Preguntas y Respuestas
Comentario al Apocalipsis
18. La caída de Babilonia
Versión: 05-04- 2022
Carlos Aracil Orts
Introducción
“Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (2) Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. (3) Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites” (18:1-3).
Como sabemos, Babilonia es símbolo de confusión, falsedad y engaño, como todo lo que abunda en nuestro tiempo, y que ya existía en la antigua Babilonia, como la astrología, el ocultismo, el espiritismo, y más recientemente la Nueva Era. Por tanto, representa la idolatría y la religión cristiana falsificada, allí donde se encuentren estas prácticas, sea del catolicismo o del Protestantismo; aunque nadie puede obviar que el gran error de la Jerarquía Católica, empezando por el Papa, ha sido desvirtuar el Evangelio mediante su mezcla con las doctrinas que surgen de la Tradición. De manera que esta última ha adulterado a aquél, dando como resultado un conjunto amorfo y espurio, que no tiene poder de santificar al creyente y que confunde a sus fieles, y les desvía de la verdadera adoración a Dios. Muchas malas y abominables prácticas salieron de la Tradición católica de las que podemos citar algunas de ellas sin pretender ser exhaustivo, como por ejemplo las que cito de mi artículo: El dragón, la bestia, y el falso profeta
- Idolatría: el culto a María y a los santos que murieron –supuestamente todos ellos en el Cielo–, y a sus reliquias, e imágenes de madera y escayola significa una clara idolatría y prostitución espiritual de la Iglesia Católica, que implica una transgresión no solo de la ley moral sino de todo el NT; porque las criaturas que son finitas reciben la gloria y la honra que solo pertenece a Dios. Desde esta Iglesia se ha enseñado a orar a la Virgen y a los santos, de la misma manera que se ora a Dios, ¡cómo si fuera posible que, esas criaturas aun en el caso poco probable que estuvieran en el Cielo, tuvieran poder para escuchar todas las oraciones! ¡Cómo si de Dios mismo se tratara–, y que además luego pudieran interceder ante Él para que les conceda sus millones de millones de peticiones!
- Concepción inmaculada de María. María mediadora. Hay, pues, cambio de ley, cuando se cambia el Evangelio al añadirle que la Virgen nació sin pecado original, inmaculada, a semejanza de Jesucristo. Se vuelve a cambiar el Evangelio cuando se enseña que la Virgen es corredentora y mediadora, y que ascendió al Cielo corporalmente (Dogma desde 1950). Tampoco es confirmado por el Evangelio que María fuese virgen después del parto.
Mateo 1:25: Pero no la conoció [a la virgen María] hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
- La doctrina del Purgatorio. Lugar y estado de las almas de los difuntos, que no han alcanzado en su vida terrenal la justicia y santidad suficiente y tienen que seguir purificándose, apartadas de la presencia de Dios, en un lugar intermedio entre el infierno y el cielo, hasta que consigan esa pureza que les permita alcanzar, al fin, el Paraíso. Creer en este dogma de fe significa echar por el suelo el sacrificio de Cristo, pretender que Él no ha tenido el poder de purificar a esas personas, y que ellas, en cambio, si lo tienen para purificarse a sí mismas. Aunque existen muchos textos que demuestran la herejía de esa doctrina solo vamos a citar dos, aparte de los ya mencionados arriba (Hebreos 9:24-28; 10:12-14).
- La transustanciación de la hostia en cuerpo y sangre de Jesucristo.La transustanciación de la hostia consagrada por el sacerdote en cuerpo y sangre de Jesucristo significa que los sacerdotes, cada vez que celebran la misa, hacen el increíble y fantástico milagro de transformar un poco de materia inanimada en algo tan grande y maravilloso como es la vida de un ser viviente; que en este caso, no es un ser humano cualquiera, sino el mismísimo Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios hecho carne. El cual millones de veces cada día es muerto de forma incruenta, para alimento de los feligreses. No puede ser que algo que se come y que luego va a la letrina, sea el ser entero de Jesucristo, su cuerpo y su sangre realmente. Notemos lo que declara el propio Jesús respecto a lo que ocurre con lo que se come materialmente.
- La concesión y venta de indulgencias para el perdón de los pecados. Es evidente, para cualquier estudioso de la Biblia, que esta doctrina contradice el principio fundamental de que la salvación viene por la sola fe en Jesús (Efesios 2:8,9), no por obras para que nadie se gloríe. No se puede comprar el perdón ni la salvación. Estos son dones de Dios que se obtienen a través de la fe en el único mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1ª Timoteo 2:5). En ningún otro hay salvación (Hechos 4:11-12). Veamos lo que dice al respecto el Catecismo de la Iglesia Católica:
- Las oraciones y misas por los difuntos. De nada sirven, pues, “está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después de eso el juicio” (Hebreos 9:27).
