Preguntas y Respuestas
Comentario al Apocalipsis
20. Los mil años y el Juicio ante el gran Trono blanco
Versión: 06-04- 2022
Carlos Aracil Orts
Introducción
En el capítulo 15, Juan vio “a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios” (15:2). El “mar de vidrio” es el lugar que está delante del trono de Dios; porque así se nos describió en el capítulo 4: “delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal…” (4:6; cf. 21:18; 21:21). Si el trono de Dios está en el Cielo, todos ellos están también en el mismo lugar. Se trata de todos los santos de todas las épocas que serán arrebatados al encuentro de nuestro Señor Jesucristo, cuando aparezca en gloria (1 Co. 15:51-58; 1 Ts. 4:13-18), que es “el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la Tierra” (11:18). En el siguiente capítulo 16, estando ya los santos en el Cielo, es cuando se oye “una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios” (16:1).
Por lo tanto, la orden de Dios de derramar las siete copas o siete plagas postreras sobre todos los moradores de la Tierra, se produce después de que todos los santos hayan sido llevados al Cielo. En el anterior capítulo 19, vimos a la Iglesia, ya en el Cielo, que celebra con Jesucristo “la cena de las bodas del Cordero” (19:7,9), y a continuación se nos describe al Verbo de Dios –con “una espada aguda, para herir con ella a las naciones” (19:15) y a “sus ejércitos celestiales que le seguían en caballos blancos” (19:14). Como vimos, es el momento de la vendimia de los racimos de uva madura (14:17-20), o lo que es lo mismo, la siega de la cizaña, que se quema en el fuego: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” (Mt. 13:40-43). Además, en ese mismo capítulo 19, comprobamos que la ejecución de los juicios de Dios, sobre todos los moradores de la Tierra, termina con la vida de todos sus habitantes, que hubieran sobrevivido a las siete plagas. Por otro lado, el apóstol Pedro nos dijo: “la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”, “en el día del Señor” (2 P. 3:10).
Puesto que el Planeta Tierra quedará arrasado completamente y sin ningún vestigio de vida en el día del Señor, día de Su Parusía, es lógico deducir que los acontecimientos que le siguen y que se relatan en este capítulo 20, parten de un mundo totalmente destruido y sin vida alguna.
En este capítulo 20 se nos describen los siguientes acontecimientos:
- A) “Un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano… prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años.” (20:1-2)
- B) “y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.” (20:3)
- C) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.” (20:4)
- D) “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (20:5-6)
- E) “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.” (20:7-8).
- F) “Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (20:9-10)
El Juicio ante el gran trono blanco
- G) “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.” (20:11)
- H) “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.” (20:12)
- I) “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. (14) Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (20:13-14)
- J) “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (20:15)
Contenido capítulo 20: Los mil años y el Juicio ante el gran Trono blanco. Breve comentario
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. (2) Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; (3) y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. (4) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (5) Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (7) Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (9) Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (11) Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. (12) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. (13) Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. (14) Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. (15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apocalipsis 20:1-15)
Comentario capítulo 20: Los mil años y el Juicio ante el gran Trono blanco
A) “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años.” (20:1-2)
Nos queda perfectamente explicado que “el dragón, la serpiente antigua”, es lo mismo que “el diablo y Satanás”; es decir, se trata de aquel único ser, el ángel caído que lideró la rebelión, de otros muchos ángeles, contra Dios, y que estuvo “en Edén, en el huerto de Dios”, “querubín grande” que se corrompió (Ez. 28:12-19), y que se propuso ser como Dios –“semejante al Altísimo” (véase Is.14:12-20), pero no en carácter, sino para usurpar el poder de Dios.
Entendemos que el diablo, siendo un ser espiritual puro, no puede ser encerrado fácilmente en compartimientos físicos, ni con elementos materiales, como una llave y una cadena. Lo que nos lleva necesariamente a interpretar que la forma de atar al diablo es simbólica. Pero estoy convencido que Dios todopoderoso tiene infinidad de maneras para neutralizarlo, si así lo desease, puesto que el diablo no es más que una criatura que Dios creó perfecta, y que luego se corrompió.
Evidentemente, “la llave del abismo” y “una gran cadena” son símbolos, porque todo el mundo sabe que a un ser inmaterial o un ángel caído como es el diablo no se le puede sujetar mediante una “cadena”, por muy grande que ésta sea, porque ningún instrumento material sería apropiado para apresar a una criatura que es espíritu (Heb. 1:14).
