Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Sobre la Ley

 

Respuesta a siete argumentos pro vigencia del reposo sabático

Versión 31-05-2011

 

Carlos Aracil Orts

1.  Introducción*

Estimado Ricardo, le agradezco sus comentarios sobre algunos artículos que he publicado en www.amistadencristo.com sobre el tema “la Ley y el sábado”, en especial aquellos que tratan de probar bíblicamente la no vigencia del reposo sabático del cuarto mandamiento de la ley de Dios para los cristianos. Sus argumentos sobre la vigencia de la ley del reposo del sábado del cuarto mandamiento del Decálogo, y por tanto, de su obligatoriedad para los cristianos me parecen muy respetables, elaborados e interesantes. Voy a tratar de responder a sus interesantes reflexiones siguiendo el mismo orden de sus argumentos.

En principio, he de suponer que usted y yo estaremos de acuerdo en que el Antiguo Testamento (AT) se debe interpretar a la luz del Nuevo Testamento (NT) y desde su autorizada perspectiva, que es la de todos los apóstoles y demás autores que compusieron el mismo. Aunque “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,” (2ª Timoteo 3:16), a los cristianos, puesto que pertenecemos al Nuevo Pacto en Cristo, solo nos obliga o afecta todo el NT. A todo lo que dijeron Cristo y sus apóstoles debemos prestar nuestra fe y obediencia (Mateo 17:5; Hebreos 1:1). Cristo vino a cumplir la ley, los salmos y los profetas, es decir todo el AT (Mateo 5:17-18; Lucas 16:16-17).

Lucas 16:16 -17: La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. 17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.

Tampoco podemos ignorar lo que el mismo autor de la epístola a los Hebreos (seguramente el apóstol Pablo) escribe en el capítulo 8 y versículo 13: “Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Véase además Hebreos 7:18,22; 8:6-12; 2ª Corintios 3:6-17).

En cuanto a la no vigencia del reposo sabático para los cristianos, San Pablo no puede ser más claro y contundente en los siguientes textos:

Colosenses 2: 16: Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.”
Romanos 14:5-6: Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.
Gálatas 4:8-10: Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? 10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. 11 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.

Sin duda cuando Cristo cumplió toda la ley y murió en la cruz algo del AT fue abolido.  La cuestión consiste, pues, en saber qué leyes fueron abolidas y cuáles no. Sin embargo,  la ley del AT, que incluye los diez mandamientos y otras muchas leyes, constituye un todo al que Jesucristo y los apóstoles y el mismo AT denominan la Ley, o sea, el Pentateuco o Torah como lo llaman los judíos (los cinco primeros libros del AT). Creo que nadie tiene la autoridad, salvo Cristo y los apóstoles de decidir cuáles leyes siguen vigentes y cuáles fueron abolidas, máxime cuando la ley forma un todo, y como un conjunto no puede ser subdividido en partes.  Por lo tanto, solo lo que se ratifica en el NT está vigente. Pues de lo contrario, sería absurdo tener que cumplir la multitud de leyes sobre la alimentación, actos de violencia,  responsabilidades de amos y dueños,  esclavos, sobre la santidad, la restitución, humanitarias, civiles, rituales, de la guerra, etc. Por ejemplo, Éxodo 23:12, dice así: “Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero”. Esta es una ley humanitaria, ¿está vigente o está abolida? O también, ¿Por qué no deberíamos obedecer los siguientes textos del libro de Éxodo puesto que pertenecen a la ley de Dios?:

Éxodo 31:12-17: Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. 14 Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. 15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. 16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

Dios mandó reposar a su pueblo Israel el séptimo día de la semana o sábado como señal del pacto, y porque Él mismo reposó en ese día al final de la Creación (Génesis 2:3).

¿Debemos sentirnos aludidos los cristianos y creer que lo que Dios mandó a los judíos es aplicable también a nosotros como pueblo de Dios puesto que existe el precedente del texto de Génesis 2:3 que dice: “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en el reposó  de toda la obra que había hecho en la creación.” ?

