decir, que Cristo ha cumplido la ley por mí, y ya soy libre de la ley (Romanos 7:6), lo que no quiere decir que tenga licencia para pecar o transgredirla, pero ahora soy guiado por el Espíritu Santo, mediante Su Palabra (Romanos 8:1,2), y no por la ley. La ley del Sinaí no ha sido dada para los cristianos sino la ley de Cristo (Mateo 5), que no está en tablas de piedra sino grabada en la conciencia del cristiano (Jeremías 31:31-33), compárese con Hebreos 8:7-11, donde, Dios cumple su promesa de grabar la ley del amor en el corazón del creyente. A partir de entonces, su guía es el Espíritu Santo (Romanos 8:14).

Considere con detenimiento los siguientes puntos:

Primero. La ley del Sinaí fue dictada por Dios exclusivamente para los judíos, es decir, el pueblo de Israel, en especial el cuarto mandamiento que es la señal del Pacto Antiguo (Éxodo 31:13-17; Deuteronomio 5:2-3). Antes de Moisés no existía esta ley sino únicamente la ley moral escrita en la conciencia. Ningún gentil tuvo nunca la obligación de cumplir con el cuarto mandamiento que ordena reposar de todo trabajo secular, de acuerdo a un reglamento minucioso, que prohibía, además de trabajar bajo pena de muerte (Éxodo 35:2,3), cocinar, llevar cargas, encender fuego, viajar, etc. Aunque esta ley, en lo que respecta a sus otros nueve mandamientos, fue siempre un buen ejemplo o modelo moral para todos los gentiles, porque pudo servir para avivar muchas conciencias dormidas, embrutecidas o cauterizadas, pero ellos siempre dependieron de sus conciencias, pues la ley de los judíos no les concernía en absoluto.

Segundo. “Los gentiles que no tienen ley” (Romanos 2:14) darán cuenta a Dios por la ley moral que hay escrita en sus corazones, (Romanos 2:15). Es decir, serán juzgados no por la ley del Sinaí –que no les concierne–, sino por la ley moral escrita en sus conciencias. Sin embargo, los que rechazan la luz del Evangelio serán juzgados por la ley evangélica, que es dada para toda la humanidad, sin hacer distinción entre judíos y gentiles (Mateo 5:21-48). Esta es la nueva ley que sustituye a la del Sinaí porque es más exigente que la letra de los Diez Mandamientos, porque juzga no solo las acciones u obras sino también las intenciones del corazón. Ya no basta con no matar sino que también hay que evitar enojarse con el prójimo. No basta con “no adulterarás” sino que hay que evitar mirar a la mujer para codiciarla (Mateo 5:22,28). Los mandamientos de Jesús, la ley de Cristo es amaos unos a otros como yo os he amado” (Juan 13:34-35), incluso “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5:42-45).

Tercero. Los cristianos no estamos bajo la ley moral, ni por supuesto la del Sinaí que nunca estuvimos, porque en Cristo hemos muerto a ella Romanos 7:6. “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14). La ley moral –no los Diez Mandamientos– no puede condenarnos porque Cristo la ha cumplido en lugar nuestro (Gálatas 2:16; 3:13).

Cuarto. Los cristianos pertenecemos al Pacto de Abraham. La promesa de bendición a toda la humanidad no viene por el Pacto de la ley, que vino 430 años después (Gálatas 3:8,9,16) sino por la promesa a la simiente de Abraham, que es Cristo (Gálatas 3:16), por la que serían benditas todas las naciones. Por tanto, la salvación no es por las obras de la ley sino por la sola fe en Jesús (Gálatas 3:9,10).

Quinto. En el Nuevo Pacto en Cristo queda abolida en su carne, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas (Efesios 2:15). El cristiano queda solo sujeto a todo lo que manda el Nuevo Testamento, y éste recoge nueve principios morales que estaban en el Decálogo pero no recoge el precepto del reposo sabático. Incluso la iglesia primitiva, cuando se emancipa de la de los judíos, se congrega en el primer día de la semana, domingo, y no en sábado. No hay precepto en todo el Nuevo Testamento de guardar el reposo sabático, porque era símbolo y figura del reposo que obtiene el cristiano en Cristo, cuando deja de trabajar por su salvación y se acoge por fe a la salvación que Cristo le ofrece sin las obras de la ley (Hebreos 4). El cristiano no está bajo la ley de Moisés sino bajo la ley de Cristo (1ª Corintios 9:21), y además, está sujeto a todos los mandamientos que dio Cristo en el Nuevo Pacto.

Sexto. San Pablo, afirma claramente que el reposo sabático se abroga en Cristo (Colosenses 2:16,17; Romanos 14:5,6; Gálatas 4:9-11). 

En el Nuevo Pacto en Cristo se recogen nueve principios morales que estaban en la ley del Sinaí. El Mandamiento del reposo sabático desaparece. Cambia la letra pero el espíritu es el mismo.

