Preguntas y Respuestas
Miscelánea
¿Eran ángeles “los hijos de Dios” citados en Génesis 6:2 y 4?
Versión: 23-12-2017
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Estimada hermana Ronnie, me alegra que me contactase, y me formulara la siguiente pregunta:
“Reciba un cordial saludo. Me gustaría saber más acerca de su defensa de que los hijos de Dios que se habla en Génesis 6 no son ángeles. Bendiciones. (Ronnie).
Doy por hecho que usted ya ha leído mi artículo que trataba específicamente dicho tema: ¿Pudieron ángeles unirse a mujeres y engendrar hijos?
Ciertamente, a lo largo de la historia de la Iglesia han existido quienes han interpretado que los “hijos de Dios”, a los que se refiere el libro de Génesis (6:2), son ángeles; es decir, seres creados por Dios, cuya naturaleza es totalmente espiritual, que son, pues, espíritus puros; y, como dijo Jesús, “un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lc. 24:39). En las Sagradas Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento, abundan las referencias a ángeles y demonios. Pondremos solo un ejemplo, de las muchas alusiones que existen a esas criaturas celestiales, y es el siguiente: “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. (8) Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” (Heb 1:7-8).
Antes de continuar mi comentario, es conveniente que leamos el texto de Génesis, en cuestión, en su contexto:
Génesis 6:1-7: Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, (2) que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. (3) Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. (4) Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. (5) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. (6) Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. (7) Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
En el apartado siguiente expondré los argumentos para defender mi interpretación de que los “hijos de Dios”, a los que se refiere el capítulo seis del libro de Génesis, no eran ángeles sino seres humanos.
2. ¿Eran ángeles “los hijos de Dios” citados en Génesis 6:2 y 4?
En concreto, la errónea interpretación surge cuando se relacionan los “hijos de Dios” del texto de Génesis 6:2 con la misma expresión que aparece en el libro de Job (1:6; 2:1; 38:7):
Job 1:6-9: Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. (7) Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. (8) Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? (9) Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?
Job 2:1-2: Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. (2) Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.
En estos textos del libro de Job, citados arriba, la expresión “los hijos de Dios” “entre los cuales vino también Satanás” (Job 1:6; cf. Job 2:1), sin duda se refiere a los ángeles de Dios, porque, por la facilidad de acceso que tienen al trono de Dios, no pueden ser humanos, sino seres celestiales, entre los que se encontraba el diablo, Satanás, que, como todos los cristianos sabemos, se trata de un ángel poderoso caído (ver Is. 1412-14; cf. Ez. 28:12-19); que estuvo “en Edén, en el huerto de Dios” y fue “querubín grande, protector, ….en el santo monte de Dios (15) … Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ez. 28:13,14,15). (1)
Ezequiel 28:13-17: En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. (14) Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. (15) Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. (16) A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. (17) Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
Sin embargo, en el contexto de Génesis (6:2), la expresión “los hijos de Dios” se ve claramente que se refiere a seres humanos: “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. (4) Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Gn. 6:3-4). Además la Santa Biblia nunca llama “hijos de Dios” a los ángeles caídos o demonios.
De momento y en adición a lo que antecede, se me ocurren los argumentos siguientes, para reconocer que estos “hijos de Dios” no son ángeles caídos, sino hombres caídos y en rebeldía contra Dios:
Primero, porque los ángeles no se casan, ni pueden, obviamente, tener relaciones carnales (Mt. 22:30).
Segundo, aquí –el contexto del capítulo seis de Génesis– Dios está contendiendo “con el hombre”, no con “los ángeles que pecaron”, que “los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio” (2 Pedro 2:4). Y Él se está refiriendo al castigo que recibirán los hombres, a causa de sus pecados y de su maldad, enviándoles un diluvio (ver Gn. 6:7,13). Por tanto, aquí no interviene ningún tipo de ángeles, sino seres humanos.
Tercero, de los hijos de Adán y Eva, Génesis relata sucintamente las obras de dos de ellos, Abel y Caín, el primero, fue obediente a Dios, y por tanto, fue hijo de Dios, y el segundo –Caín–, desobediente, malvado y homicida, como su padre el diablo (Juan 8:44); es decir, desde el principio de la historia de este mundo han existido dos clases de criaturas humanas, los hijos de Dios, los que le respetan y obedecen, y los llamados “hijos de los hombres”, que son los que viven según “los designios de la carne”, que es “enemistad contra Dios”; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Ro. 8:7-8; cf. 1 Co. 2:14).
Cuarto, Set fue el hijo de Adán y Eva, mediante el cual Dios sustituyó a Abel. Con Set empezó el linaje o dinastía de los hombres que “comenzaron a invocar el nombre de Jehová” (Gn. 4:25-26). Estos fueron los “hijos de Dios” en contraposición a los descendientes de Caín –los cainitas–, que, para distinguirlos de los anteriores, la Biblia los llama los “hijos de los hombres”. Y cuando “los hijos de Dios” –los del linaje de Set– vieron “que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas” (Gn. 6:2). Las hijas de los hombres –del linaje de Caín– corrompieron a los “hijos de Dios”, es decir, influyeron negativamente en sus vidas para que se apartasen de Dios y le olvidasen; por eso vino el Diluvio, como castigo de Dios por la mucha maldad de los hombres (Gn. 6:5-8,11-13; etc.).
De ahí que, Dios, más tarde, prohibió a los israelitas que se casaran con paganos o no creyentes (véase Éx. 34:16; Dt. 7:3-4; Jos. 23:12-13; Jue. 3:5-8; 1 R. 11:1-12; Esd. 9:2,12). También, en el NT, Dios sigue aconsejando que los creyentes no se casen con los increyentes o paganos (véase 2 Co. 6:14-17; 1 Co. 7:39).
2 Corintios 6:14-18: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (15) ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? (16) ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. (17) Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, (18) Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
1 Corintios 7:39: La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Espero haber respondido satisfactoriamente a su consulta, no obstante quedo a su disposición, en lo que pueda servirle.
Afectuosamente en Cristo.
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com
Referencias bibliográficas
* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
(1) Recomiendo leer en AmistadenCristo.com: ¿Por qué existe el mal?, porque explica bíblicamente quién fue el ángel al que la Biblia llama diablo y Satanás, antes de su rebelión contra Dios.
Abreviaturas:
AT = Antiguo Testamento
NT = Nuevo Testamento
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