Hasta aquí mi introducción. Ricardo, a continuación iré presentando sus argumentos, y mis comentarios correspondientes.

2. Qué enseñanza podemos obtener los cristianos del texto de Génesis 2:3 citado

Aquí presento sus tres primeros argumentos o reflexiones para analizarlos y comentarlos a continuación:

1. En la narración del Génesis se declara al séptimo día como "Santo y bendito" de manera exclusiva ya que de los anteriores seis días no se dice lo mismo, realmente lo coloca en una categoría especial separada de los demás seis días. (Ricardo)
2. Aunque bien es cierto que no se menciona la frase "y fue la tarde y la mañana el día séptimo" se usa el mismo término "yom" que significa día tal como los demás como un periodo de una tarde y una mañana y nuevamente corrobora que es un "yom" diferente a los demás no por su duración sino por su uso y las características que Dios le da de manera exclusiva como mencioné en el punto 1 (Ricardo)
3. El séptimo día fue colocado al inicio mismo de la vida humana, ya que el hombre fue creado el sexto día. El primer día (en todo el sentido de la palabra) que el hombre disfrutó fue el séptimo, el sábado nos es dado a los seres humanos en general ya que el pueblo de Israel no existía aún no podemos decir que fue creado para el pueblo de Israel. Si bien es cierto que fue incluido en los 10 mandamientos tampoco podemos decir que los otros 9 mandamientos fueron exclusivos para el Israel antiguo, ya que por la fe nos hacemos descendientes de Abraham y herederos según la promesa siguen siendo para el pueblo de Israel que es adoptado por la fe en Cristo Jesús. Al cual pertenecemos usted y yo. (Ricardo)

Estoy de acuerdo con usted, Ricardo, en que Dios distingue de forma especial el día séptimo de los otros seis días de la Creación. Lo que, por otro lado, no tiene por qué sorprendernos en absoluto, puesto que, a diferencia de los otros seis días en que Dios estuvo inmerso en su labor creadora, ese día, el séptimo, es cuando, al cesar de su actividad, Él se goza de su obra y del hombre creado a su imagen, siendo toda la obra de su mano buena y perfecta. El séptimo día es, pues, el día de la inauguración y de la conmemoración de la creación. A partir de ese momento empieza la historia de este mundo, donde Dios mostrará su amor a la humanidad mediante su magnifico Plan de Redención, al hacerse hombre en la persona de Cristo, “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, (20) ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor a vosotros (1ª Pedro 1:19-20).

Usted dice lo siguiente:

 “[…] el sábado nos es dado a los seres humanos en general ya que el pueblo de Israel no existía aún no podemos decir que fue creado para el pueblo de Israel.”

En mi opinión, aquí Dios no da el sábado (shabat significa reposo) a la humanidad sino que establece, con su ejemplo, un ciclo semanal de tiempo o de siete días. Seis días para trabajar y uno, lógicamente, el séptimo, para descansar después de las jornadas laborables. Seguramente para ejemplificar así a la humanidad el ciclo que mejor se ajusta a la naturaleza humana, de descansar un día de cada siete. Pero no un “shabat”, o sea un día de reposo religioso como el que le da posteriormente a Israel.

¿Por qué Dios bendice y santifica el día séptimo?

La única razón que nos da el texto es: “porque en el reposó  de toda la obra que había hecho en la creación.” (Génesis 2:3 úp). Sin embargo, la Biblia de Jerusalén, 1998 traduce así:

“Concluyéronse, pues, el cielo y la tierra y todo su aparato, (2) y dio por concluida Dios en el día séptimo la labor que hiciera. (3) Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.” Génesis 2:2, 3 (Biblia de Jerusalén, 1998):