- La Iglesia católica identifica justificación con santificación. Estos son dos conceptos distintos. Justificado es aquel creyente que ha aceptado la vida, muerte y resurrección de Cristo, y que al ser rescatado con su sangre, es decir, con su muerte vicaria, es declarado inocente o justo por Dios, puesto que sus pecados han sido perdonados, y cargados a cuenta de Cristo. Su deuda ha sido cancelada, clavada en la cruz (Colosenses 2:12-14), y “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús..” (Romanos 8:1). Esto implica ser santo, en el sentido de apartado del mal, consagrado para Dios, y redimido por Cristo. Sin embargo, la santificación o santidad es el objetivo y propósito de toda la vida. La santificación es el fruto de la obra del Espíritu Santo en el creyente durante toda su vida (Romanos 6:22). San Pablo lo aclara cuando dirigiéndose a la iglesia de Corinto, llama a sus miembros “los santificados en Cristo Jesús llamados a ser santos...” (1ª Corintio 1:2). En el libro de Hebreos en el capítulo 10, se ratifica que con la ofrenda del cuerpo de Cristo somos santificados, lo cual no es lo mismo que haber alcanzado la santificación que es la obra progresiva de toda la vida. Ser justificado o santificado es producto del instante en que aceptamos con todo nuestro ser a Jesucristo como nuestro salvador personal (Lucas 23:41-43). En ese momento ya somos santos por medio de Cristo y llamados a la santidad.
Mateo 15:17: ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
Marcos 7:18,19: Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
¿Convirtió Jesús el pan y el vino en su cuerpo y sangre?
Lucas 22:17-20: Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; (18) porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. (19) Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. (20) De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Por tanto, el sacrificio de Jesucristo que hace el sacerdote en la misa no es aceptable para Dios.
“La simonía (cf Hch_8:9-24) se define como la compra o venta de las realidades espirituales. A Simón el mago, que quiso comprar el poder espiritual del que vio dotado a los apóstoles, Pedro le responde: "Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero" (Hch_8:20). Así se ajustaba a las palabras de Jesús: "Gratis lo recibisteis, dadlo gratis" (Mat_10:8; cf Isa_55:1). Es imposible apropiarse de los bienes espirituales y de comportarse respecto a ellos como un posesor o un dueño, pues tienen su fuente en Dios. Sólo es posible recibirlos gratuitamente de él” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2121)
Hebreos 10:10-14: En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
Contenido capítulo 18: La caída de Babilonia
“Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (2) Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. (3) Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. (4) Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; (5) porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. (6) Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. (7) Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; (8) por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. (9) Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, (10) parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! (11) Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; (12) mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; (13) y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. (14) Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. (15) Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, (16) y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! (17) Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; (18) y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? (19) Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! (20) Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. (21) Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. (22) Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. (23) Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. (24) Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.” (Apocalipsis 18:1-24)
Comentario capítulo 18: La caída de Babilonia
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas. (5) porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. (6) Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. (7) Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; (8) por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga”(18:4-8)
Después de la descripción de la caída de “la gran Babilonia”, viene la seria advertencia de Dios a salir de ella, para no participar de sus pecados: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.” (18:4). En los textos de arriba hay serias advertencias de Dios respecto del fin que tendrá Babilonia y también del juicio que recibirán los que interactúen con ella, y se dejen influenciar por sus doctrinas idólatras.
“Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, (10) parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! (11) Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; (12) mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; (13) y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.” (18:9-13)
Estos textos hablan del juicio de Babilonia, y de la lamentación que harán, primero “los reyes de la tierra que han fornicado con ella”; se trata de fornicación espiritual, es decir, los citados gobernantes han asumido sus enseñanzas idolátricas y las han practicado; y, en segundo, lugar se refiere a los mercaderes de la Tierra, porque ya no podrán hacer con ella ese tipo de transacciones comerciales ilícitas, con lo que se han enriquecido, porque incluso han llegado a traficar con “almas de hombres”.
“Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. (15) Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, (16) y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! (17) Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.” (18:14-17)
Aparece el temor de los mercaderes que traficaban con Babilonia, al ver su decadencia y los juicios que Dios ha ejecutado sobre ella; porque piensan que también ellos recibirán el castigo de Dios, como se merecen por haber secundado y seguido y comerciado con “Babilonia la Grande, la Madre de las rameras y de las abominaciones de la Tierra.” (17:5)
“Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; (18) y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? (19) Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!” (18:17-19)
En los versículos anteriores vemos la gran influencia que ha tenido la Gran Babilonia sobre todo tipo de gentes; aquí se refiere especialmente a la lamentación de los que trabajan en el mar. Todos ellos han sido engañados por sus engañosas y falsa doctrinas idolátricas de adoración a María y a los santos muertos.
“Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. (21) Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. (22) Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. (23) Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.” (18:20-23)
Termina este capítulo, justificando la ejecución de los juicos de Dios sobre Babilonia La Grande, porque “en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.” (18:24); y, también dando consolación a “vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella” (18:20)
Si Dios lo permite y me sigue dando fuerzas, mi próximo estudio bíblico consistirá en comentar el capítulo 19 siguiente del libro del Apocalipsis de San Juan: 19. La Cena de las Bodas del Cordero
Quedo a disposición del lector para lo que pueda servirle.
Afectuosamente en Cristo
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com
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Referencias bibliográficas
*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
Abreviaturas frecuentemente empleadas:
AT = Antiguo Testamento
NT = Nuevo Testamento
AP = Antiguo Pacto
NP = Nuevo Pacto
Las abreviaturas de los libros de la Biblia corresponden con las empleadas en la versión de la Biblia de Reina-Valera, 1960 (RV, 1960)
pp, pc, úp referidas a un versículo bíblico representan "parte primera, central o última del mismo ".
Abreviaturas empleadas para diversas traducciones de la Biblia:
NBJ: Nueva Biblia de Jerusalén, 1998.
BTX: Biblia Textual
DHHe (D): versión Dios habla hoy con Deuterocanónicos
Jünemann: Sagrada Biblia-Versión de la LXX al español por Guillermo Jüneman
N-C: Sagrada Biblia- Nacar Colunga-1994
JER 2001: *Biblia de Jerusalén, 3ª Edición 2001
BLA95, BL95: Biblia Latinoamericana, 1995
LBLA: La Biblia de las Américas
BNP: La Biblia de Nuestro Pueblo
NVI 1999: Nueva Versión Internacional 1999
LPD: El Libro del Pueblo de Dios, Levoratti y Trusso
SB-MN: . La Santa Biblia-Martín Nieto
SRV2004: Spanish Reina Valera 2004
Bibliografía citada
(1) Strong, Diccionario griego español
(2) versión parafraseada del Apocalipsis extraída del Curso anónimo sobre Apocalipsis
(3) Ibíd.
(4) Relación de algunos de los diversos Comentarios bíblicos del Apocalipsis leídos
Shappley de Álamo, Homero, APOCALIPSIS Análisis de las profecías y visiones, 2007
Taylor, R. A. Apocalipsis: Un Comentario de Referencia, 20/06/1998
MacArthur, John, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Apocalipsis, Editorial Portavoz, 2010.
Mounce, Robert H. Comentario al libro del Apocalipsis, Editorial Clie, 2007
Maxwell, C. Mervyn, Dios revela el futuro, el mensaje de Apocalipsis, t.2, Publicaciones Interamericanas, 1989
(5) Barclay, William, p. 5, 0283 Comentarios completos N.T. Apocalipsis C.T.C. 01-02-0283-14. Editorial CLIE, 1991
(6) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 41, Editorial Clie, 2007
(7) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre,
(8) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(9) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42, Editorial Clie, 2007,
(10) https://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis
(11) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(12) Ibíd.
(13) Ibíd.
(14) Ibíd.
(15) Ibíd.
(16) Ibíd.
(17) Ibíd.
(18) Ibíd.
(19) Ibíd.
(20) Ibíd.
(21) Ibíd.
(22) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 61-62, Editorial Clie, 2007
(23) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42, Editorial Clie, 2007
(24) Persecución a cristianos en el Imperio romano - Wikipedia, la enciclopedia libre
(25) Ibíd.
(26) Ibíd.
(27) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)
(28) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(29) Ibíd.
(30) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)
(31) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(32) Ibíd.
(33) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 53, Editorial Clie, 2007
(34) Ibíd. 54-55
(35) Ibíd., p. 57-58
(36) Ibíd., p. 66
(37) Ibíd., p. 67
(38) Ibíd., p. 67
(39) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.25
(40) Ibíd., p. 25
(41) Ibíd., p. 25-26
(42) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre
(43) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 69, Editorial Clie, 2007
(44) Ibíd., p. 69
(45) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.24
(46) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 83, Editorial Clie, 2007
(47) Ibíd., p. 84
(48) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis.