B) “y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.” (20:3)
Recordemos que nos hemos proyectado a un momento del futuro de la humanidad, en que ésta ya no existirá, porque Cristo habrá venido y efectuado su juicio “de destruir a los que destruyen la Tierra” (11:18); ya no quedará nadie vivo en nuestro Planeta, porque se habrá producido la primera resurrección –de todos los santos, de todas las épocas–, coincidente con la Parusía de nuestro Señor Jesús, el cual los arrebatará a Su encuentro en el Cielo, junto con todos los santos que vivan, porque “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados [se refiere a los santos que estén con vida en el día del Señor]. (53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (1 Co. 15: 52-53; cf. 1 Ts. 4:13-18)
1 Corintios 15:51-58: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, (52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. (53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
1 Tesalonicenses 4:13-18: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. (14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. (16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.(A) (18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Por tanto, en primer lugar, Satanás, “el cual engaña al mundo entero” (12:9), ahora es atado “para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años” (20: 3). Sin embargo, es evidente que el diablo, que ha sido confinado a este Planeta, –y ha estado engañando a todos sus habitantes, desde que Dios creó a la primera pareja de seres humanos hasta hoy–, ya no sería posible que continuara engañando, puesto que no quedará nadie vivo en la Tierra; entonces, ¿a quién podría engañar si no existen personas viviendo en este Planeta, y todos los santos están en el Cielo?
La gran cadena que ata al diablo es precisamente que ya no tiene a su alcance personas a las que engañar, pues está confinado a este planeta Tierra totalmente desierto, como pudiera ser cualquier otro de nuestro universo, en el que no hay rastros de vida. Él tiene mil años por delante para meditar en las consecuencias que trajo él mismo a toda la humanidad, que le hizo caso, llevando a efecto sus tentaciones e influencias malignas.
Por lo tanto, durante esos mil años en la Tierra, no solo queda confinado el diablo, sino también sus ángeles; y ellos lo van a pasar muy mal porque ya no tienen a quien tentar, pues la Tierra está desierta; estos malos espíritus quedan encerrados en este planeta atados por las circunstancias, y porque Dios no les permite que vayan a ningún otro planeta habitado, en el supuesto de que exista alguno. Esto es lo que representan “la llave del abismo y la gran cadena en la mano” con las que el ángel ata al diablo (Ap. 20:1-3).
El Milenio empieza, pues, inmediatamente después de la venida gloriosa de Cristo, momento en el que todos los santos –los vivos transformados en cuerpos gloriosos, y los muertos en Cristo, que han tenido parte en la primera resurrección, serán “arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Tes 4:17) – “serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Ap. 20:6).
C) “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (20:4-6)
Aquí el apóstol Juan vio “tronos”, y describe a tres grupos de santos, que necesariamente están en el Cielo, porque la Tierra quedó desierta. Veamos ahora, quiénes componen cada grupo.
En primer lugar, “los que recibieron facultad de juzgar” (20:4 pp). Parece que no todos los santos recibirán dicha facultad, como parece desprenderse también de los siguientes textos (véase Mt. 19:28; Lc. 22:30; 1 Co. 6:2,3).
Mateo 19:28: Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Lucas 22:28-30: Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. (29) Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, (30) para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
En esos mil años en el Cielo, no todos los santos tendrán la misma misión o reinarán de la misma manera; pero en Apocalipsis 20:4, se refiere, especialmente, a “los que recibieron facultad de juzgar”. Sin embargo, aunque estos juzguen de una manera singular y profunda, es de suponer, que a todos los santos se les permitirá revisar las vidas de todos los que no han alcanzado la salvación, al menos las vidas de sus más allegados, y con los que se relacionaron, para comprobar la justicia y misericordia de Dios, y las falsedades y mentiras del diablo. No obstante, el apóstol Pablo se refiere en general a cada uno de los santos en 1 Corintios 6:2-3:
1 Corintios 6:2-3: ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? (3) ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
En segundo lugar, vio: “las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos”; y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Ap. 20:4 pú). Todos ellos son los que han sido vencedores a través de circunstancias difíciles, persecuciones diversas, y salieron victoriosos de terribles pruebas, crueles tormentos, se mantuvieron firmes en su fe y ante las doctrinas idolátricas y falsas, y obraron en coherencia con su creencias, etc., por ejemplo, los mártires de todos las épocas.
En tercer lugar, el apóstol Juan se refiere a todos los no incluidos en los dos grupos anteriores, que también recibieron cuerpos gloriosos a semejanza del de Cristo resucitado, que son, por supuesto, todos los que tuvieron parte en la primera resurrección, comprobémoslo: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años (Ap. 20:6).