Podemos observar que en esta versión católica, una de las mejores traducciones de la Biblia, el escritor del Génesis evita toda alusión a la palabra reposo (shabat). Pretender que Dios da aquí el mandamiento de guardar el reposo sabático, de no trabajar, ni hacer obra alguna en él, ni hacer fuego, ni cocinar, ni viajar, etc. (Éxodo 35:2,3), es forzar el texto queriendo que afirme lo que no declara en absoluto. Sin embargo, la Biblia no habla más del séptimo día hasta poco después de liberar Dios a su pueblo Israel de la esclavitud de Egipto en Éxodo 16:4-32, donde, con el episodio del Maná, Él les prepara para la obediencia del reposo sabático, dándoles esa ley en especial. Y esto sucedió antes de dar a su pueblo Israel en el Sinaí sus otras leyes. Por tanto, deducimos que los patriarcas, Noé, Abraham, Isaac, etc. no tenían este mandamiento, pues en ningún sitio hay mención de ello. En contraste evidente, el libro de Génesis claramente testifica que Dios dio a Abraham la circuncisión como señal del pacto, “pacto perpetuo”, más de cuatrocientos años antes de que el pueblo Israel existiera como tal y recibiera la ley (Génesis 17:7-14; Gálatas 3:17). Esto si que fue un mandamiento tan importante que incluso los judaizantes pretendieron que los cristianos tenían que cumplirlo para entrar en el pueblo de Dios (Hechos 15:1-31; Gálatas 2:11-16).

La justificación o salvación de los seres humanos no proviene del Pacto que Dios hizo con Moisés, el pacto antiguo, o de la ley (Éxodo 34:28; Deut. 5:2-21), llamado también “primer pacto” (Hebreos 9:1, 15,18; 10:1,9); sino que procede del pacto que Dios hizo con Abraham, del que viene Cristo, nuestro salvador, como hijo de la promesa de Dios  a Abraham (Génesis 22:18; Mateo 1:1; Gálatas 3:6-9, 16-19). Los cristianos  pertenecemos, pues, al Pacto de la promesa de Dios a Abraham de que mediante su simiente (la cual es Cristo) serían benditas todas las naciones (Génesis 22:18; Mateo 1:1; Gálatas 3:6-9, 16-19). No tenemos nada que ver con el pacto de la ley: “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham” (Gálatas 3:9), no con Moisés, la ley o el Antiguo o primer Pacto “que vino cuatrocientos treinta años después de la promesa de Dios a Abraham. (Gálatas 3:17).

Concluimos, por tanto, que si perteneciendo al pacto de Abraham estamos libres de guardar o cumplir el mandamiento de la circuncisión (señal de pertenencia al pueblo de Dios) tanto más lo estaremos del mandamiento del reposo sabático que fue la señal del pacto antiguo (el de Moisés con Dios).

Dios hace toda su obra creadora, distribuyéndola en seis días, como para darnos ejemplo, de cuál debe ser la duración del ciclo semanal de trabajo para los seres humanos. Luego descansa en el séptimo día para mostrarnos con su ejemplo que es bueno que le imitemos, descansando de nuestras labores diarias un día de cada siete.

No ponemos en duda que descansar un día de cada siete puede ser conveniente para la salud física, psíquica y espiritual de los seres humanos, especialmente cuando ese día de descanso se utilice para realizar actividades distintas del resto de la semana, y que contemplen, además del descanso físico y psíquico, una dedicación especial a hacer el bien al prójimo, y a crecer en el amor a Dios y a nuestros semejantes. Sin embargo, lo que debatimos aquí es si en el Nuevo Pacto, todavía sigue vigente el cuarto mandamiento de la ley de Dios que exige el descanso del sábado, o de un día a la semana, y que su transgresión fuera equiparable a la de cualquier otro de la ley de Dios.

3. ¿Qué leyes fueron abolidas en la cruz del calvario? ¿Solo las leyes rituales?

