Amistad en Cristo - Carlos Aracil Orts

Preguntas y Respuestas

Comentario al Apocalipsis

13. Las dos bestias

 
Versión: 01-04- 2022

 

Carlos Aracil Orts

Introducción

La historia de la persecución a la Iglesia de Cristo continúa en este capítulo. Ahora, desde otra perspectiva, Juan presenta a la primera bestia perseguidora, cuando ve “subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. (2) Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. (3) Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, (4) y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? (5) También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. (6) Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. (7) Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. (8) Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. (9) Si alguno tiene oído, oiga.” (13:1-9)

Ahora necesitamos comprender el significado de la nueva visión que Juan recibió del Espíritu Santo, y para ello lo primero es identificar a esta bestia tan compleja que él ve “subir del mar: “una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. (2) Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león (13:1-2).

No es casualidad que esta primera bestia tenga “siete cabezas y diez cuernos” como los del “gran dragón”. Se diferencian solo en que las diademas –símbolos del poder– aparecen sobre las siete cabezas del gran dragón, y no están sobre las cabezas de la bestia que surge del mar. Sin embargo, esta bestia lleva en sus cuernos diez diademas, que no llevan los diez cuernos del gran dragón.

En el capítulo 12 anterior, basándonos en el libro del profeta Daniel, y en el capítulo 17 de Apocalipsis (17:8-10), interpretamos y dedujimos que las siete cabezas representan los siete imperios que se han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, y que han sido perseguidores del pueblo de Dios. Y lo diez cuernos son los reyes-reinos en que se divide el Imperio Romano después de su caída en el año 476 d.C. (véase Dn. 2:40-44; cf. Dn. 7:17-18, 23-25).

Daniel 2:40-44: Y el cuarto reino será fuerte como hierro [Imperio Romano]; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. (41) Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. (42) Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. (43) Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. (44) Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre [el Reino de Cristo],

Daniel 7:17-27: Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. (18) Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre. (19) Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; (20) asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. (21) Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, (22) hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. (23) Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. (24) Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. (25) Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. (26) Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, (27) y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

Contenido capítulo 13: Las dos bestias

“Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. (2) Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. (3) Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, (4) y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? (5) También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. (6) Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. (7) Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. (8) Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. (9) Si alguno tiene oído, oiga. (10) Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos. (11) Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. (12) Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. (13) También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. (14) Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. (15) Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. (16) Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; (17) y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. (18) Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Apocalipsis 13:1-18)

Comentario capítulo 13: Las dos bestias

Sigamos ahora con la interpretación e identificación de la visión de la bestia que Juan vio surgir del mar.

La primera bestia que Juan vio “subir del mar”, “tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo” (13:1).

“Y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. (2) Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.”(13:2).

El nombre blasfemo que había sobre sus cabezas representa el endiosamiento y arrogancia que tenían sus gobernantes por su poder omnímodo, tiránico,  autoritario y despótico con el que subyugaban al pueblo, pretendiendo que éste les rindiese el culto que solo le pertenece al verdadero y único Dios. Notemos que es el dragón –es decir, el diablo– el que le dio su poder y su trono, y grande autoridad.” a la “bestia”, la cual simboliza a un imperio o reino perseguidor del pueblo de Dios.

Esta bestia tiene rasgos de las tres bestias de las visiones que tuvo el profeta Daniel hacia el 600-550 a.C. Las tres bestias de las citadas visiones de Daniel son: “La primera como león, y tenía alas de águila” (Dn. 7:4), “otra segunda bestia, semejante a un oso…” (Dn. 7:5), y la tercera “semejante a un leopardo, con cuatro alas  de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas…” (Dn. 7:6). Como comprobamos en el capítulo 12 anterior, se corresponden con los Imperios Babilonio (león), Medo-Persa (oso) y Griego (leopardo).

Es necesario notar ahora que los rasgos de la compleja bestia de la visión de Juan son descritos en sentido contrario al orden en que las visiones de las bestias le fueron mostradas a Daniel. Esto se debe a que, Daniel vivió en los inicios del imperio Babilonio; de ahí que la primera bestia-imperio que ve –“semejante a un león, que equivale a la cabeza de oro de la estatua que vio en sueños Nabucodonosor (Dn. 2:38)]– simboliza dicho Imperio; la segunda semejante a un oso corresponde al Imperio Medo-Persa, y la tercera, “semejante a un leopardo” es el Imperio Griego.