Todos estos grupos vivirán y reinarán con Cristo mil años y comprobarán por sí mismos cuán grande es la santidad y justicia de Dios. Entonces se desvelarán todas las dudas, que podían haber abrigado en sus corazones, porque verán que “fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Ap. 20:13); y nunca más nadie podrá acusar a Dios de injusticia o arbitrariedad.
D) “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años.” (Ap. 20:5).
Es decir, cuando finalizan los mil años, se efectúa la segunda resurrección –la que Jesús denominó “resurrección de condenación” o de “juicio” (según versiones) (Jn. 5:29), o bien, como la nombra el apóstol Pablo: “resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hch. 24:15). Como vimos, la de los justos, se realizará en la venida gloriosa del Salvador; y después de mil años se produce la de los injustos o malvados.
E) “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar”. (Ap. 20:7-8).
Como vimos en el punto primero, los otros muertos volvieron a vivir, es decir, fueron resucitados, pero con cuerpos mortales; estos son los que componen “las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog…” (Ap. 20:8).
Ahora, también coincidente con el fin de los mil años, Satanás es soltado, –ha terminado su periodo de mil años de inactividad forzada por las circunstancias, por no tener a quien tentar–, y ya vuelve a tener a los suyos, para tentarlos de nuevo; y eso es lo que hace: salir a engañar de nuevo a todos los malvados resucitados, que formaron parte de todas las naciones del mundo y de todas las épocas.
F) “Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (20:9-10)
El apóstol Juan, nos lleva a un rápido desenlace del final de la historia del mal, del juicio de Dios sobre los malvados y el diablo. Pero no usa más que dos textos para todo ello, lo que evidencia que es un anticipo en forma concisa, –muy resumido y sin dar detalles– de lo que desarrollará, en los textos siguientes y en los capítulos finales 21 y 22 de Apocalipsis. Y en el versículo 9, san Juan sitúa, como ya establecidos sobre este planeta Tierra, “el campamento de los santos y la Ciudad amada” (Ap. 20:9), y esto nos sorprende, porque este acontecimiento esencial –el descenso de los santos del Cielo con la nueva Jerusalén, se nos relata en el siguiente capítulo 21. Lo que debemos entender, pues, es que San Juan ha ido hasta el final, para luego en capítulos aparte (Ap. 21 y 22) desarrollar con todo detalle, el nuevo orden universal, con “un Cielo nuevo y una Tierra nueva; porque el primer Cielo y la primera Tierra pasaron” (Ap. 21:1); y, es entonces cuando ve también “la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (Ap. 21:1,2).
Al acabar el Milenio en el Cielo, los santos regresan a una Tierra nueva, junto con la Ciudad santa, la Nueva Jerusalén, “porque el primer Cielo y la primera Tierra pasaron…” (Ap. 21:1); e inmediatamente, se produce la segunda resurrección –la de “los otros muertos [que] no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años…” (Ap. 20:5), los cuales se corresponden con los malvados de todas las épocas, que son juzgados en el juicio del Gran Trono blanco (Ap. 20:11-15); entonces, Satanás “es desatado por un poco de tiempo” (Ap. 20:3úp); esto significa que ahora vuelve a tener a todas las naciones malvadas a su alcance para volverlas a engañar; y ellas lideradas por el diablo “rodearon el campamento de los santos y la Ciudad amada” (Ap. 20:9), con no muy buenas intenciones; pero entonces se ejecuta el juico definitivo de Dios sobre todos ellos: “de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió” (Ap. 20:10). Y el mal y los malvados, fueron erradicados para siempre del universo, y junto a “la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda (15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap. 20:14-15).
El Juicio ante el gran trono blanco
G) “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. (12) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. (13) Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. (14) Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. (15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.” (20:11-15)
Al final de los mil años, Dios hace desaparecer el desierto planeta Tierra, y crea un “Cielo nuevo y una Tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (21:1); y, acto seguido, hace descender a los santos desde el Cielo, junto con la nueva Jerusalén; es entonces cuando realiza la segunda resurrección –la de “los otros muertos [que] no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años…” (Ap. 20:5), los cuales se corresponden con los malvados de todas las épocas, que son juzgados en el juicio del Gran Trono blanco (Ap. 20:11-15): “[…] y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. […] (15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (20:12úp, 15).
Aunque este Juicio final de los malvados aparece relatado después del intento de asalto de ellos a los santos, por el diablo y sus seguidores, parece lógico situarlo cronológicamente antes de la sentencia del Juicio final citado, una vez que “los libros fueron abiertos”. En estos “libros” se encuentran todos los cargos por los que se les codena a la muerte segunda, que es la eterna y definitiva.