Primero analicemos su argumento número cuatro:

4. Todas las leyes abolidas en la cruz del calvario por un nuevo pacto que usted menciona y la Biblia corrobora fueron aquellas relacionadas con el pecado y la forma de ser redimidos. Antiguamente por la fe en un salvador Cristo representado por un cordero físico a través de ceremonias y rituales. Ahora por la fe en el mismo salvador Cristo en persona como el verdadero cordero de Dios que quita el pecado del mundo. No podríamos decir que en el antiguo pacto los hombres eran salvos por la ley porque claro esta que la ley condena, no salva. Pero que sin embargo nos ha sido dada para mostrar el pecado y de esa manera hacernos ver "pecaminosos" y necesitados de un salvador. Pablo lo dice mejor la ley nos guía (ha sido nuestro ayo) hacia Cristo. De manera interesante notamos que el séptimo día existe antes del pecado y que por lo tanto no se ve afectado por ninguno de los pactos que ha habido. (Ricardo).

En primer lugar, la Biblia, cuando habla de la ley, nunca distingue entre las distintas leyes que la componen (leyes alimenticias, humanitarias, rituales, morales, etc.). No hay dos leyes, una moral y otra ceremonial. Todo el Pentateuco es la ley, y no podemos, por nuestra cuenta, empezar a hacer clasificaciones humanas, y decir, que determinadas leyes son morales y otras rituales, que unas han sido clavadas en la cruz y otras siguen vigentes. Este es un camino peligroso y totalmente incompatible con una correcta hermenéutica bíblica. Tendríamos que preguntarnos ¿Qué es lo moral y qué es lo ritual? ¿Acaso no es todo revelación de Dios y por tanto, todo es moral y sagrado? Ricardo, no conozco de usted nada más que lo dice en sus comentarios. Ignoro exactamente que leyes del AT considera que son vigentes para los cristianos, aparte del Decálogo. Por ejemplo, los adventistas del séptimo día, mantienen como vigentes varias leyes del AT, además de los Diez Mandamientos, como las leyes alimentarias (Levítico 11), la ley del diezmo, etc.

Nuevamente, debemos regresar al NT para ver que leyes veterotestamentarias están vigentes para los cristianos. Al respecto es bueno analizar que en el libro de los Hechos de los Apóstoles se dirime un conflicto que ocurrió en la iglesia cristiana primitiva, precisamente provocado por los que sostenían que la ley de Moisés debía de ser guardada también por los cristianos. Veamos la narración y como el concilio o asamblea de las iglesias resuelve el mismo.

Hechos 15:1-31: Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. […] 4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.

[…] 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

[…] 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,

[…] 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.

Estimado Ricardo, los judaizantes pretendían que los cristianos guardasen la ley de Moisés, no solo la ley de la circuncisión que pertenece a la señal del pacto con Abraham, pero que se mantuvo vigente en el pacto antiguo de la ley de Dios con Moisés. La ley de Moisés es la ley del Señor, y así lo muestra la Biblia en muchos textos, lo cual he probado en los numerosos estudios bíblicos que ya he realizado sobre al ley, por lo que para más detalles le remito a ellos en esta misma Web.

¿Cuál fue la respuesta al conflicto? ¿Cuáles son las únicas cosas que debían de guardar de la ley de Moisés o sea de la ley del AT (que incluye los diez mandamientos)?

Hechos 15:10-11,19-20,24, 28-29: Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.

[…] 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

[…] 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,

[…] 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

Nadie creo negará que este concilio fue una ocasión propicia para que los apóstoles reivindicaran la necesidad de que los cristianos debían guardar la ley de Moisés y especialmente el reposo sabático. Sin embargo, nada de eso ocurrió, sino solo las citadas leyes del AT se recomendaron a los cristianos y nada más. También es conveniente leer los siguientes textos de San Pablo:

Gálatas 2:11-16: Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Estoy de acuerdo con usted en lo siguiente:

[…] Sin embargo, [la ley] nos ha sido dada para mostrar el pecado y de esa manera hacernos ver "pecaminosos" y necesitados de un salvador. Pablo lo dice mejor la ley nos guía (ha sido nuestro ayo) hacia Cristo. (Ricardo).