ANTIGUO TESTAMENTO                         NUEVO TESTAMENTO

Decálogo en tablas de piedra              Principio moral vigente en el NT


1. No tendrás dioses ajenos delante de mí. Éx. 20: 3

1. Os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar. Hech. 14: 15, Gál 4:8, Ro. 1:23ss 

2. No te harás imágenes. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás. Éx. 20: 4, 5

2. Hijitos, guardaos de los ídolos. I Juan 5: 21, 1 Cor. 8:4, 10:19

3. No tomarás el nombre de Dios en vano. Éx. 20: 7

3. Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento. Santiago 5: 12 

4. Acuérdate del día de sábado, para santificarlo. Éx. 20: 8

4. No hay mandamiento en todo el Nuevo Testamento para que se guarde el sábado. 

5. Honra a tu padre y a tu madre. Éx. 20: 12

5. Hijitos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Efe. 6: 1

6. No matarás. Éx. 20: 13

6. No matarás. Rom. 13: 9

7. No cometerás adulterio. Éx. 20: 14

7. Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros... heredarán el reino de Dios. I cor. 6: 9-10

8. No hurtarás. Éx. 20: 15

8. El que hurtaba, no hurte más. Efe. 4: 28

9. No hablarás falso testimonio. Éx. 20: 16. 

9. No mintáis. Col. 3: 9

10. No codiciarás. Éx. 20: 17

10. Pero la codicia, ni aún se nombre entre vosotros. Efe. 5: 3 

 

Estimado hermano, le  adjunto la lista de los artículos que he publicado sobre la ley, por si le pudiesen servir para ampliar este tema.

 Lista de artículos sobre la ley en www.amistadencristo.com

Sección “Sobre la ley”

La ley en la Biblia

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¿Está abolida la ley de Dios? (Primera parte)

¿Está abolida la ley de Dios? (Segunda parte)

¿Qué simboliza el reposo de Dios del séptimo día?

¿Será el sábado día de adoración en la Tierra nueva? Segunda Parte.

Pecado, Ley y Gracia

La Ley que fue clavada en la cruz.

¿Cuál es la ley del Pecado y de la muerte?

¿Cumplir la ley, sin faltar en un punto, para ser salvo?

Respuesta sobre la Ley a un amigo Adventista

¿Es eterna la Ley de Dios del Antiguo Pacto?

¿Cómo se salvaba la gente antes de Cristo?

¿Dictó Dios una ley imposible de cumplir?

Sección Preguntas y Respuestas

¿Son los Diez Mandamientos los que implanta Dios en el cristiano?

¿Cual es la ley que Dios escribe en el corazón?

¿Cuál es el propósito de la ley de Dios?

¿Estar bajo la Gracia implica licencia para pecar?

¿Es el reposo sabático un símbolo de la salvación en Cristo?

¿Es la ley del Sinaí el ayo que nos conduce a Cristo?

¿Bajo que ley está la humanidad sin Cristo?

Respuesta a siete argumentos en pro vigencia reposo sabático

¿Cuáles son los mandamientos de Cristo?

La ley moral cristiana y los dos Pactos

¿Cumplir la ley era la condición de salvación en el A. Testamento?

¿Estará la ley vigente hasta que no pasen el Cielo y la Tierra? (Miscelánea)

 

Quedo a su entera disposición en lo que pueda servirle.

Bendiciones

 

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 


Comentarios de los lectores


Alfonso Baeza

02-10-13


Querido Carlos, con relación al artículo: ¿Por qué los cristianos no guardan el reposo sabático?, me gustaría aportar lo siguiente:

Jesús guardó el sábado, cierto, porque era judío y porque vivió toda su vida en Israel, en una sociedad "diseñada" para que todos pudieran guardar el sábado.

Pero después de Cristo, el evangelio se predicó dentro y FUERA de Israel, a judíos, pero también a GENTILES, que vivían en sociedades en las que guardar el sábado podría conllevar graves inconvenientes.

La cuestión fundamental a la que debemos dirigir nuestras mentes es, por tanto: ¿se enseñó a los nuevos conversos gentiles que debían guardar el sábado? 

Investiguemos a lo largo del libro de Los Hechos de los Apóstoles, a lo largo de las cartas de Pablo y a lo largo de las demás cartas del Nuevo Testamento. Si se hubiera enseñado a los nuevos conversos gentiles a guardar el sábado, muchos habrían soportado pruebas a causa de su fidelidad a ese mandamiento. Pensemos en los esclavos conversos cuyos amos no eran cristianos. Pensemos en quienes sus obligaciones laborales les exigían trabajar en sábado. ¡¡¡Había cristianos conversos incluso en la casa del propio Nerón!!! (Fil 4: 22). ¿Debían estos cristianos pedirle al emperador que les dispensara de trabajar en sábado? Las "pruebas" que muchos habrían pasado por observar el sábado deberían encontrar algún reflejo en las páginas del Nuevo Testamento.

Sin embargo no encontramos NADA. Ninguna referencia a esas dificultades, ninguna invitación a orar "por los que padecen tribulación" por querer observar el día del Señor, etc. etc. Todo lo contrario, cuando se menciona la observancia sabática, es para relativizar su importancia o para afirmar directamente que ya no está en vigencia. (Col 2: 16; Ro 14: 5, etc.).

Los observadores actuales del sábado predican que es necesario observar ese mandamiento para salvarse. Así lo enseñan y no son pocos los que oyendo esa enseñanza han abandonado trabajos u oportunidades. Pero a esos creyentes yo les pregunto: "enséñame un solo texto del Nuevo Testamento en el que se diga claramente, o en el que por lo menos se insinúe que en el tiempo de los apóstoles algún converso gentil tuvo que padecer por observar el sábado". Esa pregunta no tiene respuesta. No es posible encontrar ninguno texto de ese tipo, porque nadie sufrió por tener que observar el sábado.  Los razonamientos que se esgrimen para enseñar que el sábado está aún vigente son todos ellos indirectos: 

Un abrazo

Alfonso Baeza

 


Referencias bibliográficas

* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

Abreviaturas:

AT = Antiguo Testamento

NT = Nuevo Testamento


 

 

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