“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego Esta es la muerte segunda. (15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (véase Ap. 20:14-15). El mal y los malhechores han sido erradicados del universo para siempre. Dios ha sido reivindicado en su justicia y misericordia
Si Dios lo permite y me sigue dando fuerzas, mi próximo estudio bíblico consistirá en comentar el capítulo 21 siguiente del libro del Apocalipsis de San Juan: 21. Un Cielo nuevo y una Tierra nueva
Quedo a disposición del lector para lo que pueda servirle.
Afectuosamente en Cristo
Carlos Aracil Orts
www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosortsgmail.com
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Referencias bibliográficas
*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
Abreviaturas frecuentemente empleadas:
AT = Antiguo Testamento
NT = Nuevo Testamento
AP = Antiguo Pacto
NP = Nuevo Pacto
Las abreviaturas de los libros de la Biblia corresponden con las empleadas en la versión de la Biblia de Reina-Valera, 1960 (RV, 1960)
pp, pc, úp referidas a un versículo bíblico representan "parte primera, central o última del mismo ".
Abreviaturas empleadas para diversas traducciones de la Biblia:
NBJ: Nueva Biblia de Jerusalén, 1998.
BTX: Biblia Textual
DHHe (D): versión Dios habla hoy con Deuterocanónicos
Jünemann: Sagrada Biblia-Versión de la LXX al español por Guillermo Jüneman
N-C: Sagrada Biblia- Nacar Colunga-1994
JER 2001: *Biblia de Jerusalén, 3ª Edición 2001
BLA95, BL95: Biblia Latinoamericana, 1995
LBLA: La Biblia de las Américas
BNP: La Biblia de Nuestro Pueblo
NVI 1999: Nueva Versión Internacional 1999
LPD: El Libro del Pueblo de Dios, Levoratti y Trusso
SB-MN: . La Santa Biblia-Martín Nieto
SRV2004: Spanish Reina Valera 2004
Bibliografía citada
(1) Strong, Diccionario griego español
(2) versión parafraseada del Apocalipsis extraída del Curso anónimo sobre Apocalipsis
(3) Ibíd.
(4) Relación de algunos de los diversos Comentarios bíblicos del Apocalipsis leídos
Shappley de Álamo, Homero, APOCALIPSIS Análisis de las profecías y visiones, 2007
Taylor, R. A. Apocalipsis: Un Comentario de Referencia, 20/06/1998
MacArthur, John, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Apocalipsis, Editorial Portavoz, 2010.
Mounce, Robert H. Comentario al libro del Apocalipsis, Editorial Clie, 2007
Maxwell, C. Mervyn, Dios revela el futuro, el mensaje de Apocalipsis, t.2, Publicaciones Interamericanas, 1989
(5) Barclay, William, p. 5, 0283 Comentarios completos N.T. Apocalipsis C.T.C. 01-02-0283-14. Editorial CLIE, 1991
(6) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 41, Editorial Clie, 2007
(7) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre,
(8) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(9) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42, Editorial Clie, 2007,
(10) https://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis
(11) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(12) Ibíd.
(13) Ibíd.
(14) Ibíd.
(15) Ibíd.
(16) Ibíd.
(17) Ibíd.
(18) Ibíd.
(19) Ibíd.
(20) Ibíd.
(21) Ibíd.
(22) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 61-62, Editorial Clie, 2007
(23) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 42, Editorial Clie, 2007
(24) Persecución a cristianos en el Imperio romano - Wikipedia, la enciclopedia libre
(25) Ibíd.
(26) Ibíd.
(27) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)
(28) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(29) Ibíd.
(30) Goena, Fernando y Lasheras, Juan, Historia de la Iglesia - Edad Antigua (gecoas.com)
(31) Juan el Apóstol - Wikipedia, la enciclopedia libre
(32) Ibíd.
(33) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 53, Editorial Clie, 2007
(34) Ibíd. 54-55
(35) Ibíd., p. 57-58
(36) Ibíd., p. 66
(37) Ibíd., p. 67
(38) Ibíd., p. 67
(39) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.25
(40) Ibíd., p. 25
(41) Ibíd., p. 25-26
(42) Apocalipsis - Wikipedia, la enciclopedia libre
(43) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 69, Editorial Clie, 2007
(44) Ibíd., p. 69
(45) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.24
(46) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 83, Editorial Clie, 2007
(47) Ibíd., p. 84
(48) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis.
(49) Ibíd.
(50) Truman, Cliff, Comentario a Apocalipsis, p.3
(51) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 85, Editorial Clie, 2007
(52) Emperadores romanos que buscaron destruir el cristianismo y fracasaron (aciprensa.com); Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.