Pero esa ley a la que se refiere Pablo no es la del AT, sino la ley moral natural implantada por Dios en las conciencias de todos los seres humanos, y que para evitar que se fuese borrando de las conciencias Dios la reveló a Moisés en el Sinaí. Con la peculiaridad exclusiva para el pueblo de Israel del cuarto mandamiento, señal del pacto, por la que Israel tenía que guardar de forma estricta el reposo sabático, ley ritual que prefiguraba la salvación en Cristo (Colosenses 2:16,17), simbolizando el reposo de nuestras obras, el cesar de obrar para salvarse, y confiando no en las obras de la ley, sino solo en la justificación por la fe en Cristo, nuestro salvador (Hebreos 3:11-4:1-11). Pero venido Cristo “Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia” (Hebreos 7:18; ver además: 22 y Hebreos 10:1).

Como dice San Pablo, cada uno será juzgado de acuerdo a su fidelidad a la ley de su conciencia. Sin embargo el juicio final se hará por la fidelidad al Evangelio y no a la ley: “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Romanos 2:16). Pero leamos a San Pablo que no necesita comentarios, pues se explica magistralmente:

Romanos 2:12-16: Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

4. ¿Qué significa el reposo del sábado para el cristiano?

Finalmente, usted, Ricardo, presenta tres últimos argumentos hasta completar el número siete que es símbolo de perfección:

5. El sábado fue colocado en el tiempo como una señal invariable desde el Edén de la voluntad de Dios de que los descendientes de Adán se unan con él mismo como su propio creador, el reposar el sábado es un acto de adoración a Dios donde lo reconocemos como el creador de nuestras vidas, se nos recuerda constantemente cada semana por providencia divina no ha habido ninguna semana desde la creación que no tenga sábado. (Ricardo).

6. No podemos apropiarnos de la prerrogativa de Dios como creador de establecer a su voluntad el día que fue señalado desde la creación del mundo como "día del Señor"; usted puede descansar y adorar cualquier otro día pero eso no reemplaza la obediencia a la voluntad de Dios con respecto al séptimo día. (Ricardo).

7. El mismo hecho que entre la comunidad cristiana exista completo acuerdo con todos los otros 9 mandamientos  y el conflicto real no sea entre si hay que obedecer la ley o no, sino con respecto al sábado que está colocado dentro de la misma ley junto a los otros 9 (escritos todos por el mismo dedo de Dios) que no causan discusión es sospechoso de una mente malévola que quiere destruir lo que Dios ha hecho. (Ricardo).

En el NT el sábado, séptimo día de la semana, tras la muerte de Cristo en la cruz, deja de ser un mandamiento. A partir de ese momento, el día en que se reúne la iglesia primitiva es indiferente que sea sábado o domingo, no importa en absoluto. Por supuesto, que deja de ser una “obligación” para convertirse en una “devoción” o celebración. Era lógico, natural y necesario que al principio, la iglesia, formada principalmente por judíos, y durante algún tiempo, se siguiera reuniendo en las sinagogas en el día sábado, puesto que esa era la costumbre de los judíos. Allí y en ese día debían los apóstoles y los nuevos cristianos, ya fueran judíos o gentiles, ir a predicar a Cristo. Pero poco a poco, a medida que los gentiles iban aumentando en la iglesia primitiva, se fue escogiendo como día de reunión el primero de la semana o sea el domingo (Hechos 20:7; 1ª Corintios 16:1-2). Por eso, Hebreos 10:24 y 25 no se refiere a cumplir o guardar ningún tipo de ley sabática sino que simplemente recomienda que “nos consideremos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; (25) no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más como veis que aquel día se acerca”. Nada que ver con el guardar, reposar y adorar en sábado. Cualquier día es bueno para congregarse, estimularse al amor y a las buenas obras. Esa comunión entre los hermanos y con Dios, es lo único que Él requiere de nosotros (Romanos 13:10; Gálatas 5:14). Veamos como en el NT, ya muy temprano,  la Iglesia primitiva se reúne en el primer día de la semana o domingo.