Sin embargo, Juan se proyecta hacia atrás en la historia, desde su perspectiva, puesto que él vivía en tiempos de “la cuarta bestia” de la visión de Daniel (Dn.7:7-8) –el Imperio Romano que sucedió al Imperio griego–. Por eso, el Apóstol, cuando tiene la visión de la primera bestia –mirando hacia atrás en la historia–, la describe como teniendo rasgos de las tres primeras bestias de la visión citada de Daniel: es “semejante a un leopardo” – porque es heredera del Imperio Griego, su historia, filosofía, religión, etc.–, “sus pies como de oso”, tiene, pues, también características del Imperio Medo-Persa, y del Imperio Babilonio, simbolizado con la  boca de la bestia, que es “como boca de león”.

"Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, (4) y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? (5) También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. (6) Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. (7) Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. (8) Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. (9) Si alguno tiene oído, oiga.” (13:3-9).

Muchos moradores de la Tierra se maravillaron tras esta bestia a la que “el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad”, y la adoraron. Sin embargo, muchos cristianos se negaron a adorarla y a obedecer algunos mandamientos que eran contrarios a la Ley de Dios y a Su Evangelio, y por eso fueron perseguidos y muertos como mártires; porque a dicha bestia –el Imperio Romano y su sucesor la Roma papal– “se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. (8) Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. (13:7-8).

Lo primero que pensamos es que esta Bestia y sus características, representan al Imperio Romano, y las persecuciones promovidas por algunos emperadores, desde el tiempo de Juan, época de Domiciano (81-96 d.C.), hasta Diocleciano (285-312 d.C.). Sin embargo, notemos que Juan vio una de las cabezas –de las siete que tiene esta primera bestia– “como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia” (13:3). Ahora, pues, debemos preguntarnos cuándo el Imperio Romano sufrió esa herida mortal, de la que, se nos dice, fue sanado, y, como consecuencia,  al ver, los moradores del Imperio Romano este hecho tan insólito, “se maravilló toda la tierra en pos de la bestia” (13.3úp.); y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (13:5).

Como vimos antes, está muy claro que la única cabeza que podía ser herida era la existente en tiempos de San Juan: la sexta cabeza, el Imperio Romano. Las primeras cinco cabezas, que vimos habían caído, eran los cinco imperios históricos que tuvieron influencia mundial, los cuales ya no existían. Y la séptima cabeza “aún no ha venido” (17:10), es decir, no existía todavía, pues estaba en el futuro. Por tanto, fue la sexta cabeza –el Imperio Romano– la que sufrió la herida de muerte. No hace falta conocer mucho la Historia para saber que el Imperio Romano recibió una herida mortal cuando fue conquistado por los países bárbaros que lo asediaban, y aunque, esto sucedió progresivamente, prolongándose la conquista decenas de años, los historiadores han convenido en fijar el año 476 d.C. –“en que el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo” (Wikipedia-Impero Romano) (115)–  como la fecha, en que el Imperio Romano de Occidente había dejado de ser como tal. Y su herida fue también progresivamente sanando hasta los años 538-554, cuando el emperador Justiniano restauró el Imperio, reconquistando muchos de los territorios que habían invadido los bárbaros. (116)

Mientras tanto, el verdadero Evangelio fue echado por tierra y pisoteado, ocupando su lugar doctrinas falsas obtenidas de la Tradición. Esto que había empezado, muy temprano, seguramente, ya a finales del siglo I, y a lo largo del siglo II, se acentuó y extendió fundamentalmente a partir del año 313 d.C., cuando cesaron las persecuciones a los cristianos gracias a que el emperador Constantino promulgó “el Edicto de Milán, de tolerancia religiosa, según el cual nadie ya podría ser perseguido por razones de fe o práctica religiosa y se daba a los cristianos plena libertad de culto. ” (117)

“[…] Ese Edicto fue luego radicalizado por Teodosio, el año 380, con el nuevo Edicto de Tesalónica, por el cual hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio romano, remitiéndose además a la autoridad apostólica del Papa Dámaso”. Y entonces la persecución comenzó a tener como víctimas a los antiguos “paganos”, destruyéndose sus templos e incluso a veces condenándolos a penas durísimas que incluían la muerte o, al menos, la incapacidad para acceder a cargos públicos en el Imperio. Las herejías religiosas contra la fe católica oficial se convirtieron así en delitos sociales y políticos. Esa actitud de apoyo exagerado a la Iglesia llegó a su punto culminante con el emperador Justiniano, en el siglo VI, quien llegó a hacer clausurar la escuela filosófica de Atenas y a prohibir todo resquicio “pagano”, imponiendo obligatoriamente la instrucción cristiana a todas las familias, así como el bautismo como requisito para poder gozar de plena ciudadanía política, amenazando con la pena capital a los paganos y a los apóstatas o herejes, quienes quedaban excluidos de toda docencia.