(49) Ibíd.
(50) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.3
(51) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 85, Editorial Clie, 2007
(52) Emperadores romanos que buscaron destruir el cristianismo y fracasaron (aciprensa.com); Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.
(53) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 84, Editorial Clie, 2007
(54) Ibíd., p. 87-88
(55) Ibíd., p. 88
(56) Ibíd., p. 89-90
(57) Ibíd., p. 92-93
(58) Ibíd., p. 93
(59) Ibíd., p. 93-94
(60) Ibíd., p. 94-95
(61) Ibíd., p. 95
(62) Ibíd., p. 96
(63) Ibíd., p. 96-98
(64) Ibíd., p. 99-100
(65) Ibíd., p. 100-101
(66) Ibíd., p. 101
(67) Ibíd., p. 102
(68) Ibíd., p. 102
(69) Ibíd., p. 102
(70) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(71) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(72) Ibíd., p. 103
(73) Apuntes Curso sobre el libro de Apocalipsis
(74) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 102, Editorial Clie, 2007
(75) Ibíd., p. 103
(76) Ibíd., p. 104
(77) Ibíd., p. 105
(78) Ibíd., p. 106
(79) Ibíd., p. 106
(80) Ibíd., p. 106
(81) Ibíd., p. 107
(82) Ibíd., p. 107
(83) Ibíd., p. 108
(84) Ibíd., p. 108-109
(85) Ibíd., p. 109-110
(86) Ibíd., p. 111
(87) Ibíd., p. 112
(88) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(89) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(90) Ibíd., p. 103
(91) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(92) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(93) Ibíd., p. 103
(94) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(95) Ibíd.
(96) Diccionario de la iglesia primitiva (p.124). www. ElCristianismoPrimitivo.com. Compilado por Brian Gray y editado por Anthony Hurtado Este diccionario es obsequiado al dominio público. No tiene derechos reservados www. ElCristianismoPrimitivo.com
(97) García de Cortazar, José ángel y Ruiz de Aguirre, Universidad de Santander, Valdeon Baruque Julio, Universidad de Valladolid; Gran Historia Universal, tomo XI, p. 83, Ediciones Najera (S.A. de Promociones y Ediciones Club Internacional del Libro, Madrid)
(98) Diccionario bíblico (módulo e-Sword)
(99) Ibíd.
(100) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. ¿Reinarán Cristo y sus santos un Milenio en la Tierra restaurada?, … p.23-25
(101) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 543, Editorial Clie, 2007
(102) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(103) Ibíd.
(104) Ibíd.
(105) Ibíd.
(106) Ibíd.
(107) Ibíd.
(108) Ibíd.
(109) Ibíd.
(110) Ibíd.
(111) Ibíd.
(112) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios, ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?
(113) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia y el falso profeta
(114) Auge y disolución de la Unión Soviética (lavanguardia.com)
(115) http://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_romano
(116) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios,
(117) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191).
(118) Ibíd., ps. 191-192. (Extraído de Aracil, Orts, Carlos, ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?)
(119) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, y el falso profeta,
(120) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 366-367, Editorial Clie, 2007
(121) Ibíd., p. 369
(122) Ibíd., p. 387-388
(123) Ibíd., p. 410-411
(124) Ibíd., p. 413-414
(125) Ibíd., p. 411-412
(126) Ibíd., p. 411
(127) Ibíd., p. 415
(128) Ibíd., p. 416
(129) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).
(130) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico
(131) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).
(132) https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte
(133) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(134) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico
(135)https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Sovi%C3%A9tica
(136) Ibíd.
(137) Dominación del mundo - Wikipedia, la enciclopedia libre
(138) https://nanopdf.com/download/los-estados-pontificios_pdf
(139) Biblioteca Nacional de España (bne.es)
(140) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(141) https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte
(142) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(143) Ibíd.
(144) Ibíd.
(145) Catecismo de la Iglesia Católica, 2121
(146) Aracil, Orts, Carlos,https://amistadencristo.com. El dragón, la bestia, y el falso profeta
(147) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 534, Editorial Clie, 2007
(148) Ibíd., p. 532
(149) Ibíd., p. 534
(150) Ibíd., p. 535
(151) Ibíd., p. 538
(152) Ibíd., p. 540-541
(153) Ibíd., p. 541
(154) Ibíd., p. 541-542
(155) Ibíd., p. 543
(156) Ibíd., p. 544
(157) Ibíd., p. 544
(158) Ibíd., p. 548
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