Hechos 20:7: El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

1ª Corintios 16:1-2: En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

No comparto en absoluto sus argumentos números cinco y seis, pues a Dios no se le adora más ni mejor reuniéndose en sábado que en cualquier otro o día de la semana. Y le digo más aún, a Dios no se le adora reuniéndose sino “en espíritu y en verdad” (Juan 4:23,24). A Dios se le adora creyendo en su Hijo, Jesucristo, y siendo coherente con esa creencia (Juan 6:27-29). Dios no nos pide que adoremos en un día particular ya sea sábado o domingo, sino todos los días de nuestra vida, y todo lo que hagamos sea para su gloria: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1ª Corintios 10:31).

También hay otra manera que nos dice Pablo que podemos adorar y dar gloria a Dios. Para la cual no hace falta reunirse en ningún determinado día de la semana para cumplir un mandamiento ritual de la ley de Dios del Sinaí. Esta es la que dice Romanos 10:1-2.

Romanos 10:1-2: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Por otro lado, reunirse en sábado a fin de cumplir el cuarto mandamiento de la ley del Sinaí, que mandaba a los israelitas guardar el reposo sabático so pena de muerte (Éxodo 20:8-11; 31:15), es tratar de salvarse haciendo las obras de la ley: es ponerse bajo la ley del Antiguo Pacto y rechazar a Cristo. Así lo manifiesta San Pablo:

Gálatas 3:10-14: Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

La ley del Sinaí o de los Diez Mandamientos, es la base del Antiguo Pacto, y forma parte del sistema de leyes llamado la Torah, que conforma el Pentateuco. Este Pacto está vinculado únicamente con el pueblo del Israel antiguo. Esto quiere decir que jamás los llamados gentiles, y luego los cristianos tuvieron nada que ver con el citado Pacto.

Jesús aun estando bajo las leyes del Antiguo Pacto, lo que implicaba que seguía vigente todo el reglamento ritual para la observación del sábado, no tuvo reparos, dada su autoridad como Señor del sábado, en comenzar a quitar al reposo sabático toda la carga ritual que poseía, pues Él tenía que preparar al pueblo para su gradual desaparición. El reposo sabático, pues, dejaría de tener vigencia a la entrada del Nuevo Pacto, cuando se consumara su muerte expiatoria en la cruz. En ese momento, el reposo sabático, al prefigurar el descanso de todas nuestras obras en la salvación sólo por los méritos y obra de Cristo, deja de tener sentido. Y de ahí en adelante, se obtiene el reposo, no observando un día sino depositando nuestra confianza en el Salvador. Por eso Jesús afirma que su “...Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo... (Juan 5:17).  Deducimos, pues, de estos textos, que también, Dios, el Padre, acabada su labor creadora, sigue inmerso en otras actividades, como por ejemplo, las de gobernador y Juez soberano de este mundo.

Juan 5: 16-18: “16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

En mi opinión, la Biblia se interpreta así misma y ha dejado suficientemente probado que el reposo sabático ya no es un mandamiento en el Nuevo Pacto. Los cristianos no tenemos un sábado que nos haga descansar cada semana sino que nuestra alma halla descanso permanente cuando confía en las promesas de Cristo: “Venid a mí  todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (29) llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas;(30) porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11: 28-30). Luego nuestro reposo no está en observar un determinado día, ya sea sábado o domingo sino en confiar en la salvación obtenida por Jesús en el Calvario.

Los cristianos poseemos el reposo de Dios que no pudo alcanzar Israel, al cual se  insta a todos los seres humanos a que entren en él y a nosotros para que permanezcamos firmes en el mismo. 

Este reposo es dejar de obrar para ganar la salvación y creer firmemente que por la sola fe en Cristo ya la hemos conseguido. En mi opinión este es el simbolismo profundo del reposo sabático: reposar en Cristo autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2). Si tenemos a Cristo en nuestras vidas ¿Cómo vamos a mirar al sábado o a cualquier otro día de una forma especial y religiosa? Eso sería una idolatría y un menospreciar a Cristo y su gran salvación. Así lo entiendo de los textos que cito a continuación, los cuales merecen nuestra reflexión:

Hebreos 3:7, 8, 11-19: “7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, ... 11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. 16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Hebreos 4:1-3: “1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: “Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.