“Con este viraje en la relación del Imperio romano con el cristianismo, la gente se hizo masivamente cristiana, sin que ello les representara grandes dificultades, consiguiendo con ello ventajas económicas y políticas. De esta manera, como lo expresaba el Padre y ermitaño, San Jerónimo, “después de la paz constantiniana, la Iglesia creció en riqueza y en poder, pero se empobreció en virtudes”. (Historia de las religiones de Antonio Bentué. Págs. 191 y 192. Negrillas y subrayado no aparecen en el original) (118)

 La “otra bestia que subía de la tierra”(Apocalipsis 13:11)

“Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón…” (13:11).

Vamos ahora a investigar la identidad de esta “otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón…”. Esta segunda bestia sin duda se relaciona estrechamente con la primera bestia, que subía del mar y “tenía siete cabezas y diez cuernos” (13:1). Como esta bestia es muy compleja, porque representa, en cada una de sus siete cabezas, un reino mundial perseguidor del pueblo de Dios que ha habido en cada época de la historia hasta el final del mundo, es necesario discernir cuál es la cabeza-reino que se va a relacionar con la segunda bestia de "los dos cuernos semejantes a los de un cordero" (13:11). Anteriormente ya averiguamos que la cabeza que vio Juan “como herida de muerte, pero [que] su herida mortal fue sanada”, representa al Imperio Romano restaurado por el emperador Justiniano hacia los años 538-554 d.C.

El éxito o acierto en la identificación de la segunda bestia, la de los dos cuernos como de cordero, dependerá fundamentalmente de que la ubiquemos correctamente en el tiempo histórico que le corresponde. Analicemos el siguiente texto que es la clave para ello:

Apocalipsis 13:12: Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.

¿Qué desvela este texto? Ante todo, nótese que el protagonista o sujeto del texto anterior es la bestia con "dos cuernos semejantes a los de un cordero". Véase el texto anterior (13:11) para comprobarlo. Por tanto, el dato clave que nos proporciona el apóstol Juan es que la “otra bestia”, que “tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero” (Apocalipsis 13:11), está en “presencia de ella” (13:12); dicho de otro forma: coexiste con “…la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada” (Apocalipsis 13:12); es decir, se produce una convivencia entre las dos bestias, lo cual demuestra que son coetáneas porque una está en “presencia” de la otra. Y esta colaboración entre ambas bestias se produce especialmente a partir de que la primera bestia –la que tiene siete cabezas y diez cuernos– es sanada de su herida mortal. Por otro lado, debemos recordar que las bestias representan poderes terrenales o reinos.

Por todo ello, inferimos que la segunda bestia –que “tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón” (13:11)– surge con la restauración del Imperio Romano por el emperador Justiniano, hacia los años 534-554 d.C., y esta fecha y sus características, que luego veremos, me lleva a identificarla con el ya conocido “cuerno pequeño” de la profecía de Daniel 7:8,25.

Daniel 7:7-8, 23-25: Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. (8) Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos [el Reino papal con sus Estados Pontificios], y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. […] (23) Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. (24) Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará [el Reino papal con sus Estados Pontificios]. (25) Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

Notemos, en primer lugar, que el “cuerno pequeño” de la profecía de Daniel (7:8,24) –que surgiría de entre los diez reyes/reinos en que se dividiría el Imperio Romano, y que “a tres reyes derribará” (Dn. 7:24)– se corresponde con la bestia que “tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero” (13:11), y  representa al Reino papal y sus Estados Pontificios. En segundo lugar, la razón por la que esta bestia ahora tenga “dos cuernos semejantes a los de un cordero”, en lugar de uno solo, se debe a que el segundo cuerno de esta bestia primeramente no existía como tal, porque estaba implícito en el cuerno pequeño, y subordinado al mismo, hasta que se produce la definitiva separación e independencia del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa, hacia el año 1054, cuando éste deja estar sujeto al dominio del Reino papal que gobierna la Iglesia Católica.