(53) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 84, Editorial Clie, 2007
(54) Ibíd., p. 87-88
(55) Ibíd., p. 88
(56) Ibíd., p. 89-90
(57) Ibíd., p. 92-93
(58) Ibíd., p. 93
(59) Ibíd., p. 93-94
(60) Ibíd., p. 94-95
(61) Ibíd., p. 95
(62) Ibíd., p. 96
(63) Ibíd., p. 96-98
(64) Ibíd., p. 99-100
(65) Ibíd., p. 100-101
(66) Ibíd., p. 101
(67) Ibíd., p. 102
(68) Ibíd., p. 102
(69) Ibíd., p. 102
(70) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(71) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(72) Ibíd., p. 103
(73) Apuntes Curso sobre el libro de Apocalipsis
(74) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 102, Editorial Clie, 2007
(75) Ibíd., p. 103
(76) Ibíd., p. 104
(77) Ibíd., p. 105
(78) Ibíd., p. 106
(79) Ibíd., p. 106
(80) Ibíd., p. 106
(81) Ibíd., p. 107
(82) Ibíd., p. 107
(83) Ibíd., p. 108
(84) Ibíd., p. 108-109
(85) Ibíd., p. 109-110
(86) Ibíd., p. 111
(87) Ibíd., p. 112
(88) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(89) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(90) Ibíd., p. 103
(91) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(92) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 103, Editorial Clie, 2007
(93) Ibíd., p. 103
(94) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(95) Ibíd.
(96) Diccionario de la iglesia primitiva (p.124). www. ElCristianismoPrimitivo.com. Compilado por Brian Gray y editado por Anthony Hurtado Este diccionario es obsequiado al dominio público. No tiene derechos reservados www. ElCristianismoPrimitivo.com
(97) García de Cortazar, José ángel y Ruiz de Aguirre, Universidad de Santander, Valdeon Baruque Julio, Universidad de Valladolid; Gran Historia Universal, tomo XI, p. 83, Ediciones Najera (S.A. de Promociones y Ediciones Club Internacional del Libro, Madrid)
(98) Diccionario bíblico (módulo e-Sword)
(99) Ibíd.
(100) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. ¿Reinarán Cristo y sus santos un Milenio en la Tierra restaurada?, … p.23-25
(101) Mounce, H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 543, Editorial Clie, 2007
(102) Apuntes anónimos Curso sobre el libro de Apocalipsis
(103) Ibíd.
(104) Ibíd.
(105) Ibíd.
(106) Ibíd.
(107) Ibíd.
(108) Ibíd.
(109) Ibíd.
(110) Ibíd.
(111) Ibíd.
(112) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios, ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?
(113) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia y el falso profeta
(114) Auge y disolución de la Unión Soviética (lavanguardia.com)
(115) http://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_romano
(116) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios,
(117) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191).
(118) Ibíd., ps. 191-192. (Extraído de Aracil, Orts, Carlos, ¿Es el Arcángel Miguel el que detiene al Anticristo?)
(119) Aracil, Orts, Carlos, <https://amistadencristo.com>. El dragón, la bestia, y el falso profeta,
(120) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 366-367, Editorial Clie, 2007
(121) Ibíd., p. 369
(122) Ibíd., p. 387-388
(123) Ibíd., p. 410-411
(124) Ibíd., p. 413-414
(125) Ibíd., p. 411-412
(126) Ibíd., p. 411
(127) Ibíd., p. 415
(128) Ibíd., p. 416
(129) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).
(130) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico
(131) Bentué, Antonio, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción a la Historia de las religiones (pág. 191-192).
(132) https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte
(133) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(134) http://es.wikipedia.org/wiki/Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico
(135)https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Sovi%C3%A9tica
(136) Ibíd.
(137) Dominación del mundo - Wikipedia, la enciclopedia libre
(138) https://nanopdf.com/download/los-estados-pontificios_pdf
(139) Biblioteca Nacional de España (bne.es)
(140) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(141) https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte
(142) https://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Pontificios
(143) Ibíd.
(144) Ibíd.
(145) Catecismo de la Iglesia Católica, 2121
(146) Aracil, Orts, Carlos,https://amistadencristo.com. El dragón, la bestia, y el falso profeta
(147) Mounce H. Robert, en su libro Comentario al libro de Apocalipsis, p. 534, Editorial Clie, 2007
(148) Ibíd., p. 532
(149) Ibíd., p. 534
(150) Ibíd., p. 535
(151) Ibíd., p. 538
(152) Ibíd., p. 540-541
(153) Ibíd., p. 541
(154) Ibíd., p. 541-542
(155) Ibíd., p. 543
(156) Ibíd., p. 544
(157) Ibíd., p. 544
(158) Ibíd., p. 548
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