En mi opinión, lo que deduzco de estos textos, es que entrar en el reposo de Dios es sinónimo a entrar en la salvación que viene por oír con fe el evangelio, la buena nueva de la palabra de Dios. Por eso el autor del libro de Hebreos afirma: “Pero los que hemos creído entramos en el reposo”.

Luego entrar en el reposo o descanso de Dios no consiste en observar “el shabat”, o en reposar o descansar de nuestro trabajo diario un determinado día a la semana, sino en creer y obedecer “la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación” (Efesios 1:13,14). Pero sigamos los razonamientos de Hebreos 4: 4-11:

Hebreos 4:4-11: 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. 5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. 6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, 7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:  Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. 11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.”

Hebreos 4:4 es un texto clave, porque relaciona claramente el reposo de Dios de todas sus obras en el séptimo día con el que experimentan los creyentes cuando entran en ese reposo que ha inaugurado Jesucristo “mediante la ofrenda de su cuerpo hecha una vez para siempre.” (Hebreos 10:10 úp). “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:14). “Este es el pacto que haré con ellos...(17) añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.” (Hebreos 10:16 pp., 17).

Ahora tenemos libre acceso para entrar al “Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo.” (Hebreos 10:19 úp). Ha sido abierto, pues,  “el camino nuevo y vivo” a través de su sacrificio expiatorio (Hebreos 10:20). [El Padre] “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, (14) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” (Colosenses 1:13, 14).

San Pablo declara que desde el momento que depositamos nuestra confianza en la redención de nuestros pecados efectuada por Jesucristo, somos trasladados al reino de su amado Hijo (Col 1:13). Utiliza el participio pasado del verbo, indicando que es algo ya conseguido, alcanzado en el pasado. Por tanto, cuando creímos, y depositamos nuestra confianza en Cristo como nuestro Salvador, fuimos trasladados a su reino. Si somos capaces de creerlo, esto es lo que significa entrar en el reposo del séptimo día de Dios, obtenido gracias a la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte.

5. Conclusión

Entrar en el reposo de Dios, que en Hebreos 4:4, está indudablemente relacionado con Génesis 2:2, 3, es descansar en Jesús totalmente, obedecer al evangelio de la gracia de Dios, y desistir de confiar en nuestros propios méritos como obras de salvación. El ejemplo que no tenemos que imitar es la desobediencia en que cayó el pueblo de Israel. Entrar en el reposo de Dios es, pues, no ser incrédulo, confiar plenamente en la obra de Cristo, y obedecer la Palabra de la buena nueva de salvación con fe.

La justicia que Cristo obtuvo es el reposo para todo creyente (Hebreos 3:11-14; 4:1-11). El sábado de la creación, y el reposo del cuarto mandamiento son figura de la salvación que consiguió Jesucristo en la cruz (Véase Colosenses 2:14, 16, 17), y a la que todo ser humano puede acogerse si lo desea.

Por ese motivo, el reposo del sábado ya no tiene un carácter de ley, obligatorio, puesto que ese mandamiento, es símbolo y figura del descanso que obtenemos cuando reposamos en Él. Y el resto de los nueve principios morales, algunos de los cuales Jesús amplificó en el sermón del monte (Mateo 5:17-48), dándoles una profundidad espiritual que no tenía la ley del Sinaí, siguen siendo obligatorios para todo el mundo, pues, como hemos dicho se resumen en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo.

Los que no aceptan a Cristo, y se justifican a sí mismos, creyendo que cumplen la ley, ésta les condena. Sin embargo, los creyentes en Cristo, quedan cubiertos por la justicia de Cristo. Esto es la justificación por la fe, o sea, nuestros pecados pasados, presentes y futuros son perdonados a causa de la redención efectuada por la sangre derramada de Cristo por nosotros en la cruz. (Véase Romanos 8:3-17; Hebreos 9:22, 26, 28; 10:12, 14, 18, 20, etc.)