La segunda característica clave para identificar la bestia de dos cuernos es que  “ejerce toda la autoridad de la primera bestia – la Roma papal– en presencia de ella” [la bestia cuya sexta cabeza, “como herida de muerte”, “fue sanada” (13:3)]. ¿Esto qué significa? Sencillamente que existe una cooperación necesaria entre las dos bestias-reinos que se retroalimentan mutuamente: el poder político-civil proporciona autoridad al poder político-religioso, que representa la segunda bestia de dos cuernos como de cordero. Ambos poderes tienen el mismo propósito: “…hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada” (Apocalipsis 13:12). Es decir, esta segunda bestia actúa en unión con el poder político, que es la primera bestia, para conseguir por la fuerza sus fines de dominación de todas las gentes.

Otros rasgos notables que nos permiten identificar a la segunda bestia es su apariencia. En contraposición a la primera bestia –la de las siete cabezas y diez cuernos, que salía del mar, lo que le daba si cabe un aspecto mucho más espantoso y terrible– la segunda bestia, surge de la tierra, camuflándose con lo ordinario y terrenal, como un ser humano más, que también tiene esa condición de terrenal. Pero, además, esta bestia no puede asustarnos en absoluto pues tiene la apariencia de un corderito, aunque no lo es en absoluto; pues solo tiene de cordero el aspecto de sus dos cuernos que se parecen a los de este animal. Adopta la forma de este animal tan manso porque el Cordero también simboliza a Cristo, “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29; Cf. Apocalipsis 5:6,12; 6:16; 7:10; 12:11; 17:14 etc.). Es un reino o gobierno que se hace pasar por el Reino de Dios. Sin embargo, no podemos bajar la guardia, debemos desconfiar de este poder político-religioso porque “hablaba como dragón” (Apocalipsis 13:11). Esto es lo que descubre su falsedad: lo que habla o lo que predica. ¿Qué significa hablar como dragón? El dragón es el diablo, “el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9). 

Pues bien esta segunda bestia con apariencia de cordero pero que “hablaba como dragón” representa el poder político-religioso que obtuvo la Iglesia apóstata con el papa al frente; pero notemos que tiene dos cuernos, uno representa a lo que acabamos de nombrar, y el otro cuerno simboliza a la Iglesia Ortodoxa que con su Patriarca al frente cometió parecidas atrocidades, enseñando igualmente a sus fieles una doctrina falsa, llena de idolatría y falsedades. Las Iglesias apóstatas, con el papado al frente, actuaron en unión con el poder político para conseguir por la fuerza sus fines de dominación de todas las gentes. (El dragón, la bestia, y el falso profeta p.77-78) (119)

“También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. (14) Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. (15) Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.” (Apocalipsis 13:1-18)

Estas características –grandes señales”, “aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres”; “engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia [la Roma papal], mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió  [la Roma papal] se refieren a muchos de los supuestos milagros que han hechos los considerados santos por la Iglesia católica, durante la Edad Media, los cuales no hay espacio ahora para relatar, pero véase, p.e. el libro titulado Florecillas de San Francisco, o la historia del Padre Pio, etc. Además este Reino papal manda a “los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia” [la Roma papal], es decir, a que le rindan obediencia y pleitesía.

“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; (17) y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. (18) Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (13:16-18)

Recibir la marca en la mano derecha o en la frente significa practicar las doctrinas idolátricas del falso Evangelio; obedecer las leyes de los hombres que van en contra de la Palabra de Dios, es someterse a los dictados ya sea del Estado o de las organizaciones religiosas que contradicen el verdadero Evangelio: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. (Hechos 5:29)

Con respecto a la interpretación del “número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (13:18), la he desarrollado en mi libro  El dragón, la bestia, y el falso profeta.

Si Dios lo permite y me sigue dando fuerzas, mi próximo estudio bíblico consistirá en comentar el  capítulo 14 siguiente del libro del Apocalipsis de San Juan: 14. El Cordero y los 144.000

 

Quedo a disposición del lector para lo que pueda servirle.

 

Afectuosamente en Cristo

 

Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com

 

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com

 

 

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Referencias bibliográficas

*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.

Abreviaturas frecuentemente empleadas:

AT = Antiguo Testamento

NT = Nuevo Testamento

AP = Antiguo Pacto

NP = Nuevo Pacto

Las abreviaturas de los libros de la Biblia corresponden con las empleadas en la versión de la Biblia de Reina-Valera, 1960 (RV, 1960)

pp, pc, úp referidas a un versículo bíblico representan "parte primera, central o última del mismo ".

Abreviaturas empleadas para diversas traducciones de la Biblia:

NBJ: Nueva Biblia de Jerusalén, 1998.

BTX: Biblia Textual

DHHe (D): versión Dios habla hoy con Deuterocanónicos

Jünemann: Sagrada Biblia-Versión de la LXX al español por Guillermo Jüneman

N-C: Sagrada Biblia- Nacar  Colunga-1994

JER 2001: *Biblia de Jerusalén, 3ª Edición 2001

BLA95, BL95: Biblia Latinoamericana, 1995

LBLA: La Biblia de las Américas

BNP: La Biblia de Nuestro Pueblo

NVI 1999: Nueva Versión Internacional 1999

LPD: El Libro del Pueblo de Dios, Levoratti y Trusso

SB-MN: . La Santa Biblia-Martín Nieto

SRV2004: Spanish Reina Valera 2004

 

Bibliografía citada

 

(1) Strong, Diccionario griego español

(2) versión parafraseada del Apocalipsis extraída del Curso anónimo sobre Apocalipsis

(3) Ibíd.

(4) Relación de algunos de los diversos Comentarios bíblicos del Apocalipsis leídos

Shappley de Álamo, Homero,  APOCALIPSIS Análisis de las profecías y visiones, 2007

Taylor,  R. A. Apocalipsis: Un Comentario de Referencia, 20/06/1998

MacArthur, John, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Apocalipsis, Editorial Portavoz, 2010.

Mounce, Robert H. Comentario al libro del Apocalipsis, Editorial Clie, 2007

Maxwell, C. Mervyn, Dios revela el futuro, el mensaje de Apocalipsis, t.2, Publicaciones Interamericanas, 1989

(5) Barclay, William, p. 5, 0283 Comentarios completos N.T. Apocalipsis C.T.C. 01-02-0283-14. Editorial CLIE, 1991

(6) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 41,  Editorial Clie, 2007

(7) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre,

(8) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre

(9) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42,  Editorial Clie, 2007, 

(10) https://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis

(11) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre

(12) Ibíd.

(13) Ibíd.

(14) Ibíd.

(15) Ibíd.

(16) Ibíd.

(17) Ibíd.

(18) Ibíd.

(19) Ibíd.

(20) Ibíd.

(21) Ibíd.

(22) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 61-62,  Editorial Clie, 2007 

(23) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42,  Editorial Clie, 2007

(24) Persecución a cristianos en el Imperio romano - Wikipedia, la enciclopedia libre

(25) Ibíd.

(26) Ibíd.

(27) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)

(28) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre

(29) Ibíd.

(30) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)

(31) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre

(32) Ibíd.

(33) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 53,  Editorial Clie, 2007

(34) Ibíd. 54-55

(35) Ibíd., p. 57-58

(36) Ibíd., p. 66

(37) Ibíd., p. 67

(38) Ibíd., p. 67

(39) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.25

(40) Ibíd., p. 25

(41) Ibíd., p. 25-26

(42) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre

(43) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 69,  Editorial Clie, 2007

(44) Ibíd., p. 69

(45) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.24

(46) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 83,  Editorial Clie, 2007

(47) Ibíd., p. 84

(48) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis.

(49) Ibíd.