Romanos 8:1-4: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Ahora bien, los creyentes no tienen licencia para pecar. Como dice Pablo, ....¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.” (Gálatas 2: 17 úp., véase también 18-21). La justicia de la ley se cumple en nosotros, cuando no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (Romanos 8:4). Pablo nos previene del error, de que, puesto que Cristo cumplió la ley por nosotros, ya podemos pecar libremente sin que nos condene la ley, y  nos amonesta cuando dice lo siguiente:

Romanos 6:1-4, 11-14: “1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. […] 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”

Romanos 5:1:“1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”

Ahora los creyentes en Jesucristo podemos entrar en el reposo de Dios, que es la paz que da la seguridad de la salvación obtenida por nuestro Señor, no un día de cada siete sino siete días a la semana, y trescientos sesenta y cinco días al año. Esto no es óbice para que sea muy bueno que los creyentes se reúnan un día o dos a la semana, pero no porque sea un mandamiento de la ley moral natural de Dios. Dios nos dio ejemplo al descansar el séptimo día de toda la obra creación, porque es bueno que el ser humano descanse periódicamente para su bienestar físico, psíquico y espiritual, pero nunca fue un mandamiento para la Humanidad, sólo lo fue para el pueblo de Israel, con quien Dios hizo el Pacto Antiguo. Los cristianos nunca pertenecimos al Antiguo Pacto sino al glorioso Nuevo Pacto en Cristo (Léase con detenimiento 2ª Corintios 3: 6-18).

Obsérvese en 2ª Corintios 3: 6-18 los contrastes que hace San Pablo entre el Pacto Antiguo y el Nuevo. El Pacto Antiguo fue ministerio de muerte grabado con letras en piedras, es decir basado en las tablas de piedra de la ley del Sinaí, ministerio de la letra, que mata, contrario al ministerio del Espíritu. Ministerio de condenación en contraposición al ministerio de justificación del Nuevo Pacto en Cristo. El Antiguo Pacto aunque glorioso perece, pero el Nuevo mucho más glorioso permanece. “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.” (2ª Corintios 3:17).

En el mismo momento de morir Jesucristo en la cruz  “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo;..” (Mateo 27:51 pp.). Este velo es el que separaba el lugar Santo del lugar Santísimo del Santuario terrenal del Antiguo Pacto. Sólo el sumo sacerdote podía entrar en él una vez al año para la purificación de los pecados del pueblo. Así que el milagroso desgarramiento del velo del templo, con ocasión de la muerte de nuestro Salvador, simboliza que, a partir de ese instante, todos tenemos libre acceso, sin intermediación humana alguna, a la gracia de Dios para la sanación de nuestros pecados por medio de la sangre derramada de Cristo, su vida perfecta y muerte expiatoria (Véase Hebreos 10:19-25). 

Hebreos 10:19-25: “16 Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Querido hermano Ricardo, estoy de acuerdo con usted en “que la ley ha sido nuestro ayo, parar llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. (25) Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.” (Gálatas 3:24,25).

Esto quiere decir que “ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” (Romanos 7:6).

La ley ya no tiene poder sobre los cristianos porque “habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.” (Romanos 7:4).

Carlos Aracil Orts.
www.amistadencristo.com

 

Para más documentación sobre el tema de la Ley y el sábado puedes consultar los siguientes enlaces:

la ley en la Biblia
¿Guardar el día sábado es un mandamiento de Dios en el Nuevo Pacto?
¿Será el sábado dia de adoracion en la Tierra nueva? Primera parte
¿Está abolida la ley de Dios? Primera parte
¿Está abolida la ley de Dios? Segunda parte
¿Qué simboliza el reposo de Dios del séptimo día?
¿Será el sábado dia de adoración en la Tierra Nueva? Segunda parte
Pecado, ley y gracia
La ley que fue clavada en la cruz
¿Cuál es la ley del pecado y de la muerte?
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Respuesta sobre la ley a un amigo Adventista
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¿Bajo que ley está la Humanidad sin Cristo?
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Respuesta a siete argumentos pro vigencia reposo sabático
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Carlos Aracil Orts

www.amistadencristo.com

 

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*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo que se indique expresamente otra vesión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

 

 

 

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