(50) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.3

(51) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 85,  Editorial Clie, 2007
(52) Emperadores romanos que buscaron destruir el cristianismo y fracasaron (aciprensa.com)Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.
(53) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 84,  Editorial Clie, 2007

(54) Ibíd., p. 87-88

(55) Ibíd., p. 88

(56) Ibíd., p. 89-90

(57) Ibíd., p. 92-93

(58) Ibíd., p. 93

(59) Ibíd., p. 93-94

(60) Ibíd., p. 94-95

(61) Ibíd., p. 95

(62) Ibíd., p. 96

(63) Ibíd., p. 96-98

(64) Ibíd., p. 99-100

(65) Ibíd., p. 100-101

(66) Ibíd., p. 101

(67) Ibíd., p. 102

(68) Ibíd., p. 102

(69) Ibíd., p. 102

(70) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis

(71) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103,  Editorial Clie, 2007

(72) Ibíd., p. 103

(73) Apuntes Curso sobre el libro de Apocalipsis

(74) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 102,  Editorial Clie, 2007

(75) Ibíd., p. 103

(76) Ibíd., p. 104

(77) Ibíd., p. 105

(78) Ibíd., p. 106

(79) Ibíd., p. 106

(80) Ibíd., p. 106

(81) Ibíd., p. 107

(82) Ibíd., p. 107

(83) Ibíd., p. 108

(84) Ibíd., p. 108-109

(85) Ibíd., p. 109-110

(86) Ibíd., p. 111

(87) Ibíd., p. 112

(88) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis

(89) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103,  Editorial Clie, 2007

(90) Ibíd., p. 103

(91) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis

(92) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103,  Editorial Clie, 2007

(93) Ibíd., p. 103

(94) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis

(95) Ibíd.

(96) Diccionario de la iglesia primitiva (p.124).  www. ElCristianismoPrimitivo.com. Compilado por Brian Gray y editado por Anthony Hurtado Este diccionario es obsequiado al dominio público. No tiene derechos reservados www. ElCristianismoPrimitivo.com

(97) García de Cortazar, José ángel y Ruiz de Aguirre, Universidad de Santander, Valdeon Baruque Julio, Universidad de Valladolid; Gran Historia Universal, tomo XI, p. 83, Ediciones Najera (S.A. de Promociones y Ediciones Club Internacional del Libro, Madrid)

(98) Diccionario bíblico (módulo e-Sword)

(99) Ibíd.

(100) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>.  ¿Reinarán Cristo y sus santos un Milenio en la Tierra restaurada?, … p.23-25

(101) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 543,  Editorial Clie, 2007

(102) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis

(103) Ibíd.

(104) Ibíd.

(105) Ibíd.

(106) Ibíd.

(107) Ibíd.

(108) Ibíd.

(109) Ibíd.

(110) Ibíd.

(111) Ibíd.

(112) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>.  El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios,  ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?

(113) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>.  El dragón, la bestia y el falso profeta

(114) Auge y disolución de la Unión Soviética (lavanguardia.com)

(115) http://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_romano

(116) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>.  El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios,  

(117)  Bentué, Antonio,  Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191).

(118) Ibíd., ps. 191-192.  (Extraído de  Aracil, Orts, Carlos,  ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?)

(119) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>.  El dragón, la bestia, y el falso profeta,

(120) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 366-367,  Editorial Clie, 2007

(121) Ibíd., p. 369

(122) Ibíd., p. 387-388

(123) Ibíd., p. 410-411

(124) Ibíd., p. 413-414

(125) Ibíd., p. 411-412

(126) Ibíd., p. 411

(127) Ibíd., p. 415

(128) Ibíd., p. 416

(129) Bentué, Antonio,  Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).

(130) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico

(131) Bentué, Antonio,  Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).

(132)  https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte

(133) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios

(134) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico

(135)https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Sovi%C3%A9tica

(136) Ibíd.

(137) Dominación del mundo - Wikipedia, la enciclopedia libre

(138) https://nanopdf.com/download/los-estados-pontificios_pdf

(139) Biblioteca Nacional de España (bne.es)

(140) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios

(141) https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte

(142) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios

(143) Ibíd.

(144) Ibíd.

(145) Catecismo de la Iglesia Católica, 2121

(146) Aracil, Orts, Carlos,https://amistadencristo.com. El dragón, la bestia, y el falso profeta

(147) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 534,  Editorial Clie, 2007

(148) Ibíd., p. 532

(149) Ibíd., p. 534

(150) Ibíd., p. 535

(151) Ibíd., p. 538

(152) Ibíd., p. 540-541

(153) Ibíd., p. 541

(154) Ibíd., p. 541-542

(155) Ibíd., p. 543

(156) Ibíd., p. 544

(157) Ibíd., p. 544

(158) Ibíd., p. 548

 

 

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